Colombia vive un estancamiento exportador
Colombia vive un estancamiento exportador que no tiene que ver con las dinámicas globales de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, sino más bien con condiciones propias y estructurales del país, entre ellas los bajos impuestos, la abundante corrupción que ha impedido construir la infraestructura en transporte y otros servicios del Estado. Esta es la tesis del profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, en su más reciente columna de opinión en El Espectador.
El columnista señala que el fenómeno se debe a la mala política macroeconómica que se ha dado desde hace 30 años, pues Colombia no ha superado la enfermedad holandesa: “Me explico: estar sometido a las rentas de las materias primas que exportamos da lugar a fases de revaluación de la moneda que socavan la producción de bienes transables que son aquellos que se exportan o compiten con las importaciones, mientras que las fases de precios bajos causan devaluaciones violentas que nos empobrecen y no alcanzan a recomponer los sectores destruidos o debilitados”, explica.
Ello se evidencia, según lo dice, en la desindustrialización del país y el estancamiento de la agricultura, que hoy se ha reducido a un 12%, mientras que las importaciones pasaron de un 20% de los consumos nacionales a un 40% hace cuatro años.
Kalmanovitz sugiere que la única forma de contrarrestar la enfermedad holandesa es que el gobierno aumente su ahorro, al tiempo que reduzca su deuda externa.