“Noche y madrugada son un decir”. Así se titula el diario de Expedición a la Antártica de Andrés Franco, publicado por el portal web de El Tiempo, el pasado 24 de enero. El director del Departamento de Ciencias Biológicas y Ambientales de Utadeo relata los hábitos alimentarios, cuidado de la salud, anécdotas y actividades de esparcimiento que se realizan a bordo del ARC 20 de julio, que zarpó el pasado 16 de diciembre de Cartagena.
El tadeísta comenta que en el verano austral no anochece en la Antártida, sino que solamente se detecta un atardecer a las 11:30 p.m.: “El equipo médico del buque recomienda al menos el consumo de 6.000 calorías diarias, para poder suplir el gasto energético de nuestras actividades diarias a la intemperie, que duran entre cuatro y ocho horas”.
Adicionalmente, Franco comenta que las investigaciones se han centrado en el levantamiento de mapas batimétricos en zonas con alto tráfico de buques de abastecimiento y turísticos: “En pocas palabras, la expedición busca contribuir a la seguridad marítima de cualquier buque del mundo que venga al continente blanco”, resalta el investigador de Utadeo.
El expedicionario comenta que sus jornadas inician en promedio a las 7:00 a.m., aunque esta hora puede variar dependiendo de la posición del buque: “El reencuentro es a la hora de almuerzo que empieza entre las 12:30 y 13:30; es un espacio para compartir las experiencias de la mañana, que para nosotros, personas tropicales, se centran principalmente en el frío que ha habido en las primeras horas del día y las estrategias que cada uno utiliza para combatirlo”.
El día de labores llega a su fin a las 7:00 p.m., hora en la cual algunos de los tripulantes hacen tertulias en las cámaras de oficiales, juegan juegos de mesa o ven películas.