Alba Roció Guzmán, hoy de 40 años, es egresada del programa de Comunicación Social–Periodismo desde hace tres años pero su vida laboral ya tiene una trayectoria de 20 años en los que ha desarrollado actividades en el área comercial y en relaciones públicas.
Roció considera que su profesión ha cambiado todo en su vida personal, es una persona totalmente diferente después de haber tenido el privilegio de pasar por la universidad y especialmente por la profesión que ella escogió por gusto. Ella sabía que era una apuesta demasiado arriesgada ya que su vida laboral estaba en otro contexto y, en circunstancias parecidas, otra persona habría escogido una carrera administrativa o de repente en mercado, eso podría haber sido lo más lógico.
Ese sueño de hacer una carrera estaba aplazado desde que tenía 18 años cuando fue madre. Roció sabía que a su ingreso a la universidad se iba encontrar con jóvenes recién graduados del colegio, pero para ella fue algo emocionante e inmediatamente generó un match con muchos de ellos y considera nunca tuvo problemas para relacionarse con los más jóvenes.
Sabía que era desafiante enfrentarse a la forma de pensar de un adolecente, con las expectativa que tenían ellos frente a una clase, con respecto a las que ella tenía; entre risas se acuerda de que a sus compañeros les encantaba perder tiempo y perder clase, mientras ella pensaba ‘‘miércoles, el semestre es muy costoso, cada crédito es muy costoso’’ por lo que considera que no hay derecho de perder el tiempo y de no salir aprendiendo algo, pero sabía que su forma de pensar era muy “ñoña” para muchos de ellos.
Durante su carrera, además de todos sus responsabilidades laborales, educativas y como madre, Rocío realizo actividades extracurriculares pues considera que el que quiere puede y si tiene la motivación busca el tiempo para poderlo hacer. Fue monitora del profesor Alejandro Ángel, también fue monitora del CrossmediaLab, participó en el proyecto amigos tadeístas, que se encargaba de apoyar a los chicos del programa Ser Pilo Paga que necesitaban a apoyo o respaldo en diferentes temas, eran una especie de consejeros. Roció es el máximo el ejemplo de que no es tarde para ser profesional y además ser exitoso, lo importante es mantener los pies sobre la tierra y ella lo dejó demostrado en su historia como estudiante de la universidad y ahora como egresada triunfante.