BOLETIN DE SEGUIMIENTO A NOTICIAS DEL PROCESO DE PAZ EN EL MES DE JUNIO
Sin duda la noticia que marcó la pauta en este mes fue el anuncio conjunto entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC sobre un acuerdo para la finalización del conflicto, que pone términos definitivos para el cese bilateral al fuego, y que elimina uno de los obstáculos más grandes al actual proceso de paz. En el comunicado conjunto, los dos bandos afirman "haber superado algunas de las diferencias más profundas sobre el acuerdo de paz" que llevan negociando en desde 2012. Además del cese al fuego, también se anunciaron la dejación de armas, los términos para la desmovilización de los guerrilleros, las garantías de seguridad de lo pactado y la verificación internacional de los acuerdos. A continuación veremos cómo registraron este trascendental suceso los medios de comunicación:
MEDIOS TRADICIONALES
Por: Alejandra Castro
En medio de grandes tensiones políticas, el pasado miércoles 22 de junio se anunció el cese de fuego bilateral y definitivo entre la guerrilla de las FARC y el Gobierno nacional. El día siguiente se firmó en La Habana el acuerdo definitivo sobre este punto. El evento reunió a varias figuras de la región quienes acompañaron a las delegaciones. La mayoría de medios tradicionales catalogaron este acontecimiento como "histórico" debido a las grandes implicaciones políticas y sociales que traerá. Por ejemplo, la revista Semana tituló uno de sus comunicados del siguiente modo: "Histórico anuncio de cese al fuego le pondría fin a la guerra"
A su vez, el regalo de Santos a ‘Timochenko’ (un esfero en forma de bala denominado Balígrafo, cuya inscripción dice "Las balas escribieron nuestro pasado, la educación escribirá nuestro futuro") fue el acto simbólico más comentado. Así, El País indica que se trata de una bala calibre 50 para ser entregado al jefe negociador de las FARC. Además, la educación aparece como el tema más importante en este proyecto de paz. Por su parte, El Tiempo señala que Indumil, empresa colombiana encargada de la fabricación de armas, estuvo al frente del proceso de transformación de los cartuchos.
El Espectador ofrece una serie de puntos clave para entender el "Fin del conflicto" que incluye las garantías de seguridad, cese bilateral y definitivo del fuego y dejación de armas. Además, también da espacio a los opositores, particularmente al senador Álvaro Uribe Vélez y al procurador Alejandro Ordóñez, quienes insistieron en denunciar la supuesta impunidad que el proceso de paz estaría negociando.
A su vez, otra noticia, no tan alentadora como la primera, señala que Colombia es el país con mayor índice en desplazamientos forzados según la ONU. Así, El País informa que Colombia ocupa el primer lugar con 6.5 millones de víctimas, superando a Siria e Irak. No se observan repercusiones sobre este tema en el resto de los medios de prensa.
MEDIOS ALTERNATIVOS
Por: Erasmo Daniel Ospina Ramirez
El anuncio del acuerdo de cese al fuego bilateral, zonas de concentración, dejación de armas y garantías de seguridad tuvo un fuerte impacto entre los medios alternativos, que trataron el tema desde diferentes ópticas: sus antecedentes, los puntos del acuerdo, reacciones, y oposición. A continuación, haremos un barrido por los diferentes medios, centrándonos en los aportes de cada uno. Por motivos de extensión, no nos concentraremos en elementos generales de la ceremonia de anuncio –dígase quienes participaron o quien hablo primero–, e intentaremos no repetir los puntos más básicos del acuerdo; antes bien, intentaremos buscar que nuevo o exclusivo aporta cada medio.
De tal manera, empezamos por los artículos de la Silla Vacía. Ya desde un día antes al anuncio del acuerdo (celebrado el 23 de junio) este medio público un estado del arte de las negociaciones, punto por punto, en donde se revisó que se había convenido en cada uno de ellos. Allí recordaban que los cuatro temas (que luego fueron materia del anuncio) corresponden al punto tres de la agenda denominado “el fin del conflicto”. La lectura de los múltiples puntos, nos recuerda lo avanzado que están los diálogos, obteniendo ya 25 puntos –contando estos cuatro– de 31 puntos en total. Realmente, falta todo el quinto punto en la agenda –implementación–, mientras que, en los otros, solo falta un punto. Así, por ejemplo, en "participación política" solo falta definir en cuáles y cuántas zonas se abrirán elecciones para que miembros de las FARC puedan participar de la Cámara.
