"Se está hipotecando el futuro de las siguientes generaciones y el presente de la inversión estatal"
De “marrulladas” califica el profesor emérito de Utadeo Salomón Kalmanovitz, en su columna de opinión en El Espectador, a los movimientos que el ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla ha hecho en los últimos meses para sostener que la deuda pública tendrá una reducción del 44% en los próximos cinco años. Siguiendo un estudio desarrollado por Sergio Clavijo, el columnista asegura que, con la Ley de Financiamiento, todo lo contrario va a ocurrir, pues de aquí al 2025 es probable que esta deuda se eleve a otros 50 billones.
“Quizás el ministro piensa continuar con los recortes draconianos del gasto público, como el de $9 billones que anunció en diciembre, algo que no sabemos si es cierto o sacado de su cubilete”, señala el tadeísta al asegurar que el presupuesto nacional es inflexible y que lo que ha demostrado el Gobierno hasta el momento es aumentar la carga burocrática en ministerios y organismos de control, en lo que se constituye en una “mermelada de la verdadera”.
Kalmanovitz asegura que otra de las marrulladas de Carrasquilla fue contabilizar las utilidades del Banco de la República y Ecopetrol como ingresos recurrentes, lo cual es falso, generando con ello un superávit que no existe.
“Lo que se está hipotecando no es solo el futuro de las nuevas generaciones, que deberán contribuir a pagar la creciente deuda pública, sino el propio presente de la inversión estatal. En efecto, el componente fijo de la inversión del Gobierno no pasa de 1,2 % del PIB, y eso significa que no va a construir la infraestructura que requiere el desarrollo del país, bajo la perniciosa insistencia de reducir el tamaño del Estado y debilitar su capacidad de actuar sobre la economía”, argumenta el experto.