En todo conflicto hay actores, no existen los buenos ni tampoco los malos. El desenlace de la guerra trae consigo consecuencias y por supuesto víctimas, el conflicto interno colombiano no fue exento de este fenómeno, en una guerra de más de 50 años fueron muchas las víctimas, en especial las minorías, quienes han sido las más atacadas por todos los actores de la guerra, entre estos militares, guerrilleros, paramilitares y hasta el mismo gobierno colombiano, quien manejó la guerra como una amenaza de estado colectiva y no focalizó o estudió la guerra desde afuera, con sus arandelas de particularidades y formas de violencia, como lo pueden ser la violencia por género o por orientación sexual.
La Comisión de la verdad, tras su investigación y recorrido en búsqueda de relatos de parte de las victimas nos tare el capítulo seis, llamado “Mi cuerpo es la verdad” donde victimas pertenecientes a minorías LGTBIQ+ y mujeres colombianas relatan esas amargas e inolvidables experiencias de la guerra. Centrarnos netamente en el detalle del relato y por supuesto el espacio creado para estos grupos focalizados es sorprendente, ya que el simple hecho de reconocer su dolor y la forma de violencia diferencial que sufrieron en el marco de la guerra en un país heteronormado patriarcal, nos da mucho de que pensar y analizar. Si hablamos de que la Comisión este encabezada por un sacerdote jesuita, como lo es Francisco de Roux Rengifo, nos daría ese aire de sesgo investigativo, debido a sus principios religiosos, sin embargo, reconozco que el trabajo estuvo bien hecho y se pudo identificar los motivos de violencia hacia las minorías y también se pudo dar conocer los agresores responsables de esta ruptura en el tejido social del territorio colombiano.
Cabe destacar que a grandes rasgos nos queda la siguiente conclusión; sea paramilitar, guerrillero o miembro de la fuerza armada del estado colombiano, el machismo, la homofobia, la transfobia y las ansias de sometimiento a través de mecanismos sexuales de violencia tanto carnales como psicológicos están impregnados en todos estos actores. Yace entonces el interrogante, ¿Las minorías siempre serán atacadas bajo cualquier excusa y esta será argumento para ejercer la violencia diferencial por género u orificación sexual?
A pesar de esta constante persecución y violencia sufrida dentro las la comunidad LGTBIQ+ es importante destacar que es de admirar la forma en la que se destacan luchando y revindicando sus derechos, haciendo de sus luchas un tema en la agenda social mediática, que se hacen visibles en investigaciones como lo fue la búsqueda de los hechos por la comisión de la verdad, donde se rompen los perjuicios y el único objetico es visibilizar y reconocer lo que son, por supuesto celebrar la diversidad y atacar todo a aquello que busca agredir, denigrar y desaparecer lo diferente, lo particular y la esencia que hay en cada uno de nosotros.
La construcción de paz es responsabilidad de todos y entender la paz y a las víctimas es fundamental. Acompáñanos en Resistir para florecer un podcast enfocado en la construcción de paz y transformación de espacios violentados. Resistir para florecer es un podcast universitario realizado por estudiantes del CrossMediaLab de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
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