Resulta interesante contrastar este artículo con otro publicado el 27 de Junio, en donde Juanita Vélez y Daniel Mórelo se preguntan ¿quién cedió más en cada punto?. Para sorpresa de algunos, encuentran que la delegación de las FARC cedió más que el Gobierno en la mayoría de los puntos –aunque esta vez sólo analizan 23–. Así, encuentran que mientras las FARC ceden en 13 puntos, el Gobierno tan solo cede en 3, dejando 5 restantes a un ceder de ambas partes y dos puntos en los que ninguno ha cedido. Igual que en el artículo anterior, analizan punto por punto los acuerdos y puntualizan lo que cada delegación pretendía y luego terminó cediendo. Al final, concluyen que la razón por la cual las FARC ha cedido numéricamente más que el Gobierno es porque llegaron a la mesa de negociaciones con propuestas "prácticamente imposibles de implementar", como la abolición del sistema presidencial, mientras que los segundos no tenían en el comienzo propuestas específicas, sino "una posición más de escucha".
Ya respecto al cubrimiento del acuerdo como tal, La Silla entra a mirar que preguntas efectivamente se respondieron en el anuncio del acuerdo. A través de 16 preguntas La Silla explica elementos específicos del funcionamiento del cese al fuego, entrega de armas, refrendación y garantías de seguridad al desmovilizado. Por ejemplo, se especifica que la autoridad dentro de las zonas de concentración no serán "repúblicas independientes como El Caguán o la del Ralito –como lo habían asegurado los jefes de la delegación del gobierno–, sino que tendrán funciones las autoridades no armas del Estado y los verificadores internacionales". Por otra parte, si bien se muestra que en la mayoría de las preguntas los anuncios responden de manera específica, también se indicó que quedan puntos inconclusos como "¿qué pasará con los guerrilleros presos?". Al respecto se señala que de darse una ley de amnistía no se ha establecido para quienes aplicaría dicha ley. Lo único nuevo acordado al respecto es que los excarcelados serían llevados a los campamentos. Finalmente, este artículo muestra que el acuerdo responde muchas preguntas de ¿qué pasará después del acuerdo final?, pero carece en decir cuándo o como será este. Hasta ahora, lo único que se sabe al respecto, es que Santos afirmó que "se firmará en Colombia".
Por su parte Pacifista, también publicó dos artículos preparatorios el 22 de junio. El primero de ellos plasma una línea de tiempo sobre los diálogos de paz, desde su primera reunión exploratoria, en marzo del 2011, hasta la fecha del artículo. No trata únicamente sobre los sucesos celebrados entre las partes, sino también los tropiezos y triunfos que han tenido estas negociaciones. El otro artículo preparatorio trata sobre la confirmación de los rumores del acuerdo, por parte de Carlos A. Lozada, el hombre que lidera la delegación de las FARC en la Subcomisión Técnica del Fin del Conflicto.
Ya al momento cubrir el anuncio, Pacifista escribe un artículo en donde analiza los diez puntos clave del acuerdo, a saber: (i) el cese al fuego bilateral significa el punto final del enfrentamiento armado entre ambas partes, la aplicación de los acuerdos, y la reincorporación de los excombatientes; (ii) se dispondrá temporalmente de 23 zonas de concentración para la desmovilización de las FARC, allí no podrán hacer política y habrá una zona segura de un kilómetro a la redonda; (iii) los guerrilleros serán trasladados a estas zonas de concentración cinco días fecha a partir de la firma del acuerdo final, habrán grupos de guerrilleros que se les permitirá salir de los campamentos mientras no estén armados; (iv) el monitoreo y verificación de las zonas estará a cargo de la ONU y no se permitirán civiles en esas zonas; (v) las Naciones Unidas recibirá la totalidad de las armas de las FARC; (vi) la entrega de armas se efectuará por fases –30% hasta no más de 90 días, 60% 120 días, y 100% 150 días–, que en su totalidad sumarán 180 días para extraer la totalidad de las armas; (vii) el Gobierno intensificará acciones contra organizaciones criminales y asegurará protección a comunidades mientras FARC se comprometa a colaborar con los acuerdos; (viii) creación de una Comisión Nacional de Garantías de Seguridad y una unidad especial dentro de la fiscalía que tenga como función el desmantelamiento de organizaciones criminales; (ix) creación de un modelo de garantías de derechos ciudadanos para los excombatientes y para cualquier integrante de organizaciones sociales y políticas; (x) ambas partes acordaron aceptar el mecanismo de refrendación que decida la Corte Constitucional.
