Uno de los grandes retos que enfrentaron los protagonistas de la Revolución de Octubre de 1917 fue el de sentar las bases de una cultura que incorpora la herencia de lo mejor de las grandes civilizaciones humanas, al tiempo que se desarrollaran y propiciaran la educación popular, la institución pública y se promoviera la creación artística y literaria forjadas al calor de las experiencias revolucionarias de la lucha por el socialismo, del socialismo y para el socialismo.
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