Por: Massiel García
El pasado mes se celebró el orgullo LGBTIQ+; un mes donde se podía hablar un poco más libremente sobre el tema, sin embargo, se debería tener dicha libertad no solo en junio sino todos los días del año. Lamentablemente, a lo largo de la historia muchos han sufrido el escarnio por su orientación sexual, y sobre todo aquellos que se encuentran en el ojo del huracán, es decir, en el ojo público; aquellos artistas que llegaron a ser encarcelados por esto, como es el caso del escritor irlandés de la célebre novela El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde.
Wilde se escondía de la sociedad victoriana bajo la sombra de una familia perfectamente ‘normal’, con una esposa y dos hijos, sin embargo, al finalizar dicho teatro se refugiaba en los brazos de Alfred Douglas, su amante. Desde 1891 Wilde y Douglas mantuvieron su romance a escondidas, hasta que en 1985 el padre de su amante, el marqués de Queensberry, acusó públicamente a Wilde de sodomita, y, a pesar de que el escritor lo acusara de difamación, en la corte le dieron la razón a Queensberry. Gracias a esto, el escritor irlandés fue condenado el 27 de mayo de 1895 a dos años de trabajos forzados en el penal de Reading.
‘‘El amor que no se atreve a decir su nombre, y a cuenta del cual estoy aquí hoy, es precioso, está bien, es una de las formas más nobles de afecto que existen.’’, estas fueron las palabras de Wilde en la sala del tribunal donde estaba siendo juzgado; afirmando, finalmente, que sí tuvo un romance con Douglas. Después de esto y tras secuelas mentales por su encarcelamiento, Wilde tuvo que verse obligado a exiliarse en Paris.
122 años después, en el 2017, gracias a la ley de Alan Turing —matemático y científico británico que en 1952 fue sometido a castración química por ser homosexual—, el Gobierno británico indultó a todos los hombres que habían sido castigados por ser homosexuales.
Actualmente, aún hay muchos países donde tener una orientación sexual distinta a la heterosexual es un delito, y otros donde este acto se paga con la muerte, como es el caso de Sudán, Irán, Afganistán, Pakistán y Mauritania