Finalmente, el 27 de junio Pacifista consultó a diferentes personas respecto de lo que opinaban sobre de los acuerdos. Entre los consultados había un farmaceuta, un vendedor de productos de aloe vera, un vendedor de linternas, un lustrabotas, una estudiante de sociología, y un vendedor de jugos. De todos, solo el último no había escuchado la noticia, y se presentaba escéptico frente a los políticos; de resto, todos consideraban los acuerdos como un punto de cambio.
Pasando a Las 2 Orillas, se reconocieron tres puntos clave: el acuerdo como tal, mediante la publicación del comunicado conjunto; la oposición, publicando un artículo sobre lo que comentaron los opositores al proceso; y las zonas de concentración. Con respecto al segundo tema, el autor Juan Diego Castro León enumeró las reacciones negativas que produjo la firma del acuerdo. Se refirió específicamente al senador Álvaro Uribe, a los Tuits de seguidores del Centro Democrático y al cubrimiento que se hizo en Canal RCN. De ese modo, el autor, concluye que la paz "no es para todo el mundo y que los enemigos de la paz tienen una actitud sesgada e irracional" catalogándolos como "paxfobos", adjetivo que alude al trastorno que él denomina Paxfobia: “miedo o fobia que genera odio irracional hacia la paz y hacia todos los que la promueven”. Sin embargo, lo que resulta más interesante de esta nota es que el autor acusa a los enemigos de la paz de usar herramientas de “propaganda” para la "manipulación en la comunicación social". En esa línea, describe los principios de comunicación de la “Propaganda uribista”, a saber: el principio de simplificación y del enemigo único; del método de contagio; de la transposición; de la exageración y desfiguración; de la vulgarización; el principio de orquestación; de renovación; de la verosimilitud; de la silenciación; la transfusión y, por último, el principio de la unanimidad. Además, el autor invita a aquellos que apoyan el proceso a que dejen de intentar convencer a los “paxfobos” de que el acuerdo es beneficioso, y simplemente los hagan a un lado.
Las 2 Orillas ofrece además un tratamiento exuclusivo sobre el tema de las zonas de concentración. Desde el 23 de junio, explica el objetivo de las zonas de concentración es "acoger a los miembros de las FARC durante su evolución a partido político". Se trata de 23 zonas veredales y se mencionan las reglas que tendrán estas según lo pactado en el acuerdo, por ejemplo, que los guerrilleros comenzarán a desplazarse hacia ellas después del quinto día en que se firme el acuerdo; que las zonas tendrán facilidades de acceso; podrán ser modificados los límites de estas por mutuo acuerdo, y que serán monitoreadas por la ONU. En estas los guerrilleros portarán sus armas hasta el momento en que se produzca la Dejación y podrán realizarse capacitaciones y demás actividades que aporten al objetivo primero que es la civilidad de los guerrilleros. A su vez, se aclara que existirán ocho campamentos, y que las reglas dentro de estos serán más herméticas. A modo de complemento, en otro artículo publicado el día siguiente, se exponen cuáles serán los puntos exactos en los que se establecerán dichas zonas y los campamentos, plasmándolos en un mapa realizado por Fun.
Por su parte, Verdad Abierta ofrece tres artículos principales que corresponden a antecedentes, acuerdo, y riesgos. En los antecedentes, encontramos una línea del tiempo con los hechos más destacados desde el inicio de las conversaciones en agosto de 2012 hasta la fecha. Esta línea del tiempo da cuenta de los cambios de perspectiva que han tenido los diferentes actores desde el inicio de los diálogos. Según ellos, las FARC han moderado su lenguaje y las posturas arrogantes, además de que han cedido a un paulatino reconocimiento de víctimas. Por su parte, el Gobierno nacional ha hecho un reconocimiento de las FARC como actor político, pues "dejaron de verlos como terroristas a derrotar por la vía militar".
