Batracia venganza

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La Brújula

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Batracia venganza
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Jueves, Junio 11, 2020
Desde hace unos pocos días mi cuerpo no está dominado por mí, no me siento nada bien. Tanto mi salud como mis emociones se encuentran a merced de la calamidad, trastornadas lívidas. Supongo que todo este infortunio afloró cuando asesiné a mi esposa, ¿y qué?, ¿qué esperaba ella? en los últimos tres años de matrimonio sólo me maltrató porque “me convertí en alguien con el que nunca pensó casarse”

Redacción: Ariana Parra

Ilustración: Carmen Paola Garzon Cristancho

 

Día 1 (junio 13 de 1987): Desde hace unos pocos días mi cuerpo no está dominado por mí, no me siento nada bien.Tanto mi salud como mis emociones se encuentran a merced de la calamidad, trastornadas lívidas. Supongo que todo este infortunio afloró cuando asesiné a mi esposa, ¿y qué?, ¿qué esperaba ella? en los últimos tres años de matrimonio sólo me maltrató porque “me convertí en alguien con el que nunca pensó casarse”. Me golpeaba y se reía descaradamente con cualquiera de mis fallos; al comienzo creí que yo estaba siendo exagerado y que no conocía esa faceta suya de ser algo brusca y burlona, pues constantemente me decía que me amaba y era dulce y cariñosa conmigo.Pero, el día que le dije que me habían rechazado el aumento, cambió su anillo de bodas a su mano dominante, volteó el diamante en dirección de la palma y me cacheteó. A partir de ese horrible instante, nunca paró de hacerlo y sentía un miedo diabólico hacia ella. Nunca me atreví a levantarle la mano porque tenía la certeza de que esta sociedad me convertiría en el villano por el simple hecho de que ella fuera mujer. Cuando finalmente me armé de valor y acudí a la policía (hoy), fui nuevamente burlado, me dijeron que no alterara la verdad, que el golpe de una mujer es insignificante, que lo rasguños que tengo en el rostro seguramente me los hice al afeitarme y que fui a la estación inventándome una excusa para sacar algo de dinero. Además, al salir de allí, con una inmensa impotencia escuché entre risas y murmullos malévolos un “ha de ser del otro equipo”. Lloré inconmensurablemente en mi hogar, me tacharon de homosexual (cosa que tampoco se justifica en lo absoluto) por ser herido, por tener una mujer abusiva, por no divorciarme a tiempo, por ser débil y no hacerme respetar. Cuando escuché que mi esposa llegó a la casa, corrí desesperadamente a la cocina a buscar un cuchillo y luego la ataqué: la golpeé en la cara y le proporcioné 20 finas puñaladas en el estómago hasta que dejó de moverse. Jamás me sentí tan vivo y libre en toda mi vida, la adrenalina y el éxtasis no me dejan limpiarme su sangre. Es maravilloso este sentimiento.

Día 9 (junio 22 de 1987): Maldita sea, no he podido deshacerme del asqueroso cadáver. Pesa demasiado y el hedor que emana me enloquece. Probablemente es por eso por lo que estoy delirando y me convertí en un anfibio. Mi organismo aparenta ya no ser mío, parece que está desposeyéndose de mi integridad. Tal vez sea mi imaginación, pero creo que me he tragado todos mis dientes, se fueron cayendo poco a poco sin darme cuenta y me los he pasado. Mi piel también ha sufrido cambios, se ha ido cayendo a pedazos y en las cicatrices que deja han surgido asquerosas verrugas dolorosas.En la mañana de hoy, igualmente, se desprendió mi última uña, ya no tengo ni en las manos ni en los pies, y pequeños hongos salen de la sangre de mis dedos. En cuanto a comida… únicamente he podido saciarme con las cucarachas, lombrices, arañas y moscas que salen del cuerpo de mi esposa (jamás se había visto tan radiante), mi mandíbula no da basto a cualquier otra cosa comestible. ¿Mi vista?, ha estado extraña, sinceramente, a veces veo en tonalidades azules, amarillas, rojas y verdes, lo que ha causado que me estrelle con las paredes y los muebles. Mi torpe lengua me hace vomitar todo el tiempo, no cabe completamente en mi boca y es tan áspera que lastima mi paladar. Lo peor aquí es mi columna, se ha convertido en una montaña tan curva que me obliga a andar en cuatro patas, provocándome un dolor incesante. Me pregunto en repetidas ocasiones si esta transformación es como un tipo de “castigo divino” o las repercusiones de haber matado a mi mujer…

Nota: Tratar de enrollar la lengua en la boca, buscar más insectos en el cadáver para no morir de hambre (de pronto estén en sus tripas) y llamar a mi tía para preguntar cómo ha estado, la extraño.

Día 15 (28 de junio de 1987): Recibí una llamada en donde me decían que la policía iba a inspeccionar mi casa a causa del olor pestilente que brotaba de ella (esos vecinos míos sí que son sapos, ¿qué les importa?), me duele el cuerpo y sangro sin cansancio, pero estoy feliz de que mis amigos bichos y yo estamos a punto de acabar con el cuerpo de mi mujer, sólo le quedan las piernitas, jijiji. Cada vez se me dificulta más escribir, por eso no lo he hecho con frecuencia.  He aprendido a apreciar mi nuevo cuerpo, me gusta demasiado pese a que me veo desagradable, ya no tengo responsabilidades y puedo hacer lo que se me venga en gana… ¿cierto?

P.D: Mirar cómo limpiar la sangre y la suciedad con estos absurdos brazos y nombrar a Kyle, la araña, como primer ministro de la conquista y contarle el chisme de lo maltratado que fui y que tras del hecho me tocó pagar las consecuencias.

 

Dia 17d e ju lio de87………escrivir            ya nopo der, memori a mui basía y muchas ambre,,,, esposar ya no está y es toi felis          la polisía yevarme ala afue ra,  bichos riicos¡????? SaNgre fea C

 

 

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