Existen casos en la sociedad de cambios físicos en las personas, ya sea porque no se sienten bien con su apariencia, o porque simplemente no se sienten conformes con su sexualidad, este es tan solo uno de tantos casos existentes sobre el cambio de sexo.
El problema planteado gira en torno al llamado “transexualismo”. Al respecto no hay pronunciamientos explícitos del Magisterio; sólo pueden hacerse referencias a las enseñanzas generales sobre la sexualidad humana.
A diario se suman los casos de cambio de sexo algo que en la actualidad es normal, respeto a cada quien lo que quiera hacer, pero pienso que es un riesgo muy fuerte someterse a este tipo de cirugía la cual pone en riesgo la salud sin necesidad y también afecta a la persona moralmente, pero de todas formas que se le puede hacer, no somos quien para juzgar la vida y las decisiones que toman las personas y más una decisión tan radical como es cambiarse por completo físicamente.
Chris Beck pasó 20 años trabajando de forma encubierta en líneas enemigas como miembro de los Navy Seal, la unidad de élite de la marina de Estados Unidos que realiza operaciones especiales o comando. Pero el oficial condecorado siempre ocultó un secreto mucho más personal; desde su niñez, sintió que era una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre.
Como integrante de los Navy Seal, el mundo de Chris era rudo, machista y algunas veces violento. Participó en misiones encubiertas en el Océano Pacífico y en Medio Oriente y luchó junto a miembros del SAS (Special Air Service) de Reino Unido, que forma parte de las fuerzas especiales británicas.
Pero cuando había transcurrido más de un año desde su retiro de las fuezas armadas, cambió la foto que tenía en su perfil de LinkedIn y la reemplazó por la de una mujer sonriente, alta y de cabello oscuro, con la bandera de EE.UU. como fondo, Me estoy quitando todos mis disfraces y anunciándole al mundo mi verdadera identidad como mujer", escribió.
Chris se había convertido en Kristin. Mientras esperaba para saber cuál sería la reacción de sus colegas ante la noticia, Kristin sabía que no había manera de retractarse de su decisión de hacer pública su historia personal. Según las reglas los Navy Seal, sus integrantes tienen que ceñirse a valores inquebrantables como integridad, lealtad y confianza. Por eso, Kristin temía que sus compañeros la acusaran de deshonrar sus principios al revelar públicamente que era transexual, Aunque para algunos fue difícil aceptar su decisión, la respuesta que recibió fue abrumadoramente positiva.
Así fue como decidió escribir el libro "Princesa guerrera: el camino de un Navy Seal para reconocer su transexualidad" junto con Anne Speckhard, profesora de psiquiatría de la Universidad de Georgetown, en Washington. Allí habla de su niñez en un hogar conservador y religioso, de sus intentos para suprimir su verdadera identidad –al comprar a escondidas ropa de mujer y luego botarla- y de sus dos matrimonios fallidos.
"Estaba tratando de vivir tres vidas", dice Kristin. "Tenía una vida secreta con mi identidad femenina, otra con el equipo de los Navy Seal y una más en mi hogar, con mi esposa, hijos, padres y amigos".
Los casos son cada día mayores, se puede ver que por esto también se destruyen muchas familias y se acaban relaciones, simplemente por esconder la realidad de las cosas y no hablar con la verdad desde un principio, lo mejor es asumirlo y ser quien queremos ser, sin lastimar a nadie.
Por: Jenny Acosta