En el corazón de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, se encuentra un grupo de jóvenes apasionados y comprometidos que han unido sus talentos creativos para llevar a cabo una noble misión: promover la solidaridad como un valor fundamental en la sociedad actual. Este grupo de emprendedores conocido como "Solidaridad", es una iniciativa innovadora que está siendo apoyada dentro de la agencia publicitaria interna de la universidad, la InHouse.
InHouse, como su nombre sugiere, es una agencia publicitaria conformada por estudiantes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, ubicada en Bogotá, Colombia. Esta agencia no solo se esfuerza por brindar soluciones creativas a sus clientes, sino que también busca fomentar un ambiente de aprendizaje y crecimiento profesional para sus miembros. Es en este contexto dinámico donde "Solidaridad" se ha convertido en una fuerza impulsora de cambio y empatía.
"Solidaridad" no es solo una cuenta más dentro de InHouse; es una declaración de principios, un llamado a la acción y una manifestación de la creencia en el poder de la publicidad para inspirar el bien en la sociedad. Este grupo de estudiantes ha decidido utilizar su creatividad y conocimientos en comunicación para abordar problemas sociales y promover causas que realmente importan.
El primer emprendimiento llamado “Huertas Paraíso Verde” está ubicado el tranquilo y pintoresco paisaje rural de Guanacaste, Costa Rica, un grupo de mujeres ha abrazado una visión de la agricultura que es más que una simple fuente de ingresos; es una expresión de solidaridad con la tierra y con quienes la cultivan. Su emprendimiento, ha causado sensación en la comunidad local y más allá, gracias a un enfoque revolucionario en la producción de alimentos: la total ausencia de productos químicos.
En un mundo donde la agricultura industrializada a menudo se basa en el uso intensivo de pesticidas y fertilizantes químicos, "La Huerta Paraíso Verde " se destaca por su compromiso inquebrantable con la pureza y la autenticidad de sus productos. Este grupo de mujeres ha optado por una filosofía de cultivo orgánico que se traduce en sabores únicos y especiales en cada cosecha. Los clientes a menudo comentan que los alimentos tienen un sabor auténtico y excepcional que la diferencia de cualquier otro producto que hayan probado.
Al caminar por los campos de "La Huerta Paraíso Verde", lo primero que se nota es la armonía con la que la naturaleza y las emprendedoras trabajan juntas. Ellas utilizan métodos naturales y sostenibles para proteger sus cultivos y fomentar un ambiente de crecimiento saludable, lo que al final les proporciona una sensación muy gratificante por que hacen lo que les gusta diariamente.
El segundo emprendimiento se ubica en las tierras del municipio de Tibasosa, situado en las montañas de Boyacá, Colombia, vive una emprendedora excepcional llamada Emilse Samurio. Su pasión por el cacao y los productos locales se ha traducido en una marca de chocolates artesanales y barras energéticas de quinua que están causando sensación en la región. Lo que hace que su emprendimiento sea verdaderamente especial es su enfoque único en el diseño y la presentación de sus productos, así como su compromiso inquebrantable con la comunidad local.
Emilse se ha convertido en una maestra de la creatividad en la elaboración de chocolates. Cada uno de sus productos es una obra de arte comestible, con diseños meticulosamente detallados y colores vivos que sorprenden a los sentidos.
Además de su pasión por la creación de chocolates, Emilse también se enorgullece de utilizar ingredientes locales y apoyar a los agricultores de la zona. Ella trabaja en estrecha colaboración con los campesinos de Tibasosa, asegurando que el cacao y la quinua que utiliza en sus productos sean de la más alta calidad y provengan de fuentes sostenibles.
Lo más intrigante de la historia de Emilse es su deseo de rebrandear su marca. A pesar de haber creado productos excepcionales, aún no ha encontrado un nombre que capture la esencia de su emprendimiento. Sin embargo, ha propuesto el nombre "Abagoes", una palabra que refleja la tradición de hacer regalos con las mejores frutas de la cosecha. Este nombre promete encapsular la esencia de su negocio y su deseo de compartir la riqueza de los productos locales con el mundo.