En cuanto al acuerdo como tal, Verdad Abierta, habla en otro artículo, del 24 de junio, sobre los últimos detalles de la negociación. Habla de las 23 zonas de concentración acordadas y del papel que cumplirán dentro del proceso, además de hacer un recuento de cómo será su funcionamiento. Por otra parte, el artículo realiza una mirada muy interesante hacia el pasado, comparando esta negociación con otras, por ejemplo, con la guerrilla del EPL durante el gobierno de César Gaviria, y aclara que el cese bilateral de hostilidades no se ha hecho por primera vez en el país, pues antes de este, durante el gobierno de Belisario Betancur en 1984 con la firma de “Los Acuerdos de La Uribe” se intentó también un cese bilateral que fracasó. El texto señala que, "para que este fracaso no se repita", en esta negociación se estableció una “Zona de Seguridad” en la que no podrá haber unidades de la Fuerza Pública ni miembros de las FARC, y que será observada por la misión verificadora de la ONU. Otra diferencia con los otros intentos, es que no se hará una entrega pública de armas, sino que se entregarán a la ONU. Además, el Gobierno se comprometió a brindar garantías para asegurarse de que las FARC harán una política sin armas, estas tienen cinco pilares, sin embargo, se enfatiza en tres en el artículo: el “Pacto Político Nacional”, la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad y la Unidad Especial de Investigación de la Fiscalía General de la Nación. El artículo termina precisamente con una pregunta y es si alcanzará el presupuesto para mantener dichas instituciones, fundamentales para el proceso.
Ya en el tercer artículo (sobre los riesgos) se encuentra una posición más reflexiva frente a los acuerdos y su alcance real dentro de la situación nacional. Deja claro que, aunque el acuerdo final con las FARC se firme, "habrá aún muchas amenazas por parte de otros grupos armados ilegales que persisten". El artículo muestra la perspectiva de varios expertos (Eduardo Álvarez, coordinador del área de dinámicas del conflicto de la FIP, Jorge Molano, abogado e integrante de la red de defensores de derechos humanos no institucionalizados DH Colombia y Carlos Guevara, coordinador del sistema de información de Somos Defensores). Un gran riesgo según ellos es que la guerrilla del ELN "intentará apropiarse de los territorios que dejen las FARC". El artículo destaca que se impone entonces que el Estado busque enfrentar estas otras formas de violencia para poder lograr una paz duradera.
Por último, nos referimos al portal de académicos Razón Pública, en donde hallamos tres artículos. Los tres, fueron publicados el 27 de junio. El primero, escrito por Juan Carlos Palou, intenta mirar dentro de los cuatro puntos qué se obtuvo, qué no se obtuvo, y lo que ello puede significar. Empieza por el acuerdo de cese al fuego bilateral, proponiendo que no solo tiene el peso político de acabar una violencia entre dos bandos, sino que tiene una gran importancia técnica, al compilar experiencias de desmovilizaciones tanto internacionales como nacionales. Es pues, que los mecanismos de zonas de transición implementadas en este acuerdo tienen un peso técnico y logístico incomparable con la Zona de Despeje del Caguán o Santa Fé del Ralito –desmontando así las críticas hechas por los expresidentes Pastrana y Uribe quienes en su tiempo carecieron de la especificidad y planeación que tiene el acuerdo actual–. Por otra parte, en cuanto a la dejación de armas, no desconoce que haya la posibilidad de que los rumores frente al mal obrar de las FARC en su desarme sean ciertos, pero también reconoce que no se puede saber hasta que se intente. Propone confiar en la pericia y experiencia de las Naciones Unidas en este tipo de procesos. Frente a las garantías de seguridad, que reconoce tres ejes (concepción amplia de seguridad, amenaza a la paz por parte de los paramilitares, y medidas de protección específicas para integrantes del movimiento político de las FARC), demuestra que este acuerdo también implica un fuerte componente de construcción y fortalecimiento del Estado, si se mira que se propone un monopolio legítimo de la fuerza, un fortalecimiento de la justicia y de tributación. También llama la atención sobre la falta de cuidado al pacto política nacional y desde las regiones que busca desligar completamente las armas de la política.
