No. Incurrimos en un error argumental conocido como "Argumentum ad ignorantiam" cuando pensamos que el desconocimiento de evidencias en contra de la idea que apoyamos, cuenta como una evidencia a su favor.
Este error consiste en pensar que una conclusión es verdadera porque no se ha demostrado su
falsedad y lo contrario. Nuestra capacidad para demostrar o refutar no implica la
verdad o falsedad de la proposición dada.
Ejemplo: “Los fantasmas existen porque nadie ha podido demostrar que no los hay."