- ¿Existen ejercicios para mejorar mi lectura?
Una lectura eficiente es fundamental para agilizar procesos de aprendizaje. Los aspectos que contribuyen a un mejor ejercicio de lectura al servicio del aprendizaje son variados y entre ellos podemos destacar:
Contexto donde se realiza la lectura
La habitación que se ocupa debe estar bien ventilada y con una temperatura agradable (ni mucho calor ni mucho frío), sin molestias de ruidos ni otro tipo de distracciones (televisión, cuarto de juegos de los hermanos, radio, etc.). Dentro de lo posible, la mesa de trabajo debe ser amplia, de manera que se pueda tener encima todo el material que se va a necesitar, y sin otros objetos de distracción como revistas, juegos, adornos móviles, etc. La luz debe ser preferiblemente natural. Si no es posible, se sugiere que sea blanca o azul y que proceda del lado contrario a la mano con la que se escribe (para un zurdo es conveniente que la luz provenga de la derecha). Tanto la mesa como la silla deberán ser acordes a la altura del usuario. La silla debe ser cómoda, pero no en exceso, pues esto último le llevará a rendir menos e incluso a dejar de estudiar (con la incomodidad ocurrirá lo mismo). La silla debe tener respaldo y ser relativamente dura. Debe cuidar mucho la postura: el tronco estirado y la espalda apoyada en el respaldo de la silla, manteniendo una distancia de unos 30 cm. del libro o apuntes. Si es posible, el texto debe estar inclinado por un atril u otro objeto, ya que esto ayuda a que la vista no se canse tan pronto.
Velocidad de lectura
Otro aspecto importante a la hora de estudiar es la velocidad con que se lee, ya que aun cuando se tenga una excelente comprensión de lectura, esta no servirá de nada si usted no alcanza a abordar la totalidad del contenido que debe estudiar en el tiempo establecido. Para aumentar la velocidad lectora, tenemos que partir de los fundamentos de lo que es leer. Al leer nuestros ojos van moviéndose “a saltos” o fijaciones en las que se agrupan una o varias palabras. Por lo tanto, para aumentar la velocidad de lectura tenemos que tratar de realizar el menor número de fijaciones posibles en cada línea, para así en una sola fijación abarcar el mayor número de palabras posibles.
Podemos ver mejor esto en un ejemplo:
"Llega la exposición Cézanne./ Los que sientan la pintura,/ o entiendan algo de ella,/ la esperarán con ansia y temblor./ Hemos estado tan dejados/ de la mano de Dios/ en materia de comunicación internacional/ que este acontecimiento/nos parece un milagro."
Los espacios entre barras son el grupo de palabras que un lector normal percibe de un solo golpe de vista o fijación.
Teniendo claro cómo es que nuestros ojos se mueven sobre las palabras, le recomendamos practicar todo lo que pueda con textos que tenga a su alcance. Una buena alternativa para comenzar estos ejercicios para mejorar la velocidad de la lectura, es hacerlo con poesía, ya que las frases y líneas son más cortas.
Otra técnica que le puede ayudar a aumentar la velocidad lectora, consiste en elegir tres páginas seguidas de un libro que le motiven y que tengan más o menos la misma cantidad de texto. La primera hoja deberá leerla a la velocidad que normalmente lo hace, pero procurando entender lo que se lee. A continuación, la segunda hoja deberá ser leída a la mayor velocidad posible, sin preocuparse por entender lo que se lee o si se salta palabras, y sin volver atrás. Por último, tendrá que leer la tercera hoja con la mayor velocidad que pueda, pero esta vez asegurándose de que entienda lo que lee y siguiendo las pautas de las que hablábamos antes (acerca de las fijaciones) y procurar no volver atrás (uno de los mayores problemas de los lectores lentos).
Al terminar de leer la tercera hoja le sugerimos anotar el tiempo que le llevó esta última lectura. Este ejercicio debe realizarlo cinco días a la semana, durante tres semanas y luego descansar un día. Si la velocidad no aumenta, repita este ejercicio o pruebe la técnica que veremos a continuación:
Coloque una postal bajo la línea que lee, tratando de ir aumentando progresivamente la rapidez de la lectura y leyendo cada línea con sólo tres o cuatro fijaciones, según sea su longitud.
