Todos los días que llego a la Tadeo, veo el imponente edificio que representa nuestra biblioteca. Nunca deja de impresionarme su bella arquitectura, el exquisito diseño que dibuja entre sus planos un potencial de sabiduría acumulado, sólo para el propósito de expander nuestro conocimiento a través de la lectura. Qué rico tomarse un café mientras se lee algunos versos de poesía, o algún ensayo que simpatice con nuestras mentes casi como nuestro reflejo frente al espejo.
Lamentablemente, en la historia de la humanidad siempre ha habido detractores del conocimiento. Hay quienes condenan la libre expresión para imponer su restringida visión del mundo. Para algunos, prima la ignorancia sobre el desarrollo. Lamentablemente, las condiciones actuales no apoyan la lectura.
Y la situación se vuelve aún más preocupante cuando nos enteramos que los comunicadores sociales no están leyendo. Pero, ¿a qué se deben estos hábitos nocivos? El cerebro es un músculo: entre más lo ejercitas, mas eficiente se vuelve. Su uso requiere de estímulos, y en el actualidad, los libros deben competir con revistas, televisión, radio, cine, una cantidad enorme de publicidad y propaganda, y a veces pero no siempre, con una forma de "zapping" del Internet.
Nadie te va a obligar a leer por tu cuenta, afortunadamente. Las herramientas están disponibles para quién quiera utilizarlas. Cómo estudiante, solo necesitas de tu carné y de algo de curiosidad para comenzar una aventura que te llevará a lugares que solo la mente te puede llevar.