Redacción: Antonia Gómez Almarales
La cuestión aquí es: ¿Qué es gente de bien? Si la abordamos desde el séptimo arte se trata de la opera prima del cineasta colombiano Franco Lolli; para cualquier otro enfoque que se le pueda dar a la pregunta, no cuento con una respuesta.
Protagonizada por Alejandra Borrero, Brayan Santamaría y Carlos Fernando Pérez; ‘‘Gente de bien’’ es un filme que se destaca -y no en vano- por su gran participación en festivales internacionales de cine, tuvo su estreno en la 53° semana de la crítica del Festival de Cannes en 2014 y de allí partió a lugares como Cartagena, San Sebastián, Londres, Mar de Plata, Fráncfort, entre otros; asistiendo a un total de 46 festivales alrededor del mundo de acuerdo con Proimágenes Colombia.
La película nos presenta la historia de Eric, un niño de 10 años que, por cuestiones de la vida, ahora debe vivir con su papá, un carpintero llamado Gabriel quien trabaja arreglando muebles para María Isabel, quien es la cabeza de una familia de clase alta.
Más que una crítica a la gigantesca brecha de clases sociales que existe en Colombia, yo diría que esta película la retrata sin caer en el extremo de la porno miseria. Franco Lolli logra mostrarnos, a través del encuadre, cómo las personas pueden estar separadas aunque compartan el mismo espacio: hay una escena donde están Eric y Gabriel comiendo en casa de la hermana de Gabriel, están sentados todos juntos en el comedor, la separación entre silla y silla es casi equidistante, pero lo que se nos muestra en pantalla es que nuestros protagonistas no pertenecen a ese lugar, el ángulo que emplea la cámara de cierta forma acorrala a los dos personajes en el tercio izquierdo de la pantalla, reforzando la noción de segregación.
Es una película que en general tiene muy poca profundidad de campo, es decir, que los personajes están enfocados y lo demás se ve borroso la mayor parte del tiempo; yo lo interpreto como una forma de decirnos a nosotros como espectadores, que el lugar es de cierta forma irrelevante, porque es una historia universal.
La película es muy bella, todo se siente natural y orgánico, esto se debe en parte al trabajo de casting tan minucioso que se llevó a cabo: para encontrar al niño que le daría vida a Eric fueron necesarios más de seis meses de búsqueda. El director quería que las actuaciones fueran lo más honestas posibles, por lo que decidió no contratar a una estrella para el papel de Gabriel, sino a una persona que pudiera ver su vida reflejada en el personaje. La única actriz profesional que participó de la cinta fue Alejandra Borrero, para quien representó un reto el hecho de que, aunque existiera, no se usara el guion durante el rodaje, esto implica que los actores tuvieron que improvisar sus diálogos y que las marcas, usualmente muy rígidas, desaparecieran. Aceptando el desafío de reinventar su forma de trabajar, Borrero nos ofrece una actuación fenomenal donde podemos apreciar la complejidad de su personaje María Isabel, quien se nos presenta por primera vez con gritos, la escuchamos pelear con su hija adolescente y una vez termina, vemos su rostro.
La relación entre Gabriel, Eric y María Isabel es muy cordial en todo momento, pero esto no la absuelve de situaciones completamente impregnadas por una gran incomodidad y esto no ocurre en escenarios extraordinarios, sino en las situaciones más comunes. María Isabel intentará siempre ayudar a Eric, pero las convenciones sociales se lo harán muy difícil.
Gente de bien es una de estas películas donde parece que ‘no pasa nada’, pero no se equivoquen, si parpadean pueden perderse de las múltiples referencias a nuestra realidad. Es una historia tan real que hasta se podría decir que cuenta con un cierto aire documental. La cinta está disponible en Retina Latina, una página donde pueden encontrar cine latinoamericano gratis, sin anuncios y sin virus.