El nuevo presidente de la Fiduprevisora, Jhon Mauricio Marín, tiene investigaciones por posibles irregularidades en la contratación. A su alrededor figuran caciques de Córdoba, el exembajador Armando Benedetti y la parapolítica Eleonora Pineda. En este caso, la realidad del sistema clientelista desborda la promesa de cambio de la actual administración.
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El presidente Gustavo Petro ha pasado su vida pública criticando y denunciando el clientelismo de las maquinarias que tantas veces termina en corrupción. Pero su gobierno sigue acumulando ejemplos de cómo el destierro de esa política transaccional, de los favores y el amiguismo, está aún lejos de concretarse bajo la promesa de cambio con la que llegó al poder.
Una muestra reciente es el caso de Fiduprevisora, una sociedad mixta adscrita al Ministerio de Hacienda, considerada por los políticos tradicionales como un importante botín burocrático que administra unos 48 billones de pesos en activos, incluido el fondo con las prestaciones sociales del magisterio.
En abril pasado se posesionó allí como presidente Jhon Mauricio Marín Barbosa, un abogado que llegó por recomendación de La U, un partido que hoy no es miembro de la coalición del gobierno y que está negociando con este el apoyo a las reformas de Petro en el Congreso. Marín viene de un sospechoso paso como director de otra entidad clave: el Fondo de Pasivo Social de Ferrocarriles Nacionales de Colombia, encargado de contratar la prestación de salud de los pensionados de Ferrocarriles y Puertos de Colombia: unas 38.000 personas.
El funcionario había entrado a ese puesto durante el segundo mandato de Juan Manuel Santos, con el guiño de los políticos cordobeses Antonio Correa y Zulema Jattin, procesada por parapolítica en la Jurisdicción Especial para la Paz, quienes hacían parte de la Unidad Nacional santista.
Como su mano derecha en Ferrocarriles, en calidad de secretario general y jefe jurídico (e), Marín nombró a Rubén Méndez Pineda. Rubén es hijo de Eleonora Pineda (cordobesa, condenada por parapolítica y exvocera de Salvatore Mancuso en el Congreso), cuyo grupo político resurgió de las cenizas en los últimos años y hoy tiene a otro hijo suyo, Gabriel Méndez Pineda, como candidato a la alcaldía de Planeta Rica, Córdoba.
De un cargo a otro
La bancada de La U en la Cámara fue la que presentó al actual gobierno la hoja de vida para que Jhon Mauricio Marín se posesionara como presidente de la Fiduprevisora el pasado 4 de abril. Consultado, el funcionario dijo que le dieron el cargo porque es técnico y porque habló con el entonces ministro de Educación, Alejandro Gaviria, a quien conoció en el Ministerio de Salud durante el gobierno Santos. Según Marín, Gaviria lo ayudó.
“Tengo cuatro especializaciones y tres maestrías. Cuando me enteré que se iba a dar un cambio en la Fiduprevisora, llamé a Alejandro Gaviria para mover mi nombre. Él fue el que me hizo el puente con (José Antonio) Ocampo (la Fiduprevisora está vinculada al Ministerio de Hacienda, donde Ocampo fue titular hasta hace dos meses)”, afirmó Marín.
Gaviria dijo que no recordaba si Ocampo le había preguntado por Marín, que quizás lo había hecho de manera informal en algún consejo de ministros, pero que él no impulsó a ese funcionario para el puesto en la Fiduprevisora: “Nunca lo recomendé formalmente”, dijo.
Jhon Mauricio Marín. Crédito Angie Pik
En cambio, la directora de La U, Dilian Francisca Toro, contó que los representantes de esa colectividad llevaron varias hojas de vida al Ministerio de Hacienda, y que allí escogieron la de Marín. En realidad, según añadió Toro, La U simplemente pidió al gobierno Petro mantener su cuota burocrática, pues el partido ya tenía participación en la Fiduprevisora desde los pasados gobiernos de Iván Duque y Juan Manuel Santos.
Tres congresistas de ese partido, que hablaron a condición de no ser citados, confirmaron que el nombre de Jhon Mauricio Marín lo propusieron los representantes Saray Robayo Bechara (Córdoba) y Wilmer Carrillo (Norte de Santander). Robayo pertenece a la estructura que lidera su primo, el excongresista Erasmo Zuleta Bechara; mientras Carrillo es alfil de la maquinaria del exgobernador William Villamizar. Ambos caciques tradicionales aspiran a las gobernaciones de sus respectivos departamentos.