El segundo artículo, escrito por el directivo del Centro Nacional de Memoria Histórica, Álvaro Villarraga Sarmiento, explica de manera clara el acuerdo convenido el 23 de junio. De manera secuencial, muestra la relación entre los cuatro puntos, y el funcionamiento necesario para la entrega de armas. Empieza por la espera del Acuerdo General de Paz –que calcula estará en dos meses– para su firma y solicitud del mecanismo de refrendación requerido, lo cual podría estar pasando para octubre de este año. Dicha refrendación, en caso de ser plebiscito, necesitaría un 13% del censo electoral para ser legítimo, es decir, obtener 4,4 millones de votos a favor de la negociación. Solo allí, cuando sea legitimo el acuerdo, tendría este un carácter verdaderamente vinculante a las partes, y tendrían cinco días para que las FARC se traslade a los puntos de concentración. Villarraga, es hábil al decirnos que no se conoce el número real de combatientes y mercenarios que tiene las FARC, sino que la prensa en general ha optado por reconocer la cifra propuesta por el Ministerio de Defensa. Deberá entonces la guerrilla reportar esta cifra para poder adelantar las preparaciones de reincorporación a la vida civil, otorgamiento de amnistías y garantías de producción. Trasladados a los puntos, la guerrilla tendrá el campo de acción que ya se ha explicado previamente y los verificadores internacionales entrarán a efectuar. Este proceso, se calcula, que podría durar hasta marzo del 2017. Por último, si bien estos acuerdos no se pueden considerar el fin de la guerra, ni mucho menos del conflicto en Colombia, sí es un avance histórico con la guerrilla más grande y antigua de nuestra historia. Es pues, que este es el momento del cual los diferentes ciudadanos se deben concientizar, pues tienen la responsabilidad histórica de decidir cuál será el futuro de este país.
En concordancia con esta responsabilidad electoral, el siguiente autor, Hernando Llano Ángel, habla sobre lo que está en juego en la futura refrendación. En su artículo, contrapone dos anuncios que se dieron en el transcurso de la semana anterior. Por una parte, las declaraciones del senador Álvaro Uribe afirmando que “la paz está herida” mientras que, por otra parte, el presidente J.M. Santos y las FARC coinciden en que "la guerra está moribunda". A lo largo del documento, Llano Ángel subraya la importancia de este segundo anuncio en defensa de las negociaciones de paz. Para concluir, propone frenar la guerra para impedir que se cobre más víctimas, y defender la justicia transicional, pues identifica que lo que está en juego no es la sumisión de la justicia por la paz, sino la imposición de la política ante la guerra.
MEDIOS INTERNACIONALES
Por: Cristhian Andrés Aguirre
En líneas generales, la prensa internacional registró la noticia sobre los acuerdos con efusividad y optimismo. En ese sentido, desde el anuncio conjunto sobre justicia transicional (realizado en septiembre del año pasado) no se registraba tanta cobertura internacional sobre el proceso de paz en Colombia. Comenzando por la prensa norteamericana, The New York Times y The Washington Post hicieron un seguimiento a la noticia principal haciendo una contextualización del conflicto colombiano en el que puso de relieve la colaboración de Estados Unidos en el llamado Plan Colombia que a priori redujo al grupo insurgente y luego lo obligo a negociar. Además de exaltar la importancia de lo pactado, también pusieron sobre la mesa el tema de las drogas ilícitas, y señalaron que en los acuerdos no se ataca el problema de fondo. Además se advirtió que el tema de la participación política de las Farc puede convertirse en "una de las piedras en el zapato para la refrendación popular de los acuerdos".
