Según el columnista, el debate sobre el escudo y la bandera no contribuye al acuerdo nacional, al cese de la violencia, ni a la paz. Argumenta que cambiar estos símbolos, que representan la identidad y los valores históricos de Colombia, carece de lógica y refleja una falta de sentido patriótico, agravando la percepción de un gobierno que ya enfrenta serios desafíos.
También rechaza la idea de que modificar estos símbolos nacionales pueda ocultar los errores del gobierno, y destaca que tales cambios solo contribuirán al caos y al deterioro de la identidad nacional. La columna advierte sobre lo que parece ser un intento de desviar la atención de los problemas del gobierno y de desestabilizar aún más el país.
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