Prevención del suicidio: por dónde empezar y qué hacer

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Prevención del suicidio: por dónde empezar y qué hacer
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Miércoles, Septiembre 29, 2021
Septiembre, además de ser un mes de múltiples celebraciones, es el mes de la Prevención del Suicidio, temática que vemos con un mayor enfoque el día 10 de septiembre puesto que, copatrocinado por la OMS, está establecido como el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Escribir al respecto es un trabajo arduo puesto que el suicidio es un tema que cuenta con múltiples puntos, cada uno más complejo que el anterior, y que se debe tratar con sumo cuidado teniendo en cuenta las graves consecuencias que trae.

Por: Katherin Serna López

 Ilustración: Diana Sofia Lopez Puccio

Septiembre, además de ser un mes de múltiples celebraciones, es el mes de la Prevención del Suicidio, temática que vemos con un mayor enfoque el día 10 de septiembre puesto que, copatrocinado por la OMS, está establecido como el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Escribir al respecto es un trabajo arduo puesto que el suicidio es un tema que cuenta con múltiples puntos, cada uno más complejo que el anterior, y que se debe tratar con sumo cuidado teniendo en cuenta las graves consecuencias que trae.

Empezaré entonces por decir que me estuve debatiendo sobre cómo escribir esto, en si debía centrarme en estadísticas, métodos, líneas de atención e incluso pensé en directamente escribir un cuento sobre el tema. Aún no estoy segura de haber escogido lo más acertado, pero tras el 10 de septiembre y las múltiples publicaciones que me encontré en redes sociales con mensajes del tipo “Si te sientes mal escríbeme, estoy para ti”, me di cuenta de que aún nos falta mucho por entender y, sobre todo, nos falta mucho como sociedad para atender de forma correcta y oportuna a una persona que podría estar pasando por un mal momento e incluso podría estar pensando en el suicidio como una opción. Hablaré entonces sobre algunas cifras, esto con el objetivo de contextualizar, informar y concientizar; y adicional a eso me centraré en dos puntos que, bajo mi experiencia, son claves para atender de forma empática a quien lo necesita.

 

Las cifras:

El objetivo de presentar algunas cifras es mostrar la magnitud del problema, el suicidio no es algo que simplemente sucede, es un problema de salud pública que debe empezar a ser visto con mayor detenimiento y que debe ser revisado para crear políticas públicas que velen por la salud mental de todos.

Según la OMS, cada año cerca de 703 000 personas se suicidan. La cifra es alarmante por sí sola, pero lo debe ser aún más cuando tenemos en cuenta que solo 80 Estados Miembro llevan un registro civil de calidad que permite estimar las tasas de suicidio, esto significa que hay una alta probabilidad de que la tasa sea aún mayor. Pero si nos encontramos con tropiezos y problemas con respecto a la tasa de suicidios, es aún más preocupante cuando sabemos que no hay un registro claro en ningún país sobre los intentos de suicidio. Cabe recalcar que los intentos de suicidio son el factor individual de riesgo más importante, por lo que llevar un registro es el primer paso para empezar a prevenir estos actos.

Para centrar un poco esta información en nuestro contexto nacional, según cifras del Dane, en el 2021 la tasa de suicidio ha incrementado un 17% (en comparación con el 2021), lo que significa que más de 758 personas se han quitado la vida durante este año.

 

Publicaciones en redes y el 10 de septiembre:

He aquí la extraordinaria razón por la que empecé a cuestionarme la forma en la que trataría este tema. Cada año, para el 10 de septiembre, las redes sociales se llenan de cintas color amarillo y de publicaciones con mensajes del tipo “Si necesitas hablar con alguien, así no me conozcas, aquí estoy”; y este año no fue la excepción.

Aunque estos mensajes están llenos de buenas intenciones la mayoría de las veces no pasan de ser mensajes mediáticos, llevados un poco por esta facilidad que tenemos en redes sociales de sentirnos parte de algo con solo dar un clic o compartir una publicación. Pero de buenas intenciones no se vive y la realidad es que, por lo menos en la mayoría de los casos, este tipo de publicaciones no funcionan.

La prevención en el caso de una persona deprimida debe ser una actividad proactiva, la escucha y la ayuda no se dejan como una posibilidad suelta a la persona que lo necesita. Regularmente en ese estado, en el estado en el que la persona deja de encontrar motivaciones para vivir, la mitad del tiempo no quiere ni levantarse de la cama, por lo tanto, tampoco quiere tomar posibilidades sueltas en medio de todo su dolor.

Además de ser un ejercicio proactivo en el que te acercas a la persona, es un ejercicio que no debe ser de una sola vez. Entiendo que, como seres humanos en el mundo en el que vivimos, regularmente nos encontramos bastante ocupados, pero en estos casos es importante sacar al menos un momento cada que sea posible para implementar una escucha activa. ¿Y qué es una escucha activa?, es cuando escuchamos al otro de forma atenta, sin distracciones y haciéndole saber que le escuchamos, puede ser asintiendo con la cabeza o comentando cada tanto aquello que nos dice. Además, lo mejor es que sea una escucha empática y que, dejando de lado el papel de todopoderoso, nos dejemos ver como humanos, mostrarles que entendemos lo que nos dicen, lo difícil que debe ser y que, lamentablemente y aunque quisiéramos lo contrario, no podemos hacer mucho más que acompañarles en el proceso, escucharles y si es necesario, buscar ayuda profesional (es muy importante que reconozcamos e impulsemos la búsqueda de profesionales capacitados que ayuden de forma oportuna a aquel que lo necesita).

Por último, sólo diré que no necesitamos discursos ultra elaborados. En la mayoría de las ocasiones las personas que comienzan a pensar en la muerte como una opción, sólo necesitan de alguien que los acompañe en silencio o les demuestre un poco de apoyo (entendiendo que ese apoyo debe estar libre de críticas y cargado de empatía).

 

Algo así como recomendaciones:

No podía retirarme sin recomendar algo que ayude a ampliar la información sobre este tema. Me encantaría decir que soy toda una experta, pero la realidad es que, aunque he estado muy cerca del tema desde múltiples posiciones, no lo entiendo todo y hay mucho que se me escapa. Es por esto por lo que les recomiendo un libro que me ayudó a entender, de alguna forma, mucho de lo que sentía y lo que sentían mis allegados, y que me enseñó sobre cómo actuar de forma un poco más acertada con respecto al tema. Si estás interesado en aprender un poco más sobre todo este tema tan grande y complejo, te recomiendo leer “La depresión no existe”. Es un libro escrito por Juan Carlos Rincón Escalante (quien por cierto cada tanto sube publicaciones o historias en su cuenta de Instagram hablando sobre el tema y dando consejos bastante acertados) e ilustrado por Cecilia Ramos (La Ché).

Por último, recuerden que, aunque la salud en Colombia es bastante pesada (y en temas de salud mental aún más), hay un montón de líneas dispuestas que si bien no serían un tratamiento milagroso para un suicida, sí podría ser la parada de primeros auxilios que le salvaría la vida a alguien. Téngalas en cuenta y no dude en llamar o escribir cada que lo considere necesario:

 

Fundación Sergio Urrego — 311766866

Línea 106

Línea Nacional de toxicología — 018000916012

hablalo.com.co

 

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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