Saray Robayo ha sostenido en los últimos meses una relación, pública en Córdoba, con el exembajador en Venezuela, Armando Benedetti. Este dato personal es clave, pues la congresista y su grupo político han sido opositores del petrismo y votaron por Rodolfo Hernández, el contendor del Presidente en la segunda vuelta. El vínculo con Benedetti podría ayudar a entender que hayan recibido burocracia del gobierno al que se oponían.
Saray Robayo junto a Erasmo Zuleta.
Además, una de las razones por las cuales Benedetti está siendo investigado desde 2021 por enriquecimiento ilícito en la Corte Suprema, es una denuncia en su contra por supuesta corrupción en Fiduprevisora.
Aunque allegados a Robayo dicen que “es falso” que la representante haya pasado la hoja de vida de Marín (ni ella ni Carrillo respondieron al ser consultados), lo cierto es que su padrino, Erasmo Zuleta Bechara, fue quien puso al anterior presidente de Fiduprevisora durante el gobierno Duque. Ese funcionario era Ricardo Castiblanco, exasesor de Zuleta Bechara en el Congreso.
En el equipo directivo de Fiduprevisora hay personas que tienen algún tipo de vínculo con ese cacique cordobés y con el nortesantandereano William Villamizar.
Esta alianza encontró, por ejemplo, que el encargado del fondo de pensiones del magisterio (Fomag) es Edwin Alfredo González Rangel, un exfuncionario de la alcaldía de Los Patios, municipio nortesantandereano que ha sido un tradicional fortín de Villamizar.
Asimismo, el vicepresidente de contratación de Fiduprevisora, según informaba su página web hasta el jueves pasado, es Carlos Fernando López Pastrana, quien fue juez de Planeta Rica (Córdoba), docente y alto funcionario en la Universidad del Sinú, el activo con el cual la familia de Erasmo Zuleta Bechara se convirtió en contratista y superpoder en ese departamento.
En su campaña de este año a la gobernación cordobesa, Zuleta Bechara tiene el apoyo del grupo político de la familia de Rubén Méndez Pineda, el hijo de Eleonora Pineda, quien fuera el principal asesor de Jhon Mauricio Marín durante su antiguo trabajo en Ferrocarriles.
Tras el proceso y condena de la excongresista que en 2004 invitó a Salvatore Mancuso al Congreso, el movimiento de Pineda había quedado en el ostracismo y sin juego en Córdoba. Pero hace cuatro años, más o menos para la misma época en que su hijo Rubén llegaba a manejar poder en Ferrocarriles, otro de sus hijos se convertía en concejal del municipio de Planeta Rica.
Se trata de Gabriel Méndez Pineda, quien hace unos meses inició campaña a esa alcaldía con apoyo del actual mandatario, Rubén Tamayo Espitia, cercano al senador conservador Marcos Daniel Pineda.
Méndez Pineda está visitando corregimientos y busca votos con el lema: “Gabo, el amigo de todos”, y recientemente anunció su respaldo a Erasmo Zuleta Bechara para la gobernación en las regionales de octubre. Hasta ahora, en Planeta Rica no han visto a su mamá acompañándolo.
Gabriel Méndez junto a su madre Eleonora Pineda.
El hermano del aspirante, Rubén Méndez Pineda, fue declarado insubsistente por la funcionaria de carrera que asumió por encargo la dirección de Ferrocarriles cuando Marín se fue a Fiduprevisora. Aunque el despido no fue oficialmente motivado (y por ley no tiene que serlo en los casos de los cargos de libre nombramiento y remoción), una alta fuente del Ministerio de Salud informó off the record que este se debió a preocupaciones que tenía la directora encargada, Luz Fany Vaca, por supuestos malos manejos en la contratación por parte de Méndez Pineda. Vaca no contestó las consultas para confirmar ese dato.
Crédito: Angie Pik.
La fuente del Ministerio agregó que, desde que llegó el gobierno Petro, en esa cartera supieron que las posiciones de Jhon Mauricio Marín y Rubén Méndez Pineda en Ferrocarriles obedecían a criterios políticos que venían de gobiernos anteriores. “Incluso, la ministra (Carolina) Corcho fue informada. En un principio, ella dijo que los iba a sacar, pero luego algo pasó y se echó para atrás”, dijo.
