Rastros y rostros: columna de opinión de Jaime Pinzón López
Independientemente de belleza o fealdad, el semblante de los seres humanos se relaciona con la percepción que tenemos de ellos. Alá no tiene rostro y el de Jesucristo permanecen, corresponde al de hombre joven, de finos rasgos, largo cabello y mirada penetrante según historiadores y creyentes.