Mediante un diseño responsable centrado en las personas y orientado hacia valores de carácter social, el diseño para la innovación social ha dado lugar a la configuración de sólidas plataformas de emprendimiento para cientos de diseñadores profesionales que reclaman un lugar en los sectores productivos de la ciudad y el reconocimiento de nuevas prácticas colectivas de diseño como una alternativa válida de participación social y desarrollo económico. Desde este punto de vista, la presente investigación —con base en una aproximación a estudios de casos en las localidades de Teusaquillo y Chapinero de la ciudad de Bogotá—, propone una reflexión sobre las características que asume el conocimiento y las herramientas propias de la disciplina y profesión del diseño cuando se articulan con las dinámicas de las comunidades que no solo aportan sus necesidades, sino también sus capacidades, dando como resultado nuevas y particulares dinámicas productivas, la creación de espacios de trabajo colaborativo además de nuevos escenarios de participación social y económica. La lectura de estas perspectivas permite evidenciar que la contribución del diseño a la innovación social no se limita a la implementación de métodos de diseño, por el contrario, como hecho novedoso y transformador, promueve procesos de organización, desarrollo y protección colectiva, genera progreso, permite utilizar mejor los recursos existentes y busca dar respuestas más eficaces y eficientes a pequeños y grandes problemas sociales, a la vez que estimula el debate social acerca de cómo el diseño puede contribuir a construir un mundo mejor para todos.
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INFORME DE: ANA MARIA REY