Como parte del plan de trabajo del taller “Diseño Popular, Cadenas Productivas y Construcción de Paz”, se realizó en el salón de videoconferencias de la UJTL, Seccional del Caribe, una doble jornada de conferencias cuyos temas fueron la Innovación Social y la Economía Social y Solidaria.
Los invitados por videoconferencia fueron Marie-Haude Caraës quien se desempeña como directora de investigación de la Cité du Desing enSaint-Étienne, Francia. Posteriormente el turno fue para el sociólogo colombiano Javier Castellanos quien se encuentra haciendo estudios de maestría en Economía Solidaria en Buenos Aires (Argentina).
Con una introducción teórica e histórica sobre la Innovación Social, Marie-Haude Caraës le mostró a los asistentes los cambios que en la historia han generado algunos diseños para la sociedad y las implicaciones sociológicas que éstos sugerían para el cambio de conductas inapropiadas. Dando un salto hasta la era del internet, habló de la importancia de la información y el uso de software gratuito.
Entre muchos ejemplos, la diseñadora francesa explicaba la importancia de cada diseño, donde el usuario tenía una participación decisiva en la creación del producto.
Uno de los ejemplos donde el usuario se ve directamente involucrado, es en un sitio web que opera en la frontera de Estados Unidos, entre el estado de Texas con México, donde los ciudadanos pueden monitorear por medio de cámaras cualquier movimiento fuera de lo común y alertar a las autoridades de movimientos sospechosos de tráfico de drogas, asunto que azota esta región.
Posteriormente, en la segunda parte de esta videoconferencia, el sociólogo Javier Castellanos con un mensaje claro y directo les fue enfático a los alumnos al afirmar que el modelo económico que se está aplicando en Colombia y algunas regiones de América latina aumenta drásticamente los índices de desigualdad, y concentración de riquezas en pocas personas.
La economía social solidaria es ver el mundo de otra manera, es reconocer que la economía no se basa en las entidades públicas y privadas, que también hay millones de personas que sobreviven con el día a día, y no están vinculados a ninguno de los dos sectores.
Este es un modelo económico que reconoce al ciudadano como un ser con principios y valores, que es tratado como un paciente y no como una mercancía y de paso se interesa por el bien común. Para ello hay que tener en cuenta las cadenas productivas del país donde se hable de una sostenibilidad no sólo económica y social, sino que también amiga del medio ambiente.
Por último, Castellanos habló de la importancia de trabajar con sectores vulnerables como es el caso las reclusas de la cárcel de San Diego y resaltó esta labor como un proyecto de suma importancia y una gran oportunidad para mejorar las condiciones de estas personas, donde la economía social solidaria les brinda un espacio en el sistema, y busca que se les brinde las garantías mínimas para poder vivir una vida digna.