Redacción: Sofía Acero
Ilustración: Luisa Fernanda Mora Zapata
En el año 2016, la voz de una mujer, que gritó mucho más fuerte que otras, cambiaría la historia del abuso laboral. Gretchen Carlson, nació en Minessota el 21 de junio de 1966, era violinista, fue Miss América en 1989, se graduó de la Universidad de Stanford y poco después una carrera brillante empezó a florecer: Fue corresponsal para CBS News, co-presentadora en varios programas de Fox & Friends y se convirtió en una de las primeras mujeres en serlo en horario estelar. Sin embargo, todo este éxito se vería interrumpido por una situación incómoda, compleja e indignante.
Roger Ailes era uno de los hombres más poderosos de Estados Unidos: Intocable, intachable e incorregible. Su vida estaba rodeada de poder, dinero, política y sexo. El imperio que representaba comenzó a crecer desde que fue consultor político de Richard Nixon, el cual tuvo una campaña presidencial exitosa y sin precedentes. El 7 de Octubre de 1996 fundaría Fox News y cambiaría el periodismo tal y como se conocía hasta el momento. Era el hombre más importante de Estados Unidos, todopoderoso e invencible, sin embargo, esto se terminaría en el 2016.
El 6 de Julio del año mencionado, Gretchen Carlson presentó una demanda en contra de Roger Ailes afirmando que sufrió acoso sexual de su parte y que por no aceptarlo había sido despedida. Tras ella, la presentadora de Fox News, Megyn Kelly, quien en el 2014 fue considerada por la revista Time una de las 100 personas más influyentes del medio, aceptó que Ailes había tenido los mismos acercamientos indeseados al inicio de su carrera. Así fue como una ola de verdad y alivio fue arrasando con todo, a la que se unieron más de 20 mujeres dispuestas a contar su historia con el magnate de los medios, la cual se repetía una y otra vez, y que marcó su fin en Fox News.
Toda esta situación es adaptada en la película “El escándalo” (Bombshell) una producción dirigida por Jay Roach, con el guión de Charles Randolph y protagonizada por Chalize Theron, Nicole Kidman y Margot Robbie, que fue estrenada en el 2019 y recibió tres nominaciones a los Óscar, de las cuales ganó en la categoría de Mejor Maquillaje y Peluquería.
Como estudiante de Comunicación Social - Periodismo, fue un balde de agua fría evidenciar que el deber ser, que está lleno de poesía y buenas intenciones, es absolutamente distinto a lo que debemos afrontar en la realidad. Mientras más conocía datos acerca de esta historia, más se me pasaba me daba vueltas esta pregunta: ¿En qué momento la mente humana llega a sumar el poder con la riqueza, y resulta en el derecho de acosar a otras personas, vulnerando sus derechos y estancando sus sueños? No es posible que en este punto de la historia, en el que hemos sido testigos del alcance de las habilidades femeninas (que ni siquiera deberían estar en discusión, nunca hemos visto que se juzguen las de los hombres) que es infinito e increíble, siga existiendo en nuestra mente programada la idea de que el poder justifica acciones que atentan contra la persona misma, sin importar el género de esta.
Hablar de todos estos temas puede llegar a ser incómodo, parece que quemamos bosques de prejuicios e ideas erradas, que rasgamos vendas y esos ojos que se encandilan con la luz de la verdad prefieren volver a ponersela. Pero creo que la historia nos ha demostrado el peligro que conlleva callarse, y después de tanto tiempo de tener manos presionando nuestra boca para que no salgan palabras, manos señalando hacía cada parte de nosotras, creyéndose con el derecho de afirmar que somos imperfectas, manos que parecen dulces pero resultan acompañadas de prejuicios y de prohibiciones; hemos tenido suficiente.
Rosa Montero, una de esas autoras que es capaz de escribir lo que se me pasa por la mente, afirma que “...El feminismo no es solo cosa chicas. Estamos cambiando el mundo, estamos destruyendo estereotipos milenarios, y es evidente que si se altera el papel social femenino, es porque también muda el papel de los hombres. Pero tenemos que hacer algo más que cambiar la visión de pasado: es esencial que también cambiemos la visión del presente. La manera en cómo nos miramos a nosotras mismas. El mundo,nos decían y nos decíamos, es así. Pero no. Resulta que el mundo no es así. El futuro está aquí, el futuro es hoy y lo estamos construyendo hombres y mujeres. Por primera vez estamos todos. Aunque, para ellos, también debamos abandonar nosotras muchos prejuicios sexistas. Así es que, hermanas, abramos nuestras fauces de dragonas y escupamos fuego”
Esto no es una “lucha femenina”, es una lucha social. Aunque hemos ganado muchas batallas, aún nos seguimos enfrentando en una guerra que sencillamente no tendría porqué existir. Pero es real, es ese villano de los cuentos infantiles, el monstruo que busca que el mal le gane al bien, la reina malvada que piensa que lo único importante es que el espejo le diga que tan bonita es y cómo puede ser mejor que otras mujeres (no somos enemigas). Tal vez sea una lucha de no acabar, pero mientras siga continuando, nosotras seguiremos hablando con la esperanza de que la sociedad entera comprenda que esto no es algo que diferencie a hombres de mujeres, si no que los une.
“Alguien tiene que hablar. Alguien tiene que enfadarse”, dice Nicole Kidman en la piel de Gretchen Carlson. Bueno, pues convirtámonos en ese alguien, incluso si sentimos que es una lucha que no tiene fin, porque no existe un “no” que nos haya impedido luchar por lo que creemos.
ilustracion_mora.jpg
