Redacción: Julián Rodrigo Cardozo Salamanca
Es diciembre una de las épocas más llenas de emociones de todo el año. Para muchos la nostalgia reinara en este mes del año. Yo, por ejemplo, recuerdo que en mi niñez la alegría era algo mágico para las fiestas decembrinas llenas de luces, regalos, velas, agüeros y la familia reunida para compartir. Ahora que ya tengo unos años más de experticia en esto llamado vida me pregunto ¿Qué tanto afecta estas fiestas a este mundo? Que pide a gritos que cambiemos nuestras costumbres y que, sobre todo, seamos más amigables con él.
Para esta época del año los problemas y los daños que podemos ocasionar al mundo son claros, aquí le cuento: En primer lugar, tenemos los excesivos gastos de energía. Yo entiendo que los alumbrados navideños sean algo hermoso y tradicional, pero se justifica el impacto negativo que ocasionan al planeta tierra. Por ejemplo, para el 2007 el IDEA, Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía de España público un informe donde mostraba como en el país se gastaron para el mes de diciembre en ese año unos 30 millones de kilovatios por hora. Para entender la magnitud de este dato debemos saber que esta cantidad de energía es la que puede consumir una urbanización con unas 50 mil viviendas al año y aún más preocupante, esto equivale a la emisión a la atmósfera de 10 mil toneladas de CO2. Colombia no es la excepción para este uso poco racional de la energía, según la firma Raddar. XM en el último mes del año el consumo de energía aumenta un 22%.
También tenemos la generación de basura. La agencia Verdemar-Ecologistas en Acción dice que existe un aumento en los residuos diarios del 30 % cuando celebramos las fiestas de final de año, esto hace que lleguemos a generar 20.000 toneladas de basura al día. Al comprar regalos que vienen con múltiples empaques, como cajas de cartón o bolsas plásticas, la poca conciencia que existe para separar los residuos de manera correcta, el uso de platos y cubiertos desechables o de un solo uso y sobre todo la utilización de papel cuya única función es cubrir los regalos que para estas épocas la gente entrega a sus seres queridos, son los causantes de este aumento desmedido. Pero algo que nos debe preocupar aún más es la generación de basura electrónica. Para el 2014 el consumo de baterías aumentó en 25 por ciento en Colombia por la compra de juguetes y aparatos electrónicos. Uno de los componentes principales que tienen estas baterías es el mercurio y se estima que una cantidad baja de este elemento químico puede contaminar 600 mil litros de agua, dañado así la calidad de los suelos y sobre todo afectando la salud de las personas.
El uso de la pirotecnia o pólvora, que se vuelve algo común en estos días festivos generan un impacto negativo en el medio ambiente y la salud de nuestras mascotas. El estrés que los animales pueden tener por lo estallidos de este artefacto es nocivo y es que la consultora experta en conducta animal Doctors Louise Thompson dice que las explosiones que generan estos objetos pueden emitir sonidos de 150 hasta 190 decibelios, y se estima que a partir de los 65 decibelios inician efectos de estrés en todos los animales. Ahora, los perros no son los más afectados por estas tradiciones poco consientes, las aves se ven mucho más afectadas porque su sensibilidad auditiva es mayor que la de la mayoría de las especies llegando a afectar la supervivencia de esta especie. Además, que la pólvora produce contaminantes atmosféricos que ponen en riesgo la salud y el desarrollo normal de la especie humana.
La poca conciencia colectiva que hemos desarrollado para estas festividades se ve reflejada en el aumento del CO2 y los grandes desperdicios de comida. El aumento del uso de los vehículos particular para viajar y movilizarse por las ciudades, sumado al incremento de viajes en avión para estas épocas hace que estas emisiones aumenten. Las familias se reúnen a compartir cenas y comida entorno a las alegrías y tradiciones que el fin de año despierta, pero muchas veces no se toman las medidas para que los desperdicios sean mínimos, Según un reporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), los alimentos que se producen y que finalmente no se consumen son responsables de sumar 3 300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera y para diciembre el desperdicio de comida se duplica.
Pero no se preocupe, puede hacer unas pequeñas acciones que harán un cambio significativo para ser un poco más amables con la tierra. Para todos los residuos que podemos llegar a generar lo mejor es separarlos de manera correcta y lavar los empaques o loza desechable que utilicemos, con esto las personas pueden sacar el mejor provecho de los desechos. Si es posible utilicemos elementos que no sean de un único uso. Compremos solamente lo necesario, sin importar como hagas tus compras, ya sea online o si te gusta caminar las calles buscando los regalos perfectos, procuremos comprar lo que en verdad necesitamos. Podemos darles un segundo uso a las bolsas de regalos o en lo posible envolver nuestros obsequios en alternativas más sustentables como el papel de los periódicos. Consumamos y compremos en las plazas locales y a los emprendedores cercanos, tengamos un uso mínimo del carro o de la moto, para decoración de nuestras casas no es necesario excedernos con las luces y podemos buscar bombillos de bajo consumo.
Seamos lo más responsables a la hora de usar el agua, no solamente en nuestras casas, si no en todos los espacios que estemos o vayamos a estar en estas vacaciones; hoteles, hostales, las casas de nuestros familiares, en fin, seamos conscientes de la importancia del agua. Donemos todo aquello que ya no utilicemos y permitamos que todo pueda tener un segundo, tercer o hasta cuarto uso, busquemos juguetes que no requieran de baterías extras, pero sobre todo intentemos reconfigurar nuestras tradiciones para que no sean tan hostiles con la tierra y todos podemos pasar una tranquila navidad.