Algunas estrategias para rescatar la información relevante
Las técnicas que le ayuden a leer más rápido serán un gran apoyo, pero por supuesto que no son suficientes, pues el hecho de que un estudiante lea a gran velocidad no asegura que esté comprendiendo lo que lee. Por ello, también es importante que adquiera técnicas que le ayuden a rescatar las ideas principales contenidas en el texto. Para cumplir con este objetivo, a continuación presentamos algunas estrategias que le podrían ayudar.
a. Subrayado
El objetivo del subrayado es destacar las ideas esenciales de un texto, con el fin de que una vez terminada la lectura, al leer únicamente lo subrayado se pueda recordar el contenido global de dicho texto.
Existen estudios de la percepción humana que fundamentan la utilidad de esta estrategia, ya que está demostrado que la memoria se fija y recuerda más y mejor aquellas cosas que se resaltan. Por esto, es necesario que usted no sólo conozca esta técnica, sino que también la domine y la use.
El subrayado consiste en resaltar de otro color (se recomiendan colores vivos como el rojo o verde o los colores fluorescentes, aunque cansan más) aquellas series de palabras que tienen sentido propio separable del resto del texto, de modo que con una lectura posterior de lo subrayado se entienda el texto y se vean reflejados sus datos más relevantes. Por ello, no es necesario subrayar artículos, conjunciones y preposiciones y si es conveniente subrayar sustantivos, verbos, adjetivos, fechas, nombres propios, etc.
Para subrayar no se recomienda el uso de más de dos colores en un solo texto. También se puede sustituir la "raya" por recuadros o corchetes para señalar párrafos enteros o frases que consideremos de capital importancia.
Es aconsejable que subraye tanto sus libros (ya que están para ser trabajados y no para adornar) como sus apuntes o fotocopias. Se recomienda que el subrayado se realice durante la segunda lectura del texto que se tiene que estudiar, sin embargo, también se pueden ir señalando algunos datos o ideas principales en la primera lectura rápida.
También es importante que se acostumbre a escribir notas al margen, cuando no le queden claras algunas ideas o para ampliar la información contenida en los apartes subrayados.
b. Esquemas
El esquema es una técnica sencilla, ya que depende directamente de cómo se haya realizado el subrayado y la lectura.
En el esquema se destacan los puntos principales del texto y los subapartados que se consideran de interés, utilizando signos para destacar ideas, subrayado, mayúsculas y minúsculas, colores y distintos tipos de letras, presentando las ideas centrales del texto de forma sencilla y lógica.
Para trabajar el esquema se debe partir por la lectura analítica de un texto y de su posterior subrayado, además, se debe ir separando cada contenido por puntos, rayas y subrayados, corroborando si lo escrito expresa la idea completa del texto, sin dejar fuera datos fundamentales.
Se pueden utilizar las mayúsculas para señalar los apartados fundamentales y las minúsculas para los elementos de importancia que hay en ellos.
En el esquema se escribe todo seguido y debe intentarse que ocupe el menor espacio posible. No existen nexos de ideas sino, en ocasiones, flechas.
El esquema es como un resumen, pero más preciso, sencillo y claro. Con un solo golpe de vista podemos percatarnos de la información que contiene el texto estudiado.
Por lo tanto, a partir de un texto determinado, se pueden realizar las siguientes actividades:
· Localizar las ideas centrales del texto.
· Subrayar las palabras o frases que destaquen esas ideas. Marcar sobre todo las palabras clave.
· Anotar al margen la idea central del texto y de los distintos párrafos.
· A partir de estas actividades hacer el esquema del texto.
. Estudiar a partir del esquema completando o corrigiendo su información a partir de lecturas posteriores del texto.
c. Resúmenes
El resumen se utiliza para sintetizar el contenido de un texto que luego hay que comentar o estudiar. Facilita el estudio y compresión de la lectura, y a su vez ayuda a la concentración mientras se estudia. Este resumen debe ser breve, pero completo, con las ideas fundamentales y utilizando su propio vocabulario y modo de estructurar de las oraciones, redactando en forma personal. Se deben utilizar partículas de enlace entre los distintos párrafos, de modo que se produzca una relación lógica entre los mismos.
Es evidente que un buen resumen depende mucho de la comprensión del texto y de las veces que se haya leído (son recomendables al menos tres: una lectura rápida general, otra lenta con subrayado y otra más lenta con memorización y análisis).
Para dominar esta estrategia, le sugerimos realizar los siguientes ejercicios:
· Análisis y comentario escrito de textos.
· Resúmenes de los mismos.
· Lecturas detenidas.
· Resúmenes de textos a partir de lo subrayado.
Es conveniente que luego de realizar el resumen, lo relea varias veces y, si es necesario, lo vaya completando con el texto enfrente.