Salomón Kalmanovitz, señala en su opinión que el Gobierno trata a la educación superior como un bien inferior, invirtiéndole únicamente el 0,4% del Producto Interno Bruto.
Otra de sus preocupaciones frente al tema es el aumento de los estudiantes y el deterioro de la calidad educativa que reciben, creando cursos más grandes y poca atención individual, incrementando la deserción.