Los medios españoles, como El Mundo y El País, además de publicar la noticia con detalle, contaron con los análisis de reconocidos expertos en el tema de conflicto armado colombiano, quienes explicaron los acuerdos y dentro de los cuales establecieron serias conclusiones. El primero de ellos fue escrito por Arnette Idler, investigador del Departamento de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford, quien puso énfasis en los puntos del desarme, pues el abandono gradual de las armas "constituye la principal garantía de un no retorno a la guerra". Además, precisó el riesgo que conlleva el desarme para el grupo insurgente teniendo en cuenta los enemigos políticos y armados con los que cuenta la actual guerrilla y el eventual fracaso que significaría que el gobierno colombiano no cumpliera cabalmente con las garantías de seguridad una vez los guerrilleros se integren a la vida civil. Entretanto, Jaime Levin, director del Centro de Investigación Harry S. Truman Para el Avance de la Paz, y profesor de la Universidad de Jerusalén, destacó que: "las zonas de ocupación pactadas en La Habana son por excelencia territorios de presencia y simpatía popular a la guerrilla, por lo que el trasfondo social de lo que puede ocurrir si las Farc deponen sus armas y renuncian a la ilegalidad son dos posibles destinos que dependen de la voluntad pos negociación de ambos bandos y que marcarían un trayecto en pro de la reconciliación o del recrudecimiento del conflicto".
En lo que respecta a prensa británica, The Guardian registró la noticia con mucha certidumbre, pues fue uno de los pocos medios internacionales que estuvo en la ceremonia del anuncio de los últimos acuerdos, de modo que ofreció uno de los seguimientos más completos en materia internacional. Asimismo, publicó una entrevista con uno de los cabecillas máximos de las Farc, Carlos Antonio Lozada, histórico líder de milicia y que también estuvo presente en la mesa de negociación. En ese entrevista Lozada contó cpomo era el papel de guerrillero en la cuidad, habló de la reparación a víctimas y el arrepentimiento de muchas acciones de guerra que actualmente el grupo trata de subsanar. Además hablo de la cercanía y el trabajo conjunto que vivió en la mesa y que posteriormente se llevará a cabo con las Fuerzas Armadas. Finalmente, se refirió a la propuesta política que comandará el grupo guerrillero una vez que incursione en la elegibilidad nacional: "una opción de izquierda alternativa que luche en contra del neoliberalismo y la corrupción", puntualizó.
Por su parte, la BBC publicó reportajes en campamentos guerrilleros en el Magdalena medio, en donde habló con los combatientes y reprodujo sus voces de optimismo y escepticismo por medio de trabajos audiovisuales de documentales y galería donde se puso énfasisi en temas como la vida después de la guerra, las garantías sociales por medio de un desarrollo rural sostenible y la posterior valía del reconocimiento y lucha por los derechos humanos. Además publicó un interesante recorrido cronológico desde el surgimiento de las FARC, sus reclamos sociales, sus acciones determinantes en la criminalidad y el narcotráfico, pasando por los fallidos procesos de paz, su debilitamiento y la actual articulación que presentan los acuerdos que prácticamente ponen fin a la guerra.
CONCLUSIONES
Luego de este paneo por los medios nacionales tradicionales, alternativos y la prensa internacional podemos afirmar que la cobertura fue amplia en el sentido que si el lector se alimenta de al menos una fuente de cada grupo logrará hacerse una percepción mucho más objetiva de la que podría forjarse a partir de los medios de un mismo corte. Así vemos, por ejemplo, que la prensa nacional tradicional, tiene mucha extensión, pero poca profundidad en materia de los acuerdos, teniendo la favorabilidad de visibilizar la mayoría de las voces de la opinión pública, incurriendo algunas veces en el sesgo editorial que caracteriza a cada medio. Por el contrario, en medios los nacionales alternativos se reconoce cuáles sectores son más escuchados y cuales son invisibilizados. Tales medios ofrecen otras miradas que rara vez son registradas en la tradicionalidad mediática de nuestro país.
Por otro lado aparece la prensa internacional, sabiendo que muchas de las noticias que allí aparecen pertenecen a agencias de noticias que reproducen a la localia habitual de los medios colombianos no teniendo un valor tan destacado para quien intenta hacerse de todas las miradas, pero en este caso y dada la trascendencia de lo sucedido, esos medios internacionales sí han desplegado toda su cobertura periodística, dando esa profundidad a los temas que todos conocen, dándole la voz mediática a la insurgencia, pocas veces escuchada, por medio de trabajo de campo en zonas de conflicto, recogiendo las opiniones y sentimientos del bando casi ignorado en cuestiones diferentes a comunicados oficiales, por medio de trabajos multimedia, documentales y galerías fotográficas que hacen que la percepción del lector sea mucho más completa y abierta a respetar todas las posturas.