Redacción: Massiel de los Ángeles García Lugo
Satanás, lleva por nombre el gran libro escrito por Mario Mendoza en el 2007, el cual nos da mucho de qué hablar, reflexionar y concluir. Para sorpresa de todos, esta novela negra está basada en una historia real donde el escritor colombiano nos cuenta, a través de historias conectadas entre sí, el hecho lamentable ocurrido en 1986, en el restaurante Pozzetto ubicado en Bogotá, donde el autor del crimen arrebató la vida de 30 personas y luego se quitó la vida. En el libro nos narran distintas historias, la de María, Andrés y el Sacerdote Ernesto; estos representas algunos pecados capitales como el robo, la avaricia y la lujuria. A medida que el libro avanza podemos notar que las historias se van tejiendo y contando poco a poco, pero la historia paralela, más no ajena a ellos es la de Campo Elías, el autor original del crimen tan atroz ocurrido en la capital colombiana. Mendoza no se inmutó en cambiarle el nombre al causante de dicha masacre. ¡Porque lo conocía! Sin embargo, su manera de narrar la historia nos lleva a pensar si realmente todo lo que transcurrió detrás de este crimen realmente sucedió o solo fue ficción.
Muchos de los lectores dicen que las vidas ficticias de las tres víctimas fueron inspiradas en tres de las víctimas reales del crimen. ¿Pero quién puede saber la verdad? Mario Mendoza, que en sus tiempos universitarios conoció a Campo Elías y habían intercambiado palabras incluso horas antes de la masacre cuando Campo Elías fue a reclamar su diploma en Lenguas Modernas. Hecho escalofriante, pero verídico contado por el mismo escritor. Mendoza nunca se pronunció sobre las víctimas de su libro o si las historias fueron inspiradas por personajes reales. Lo que sí nos deja un sin sabor y miles de interrogantes es la manera en la que termina el libro. Entre las tantas historias narradas en el libro nos encontramos con la de una adolescente poseída con la cual trata el Sacerdote Ernesto. El estado de esta joven se deteriora y agrava a medida que avanza el libro, sin embargo, queda inconclusa hasta que leemos el Epílogo:
‘‘Al día siguiente de la matanza de Pozzetto ningún lector se percató de que en las páginas finales de los diarios, en rincones de poca importancia, aparecía una noticia que hablaba de una niña poseída por el Demonio, una niña que había asesinado en el barrio La Candelaria a su madre y a una empleada del servicio doméstico. La posesa había escrito en las paredes con la sangre de las víctimas: «Yo soy legión». La policía no había podido dar con ella y los periodistas suponían que seguramente estaría vagando de calle en calle, confundida entre la multitud de indigentes y alucinados que recorren la ciudad durante horas interminables y que suelen pernoctar en potreros baldíos, en caserones abandonados, en parques poco concurridos o debajo de los puentes en guaridas improvisadas y malolientes.
Bogotá, julio del año 2001’’
Aún no podemos saber si este hecho ocurrió ya que no hay registro alguno de este suceso en ningún periódico o medio de comunicación. Sin embargo, a pesar de los cientos de hipótesis sin resolver podemos concluir, por falta de pruebas, que las historias de los personajes del libro son ficticias a excepción de la de Campo Elías. Pero, que no hayamos podido encontrar la respuesta específica a nuestra interrogante no significa que esta no se resolvió. Sin duda podemos afirmar, lejos de la ficción, que es una increíble novela cuyo objetivo era demostrar a través de hechos reales y ficcionales la violencia que atraviesa y causa cada personaje, como internamente cada uno sucumbe ante las tentaciones, y como nosotros, como humanos no estamos exentos de la maldad innata que albergamos en nuestro interior, pero solo nosotros decidimos si nos dejamos llevar por ella o no.
Bibliografía
Mendoza, M. (2007). Satanás. Edición planeta lector.