El tercer emprendimiento, se ubica en el apacible municipio de Sogamoso, en el departamento de Boyacá, Colombia, se encuentra una empresa familiar que ha estado endulzando la vida de la comunidad local durante generaciones. El Apiario Villa Marcela, a cargo actualmente por Yuri Marcela Pérez, es una empresa que ha crecido a partir de 33 colmenas de abejas y ha llegado a ser un símbolo de tradición, sostenibilidad y apoyo a la comunidad.
La empresa se dedica a la recolección de miel de abeja, polen y la producción de propóleos, aprovechando la riqueza natural que Boyacá tiene para ofrecer. El Apiario Villa Marcela no es solo una fuente de ingresos, es una manifestación de un conjunto de objetivos y propósitos que trascienden los límites de un negocio común.
Uno de los principales objetivos de esta empresa familiar es conservar el patrimonio apícola de la región. Las abejas desempeñan un papel crucial en la polinización de cultivos locales y la biodiversidad en general, y Yuri Marcela se enorgullece de contribuir a la preservación de esta valiosa herencia natural.
Además de la conservación del patrimonio, el Apiario Villa Marcela tiene una misión clara de conservación del agua y el acueducto local. Reconociendo la importancia del agua como recurso esencial, la empresa se ha comprometido a implementar prácticas sostenibles que minimicen el impacto en el entorno natural.
Uno de los propósitos más nobles del Apiario Villa Marcela es promover un cambio de lo industrial a lo natural. Yuri Marcela y su familia creen en los beneficios de los productos apícolas naturales y desean compartir esos beneficios con su comunidad. Además de sus objetivos, esta empresa familiar también se enorgullece de apoyar a los campesinos locales al comprar productos de ellos, fomentando así la economía local y la solidaridad entre la comunidad.
El cuarto y último emprendimiento que se ubica en el idílico municipio de Tibasosa, del departamento de Boyacá, Colombia, surge un emprendimiento llamado "Natura Sua" es mucho más que una marca de cosméticos; es un tributo a la riqueza de las plantas y la sencillez de la vida en el campo. Este emprendimiento se ha convertido en un faro de bienestar y autenticidad en la comunidad.
La premisa fundamental de "Natura Sua" es utilizar ingredientes naturales en sus productos. Desde la siembra de plantas hasta la creación de cosméticos, cada paso refleja un profundo respeto por la naturaleza. En sus huertas locales, cultivan una variedad de plantas, hierbas y flores que forman la base de sus productos. Este compromiso con la pureza se traduce en productos que nutren la piel.
El público objetivo de "Natura Sua" abarca desde adolescentes hasta mujeres en edad madura. Su enfoque en productos naturales resuena particularmente con aquellos que valoran la autenticidad y desean cuidar su piel de manera natural. Los cosméticos de "Natura Sua" son más que simples productos; son una extensión de un estilo de vida consciente y saludable.
Uno de los objetivos principales de "Natura Sua" es establecer una presencia sólida en las redes sociales. A través de plataformas digitales, desean compartir su filosofía de vida natural y mostrar cómo los productos se crean a partir de la tierra misma. La inclusión de mujeres campesinas en su estrategia de marketing refuerza su compromiso con la comunidad local y su deseo de inspirar a otros a abrazar la belleza de lo natural.
"Natura Sua" no solo es un emprendimiento de cosméticos; es una declaración de amor a la tierra, a la belleza real y a la conexión con la naturaleza. Su historia es un testimonio de cómo los emprendedores pueden marcar la diferencia al promover la sostenibilidad, la solidaridad y la autenticidad en sus comunidades.
En este artículo, hemos explorado cuatro emprendimientos inspiradores gracias a nuestros estudiantes de la InHouse, "La Huerta Paraíso Verde ", "Abagoes" de Emilse Samurio, "Apiario Villa Marcela" y “Natura Sua”. Cada uno de estos emprendimientos demuestra que el espíritu emprendedor puede ser un vehículo poderoso para el cambio positivo y la solidaridad en nuestras comunidades locales. Desde la pureza de los alimentos hasta la sostenibilidad en la apicultura y la belleza de lo natural, estas historias nos recuerdan que el emprendimiento puede ser un faro de esperanza y un motor de para cambiar el mundo.