Desde muy corta edad, el destino del comunicador social - periodista de Utadeo, Luis Guillermo Troya, se encontraba ligado a la radio. A sus cinco años, su nombre fue oído por primera vez en ese medio, cuando por azares de la vida, en Radio Reloj, el locutor interrumpió la programación para anunciar que el tadeísta se había extraviado. Afortunadamente la radio lo encontró y lo hizo para toda su vida.
Este tadeísta, según lo reseña el portal web de Eje 21, vivía en un hogar que amaba la radio, especialmente su programación periodística, deportiva y musical. Para Troya, la pequeña caja de transistores se convirtió en su amiga de todas las tardes y su compañera de tareas, luego que llegaba del colegio.
Tras ganarse una beca que le permitió estudiar locución, Luis Guillermo conoció y tuvo la fortuna de compartir estudio con algunas reconocidas figuras del periodismo radial, entre ellas Édgar Artunduaga, quien años después le ofreció un puesto en Todelar.
Pero antes de terminar su carrera como comunicador en Utadeo, hizo también sus primeros pinitos en televisión, en el Noticiero de la Noche, dirigido por Cecilia Orozco, Darío Restrepo y Germán Castro Caycedo.
Seis meses después de llegar a Todelar, la cadena lo nombró como director de Radio Continental, y al año, director nacional de la cadena. Uno de los momentos que más recuerda en su ejercicio profesional, fue la maratón en pro de la Fundación Cardio Infantil que llevó a cabo en la Z, emisora que él creó. Durante 92 horas y nueve minutos, en homenaje a la frecuencia de la emisora 92.9 F.M., se recaudaron fondos para salvar muchas vidas. Fue tan exitoso el programa que las directivas de este centro médico decidieron bautizar una de sus habitaciones con el nombre de la estación radial.
Así mismo, este tadeísta ha ganado varios reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, y se ha desempeñado como periodista y presentador de los noticieros Tv Hoy, Notivisión y AM PM, y posteriormente, director del sistema informativo del Canal Capital.
Sus últimos años los ha dedicado a la academia, enseñando a las nuevas generaciones de comunicadores apasionados por la radio: “La radio y su audiencia, reclaman buenos contenidos y más participación. En la medida en que se trabaja y se produce un programa, el oyente premia con su fidelidad”, destacó el comunicador tadeísta al medio.
