Por: Camilo Llanos
El director Scott Derrickson es conocido por dos películas de terror que, pese a tener una respuesta mixta por parte de la crítica, han acumulado varios admiradores que la defienden: la primera, “El exorcismo de Emily Rose”, una cinta que mezcla el drama con el terror, y la popular “Sinister”, un filme que hasta el año pasado era catalogada la película más terrorífica de todos los tiempos, según un estudio de la empresa Broadband Choices que analizaba la frecuencia cardiaca de la audiencia.
Más adelante, el cineasta nacido en Denver, Colorado, incursiona en el universo de Marvel con “Doctor Strange: Hechicero Supremo”. Luego sale del rodaje, por diferencias creativas, de la segunda parte del Doctor Strange, y ahora, Derrickson regresa a sus orígenes y suma a su filmografía, probablemente su mejor entrega hasta el momento: “El teléfono negro”, demostrándonos que es un maestro en el género de terror.
La historia se desarrolla en un suburbio de Denver ambientada en los años 70, Mason Thames interpreta a Finney Shaw, un niño tímido, que no tiene muchos amigos y, además, otros estudiantes lo oprimen en el colegio, pero a pesar de esto, es muy inteligente y tiene fuerza en su brazo hábil, ya que juega béisbol. Poco a poco, los niños de su edad con los que tuvo un pequeño acercamiento van desapareciendo al ser secuestrados por el denominado “El Captor”, quien se caracteriza por siempre cargar unos globos negros. Madeleine McGraw, interpreta a Gwen Shaw, quien es la hermana menor de Finney, ambos muy cercanos, ya que ella tiene una personalidad fuerte y lo defiende en la escuela. Gwen, al igual que su madre fallecida, tiene sueños en donde puede ver sucesos reales que han ocurrido en el pasado, por esta razón la policía la entrevista, sin embargo, a su padre, quien es viudo y alcohólico, no le gusta este “poder paranormal” y maltrata a sus hijos.
Una tarde, Finney va de regreso a su casa y se encuentra con “El Captor”, cruzan algunas palabras, y cuando este último lo golpea, lo sube a su camioneta. Cuando Finney despierta, se encuentra en un sótano sucio y descuidado en donde solo hay un colchón y un teléfono negro, que está desconectado, pero que de todas formas suena en algunas ocasiones. Es aquí en donde nuestro protagonista deberá hacer todo lo posible para escapar del secuestrador. Es en este punto, en el que la película mezcla el suspenso y el terror realista con lo paranormal, Finney atiende el teléfono y recibe ayuda de los niños que han sido asesinados, quienes lo llaman esporádicamente para ayudarlo a salir de allí.
Lo primero a destacar de la cinta, es que tanto la estética, como la atmósfera, recrean un mundo que refleja muy detalladamente la década de los 70, la caracterización del ambiente y vestuario de los personajes encarna a la perfección la época que se quiere retratar. Por otro lado, en la historia se siente la influencia de Stephen King (Joe Hill es hijo de Stephen), porque se entiende que el asesino nace en consecuencia de la violencia que rodea las vidas de los personajes, lo cual configura un ambiente tenso y de peligro incluso fuera del sótano del criminal. El director nos sitúa en un mundo violento en donde enfrentar el bullying significa hacerle frente y solucionar los problemas a puñetazos.
Luego de mencionar los argumentos de la película, es importante agregar que la fotografía de Brett Jutkiewicz es impecable, la cual mantiene un tono lúgubre, con sus paredes y su color ocre, logrando un trabajo que constituye una atmósfera claustrofóbica y dándole un toque macabro a la cinta de principio a fin.
Por toda su estética, sus referencias, citas y homenajes, “Telefono Negro” se acerca más a películas como “La masacre de Texas”, “Halloween”, “Scream”, “It”, “El silencio de los inocentes”, teniendo un poco de “Rebeldes y confundidos” y “Cuenta Conmigo”.
No me puedo quedar sin mencionar las buenas actuaciones del elenco infantil y, sobre todo, la de Ethan Hawke, un villano puramente malévolo y tétrico, que, al mismo tiempo, es capaz de convertirse en un hombre tan cobarde como aterrador y grimoso, alejándose de sus papeles típicos en el cine, su actuación trasciende también gracias al increíble trabajo con las aterradoras y originales máscaras que utiliza en la película. Sin embargo, las otras interpretaciones de los adultos más bien son poco creíbles, ya que estos, incluyendo a los policías, no aportan demasiado a la trama.
Al final, “Teléfono Negro”, es una de las mejores adaptaciones de una obra de Joe Hill hasta el momento, no es una película perturbadora o aterradora como otras películas de este género, pero es una muy buena opción para los amantes del mismo: en pocas palabras, es una cinta entretenida, que te mantendrá en suspenso por casi dos horas, con varios momentos inesperados que te harán inevitablemente saltar de tu asiento.