Carolina Corcho respondió: “Esos comentarios siempre se hacen de todas las entidades públicas. Te remito al Dapre (Departamento Administrativo de la Presidencia), que es la fuente oficial”. Esta alianza conoció el chat de un funcionario del Ministerio de Salud, quien dijo ser testigo de presiones por unos certificados de disponibilidad presupuestal (que son los documentos que garantizan que existen los recursos para hacer las contrataciones) para una contratación que quería entregar Méndez Pineda, poco antes de ser declarado insubsistente. “Es como la compra de un software y lo van a contratar con una empresa a la que le han dado como diez contratos por lo mismo”, dice el mensaje.
Pantallazo de mensaje de WhatsApp.
Efectivamente, el pasado 19 de abril Ferrocarriles adjudicó un contrato para el desarrollo de un sistema con la información de los usuarios de salud. Jhon Mauricio Marín acababa de salir de la entidad y había dejado encargada por unos días de la dirección a una funcionaria que él había llevado, Sandra Milena Burgos Beltrán; y a Rubén Méndez Pineda al frente de la oficina jurídica.
Ambos lideraron la entrega de ese negocio, a una empresa de nombre Sumimedical, otorgada a dedo por un valor de 1.505 millones de pesos. En ese momento faltaba un mes para que Méndez Pineda fuera despedido por la funcionaria de carrera que luego asumió la dirección.
Rubén Méndez Pineda. Crédito: Angie Pik.
Días antes de esta licitación, los coequiperos de Marín, ambos en calidad de encargados, adjudicaron el contrato más grande que entrega cada cuatro años Ferrocarriles de Colombia, para la prestación del servicio de salud a los 38.000 pensionados de la entidad y de Puertos de Colombia, por 861.000 millones de pesos. Se lo ganó una unión temporal conformada por las empresas Sumimedical, Emcosalud y Cosmimet.
Pantallazo contrato directo.
Emcosalud y Cosmitet aparecen mencionadas en una investigación abierta de la Procuraduría en contra de Jhon Mauricio Marín por presuntas irregularidades en la contratación. En 2020, desde la dirección de Ferrocarriles, Marín decretó la figura de urgencia manifiesta para entregar a dedo ocho contratos para la salud de los pensionados de la entidad por un valor total de casi 200.000 millones de pesos. Emcosalud y Cosmimet se ganaron, cada una, dos de esos ocho negocios, y el ente de control investiga si se violaron los principios de la contratación estatal y se pagó plata de más. Ver investigación de la Procuraduría.
Al ser consultado, Rubén Méndez Pineda afirmó que fue declarado insubsistente por “diferencias de estilo” con la nueva directora, y no por ninguna irregularidad. Reconoció que llegó a Ferrocarriles por su amistad con Marín, pero que eso ya le había pasado con otras personas en otros cargos. “Me considero un profesional ético e íntegro, trabajé en Ferrocarriles, así como alguna vez también tuve, por decirte algo, un contrato en el Ministerio de Vivienda cuando estaba Luis Felipe Henao, gran amigo mío”. Henao dijo que no conoce a Méndez Pineda, y que al consultar vio que este jamás trabajó en el Minvivienda mientras fue ministro.
Sobre la investigación en la Procuraduría, Marín dijo que en esa ocasión le “tocó” declarar la urgencia manifiesta por una circular de la Supersalud que impidió abrir una licitación, y que por eso está solicitando que le archiven el proceso. Añadió que “es normal” que en los regímenes especiales, como el de Ferrocarriles, se repitan los mismos contratistas porque “son los que saben de ciertos temas”. Y negó haber llegado a esa dirección recomendado por Antonio Correa y Zulema Jattin. “Absolutamente no. ¡Imagínate de qué personajes me estás hablando!”, afirmó.
Curiosamente, el puesto del que venía Marín antes de entrar a Ferrocarriles era el de asesor en la secretaría general de la Superintendencia de la Economía Solidaria. La secretaria general entonces era Victoria Amalia Jattin, prima de Zulema Jattin, quien tenía influencia en esa entidad.
Ahora que llega a la presidencia de la Fiduprevisora, con recomendación reconocida por el Partido de La U, Jhon Mauricio Marín niega de nuevo a sus padrinos. Y el gobierno Petro ratifica que aún no cumple con el prometido cambio al viejo sistema clientelista.