Por: Antonia Gómez Almarales
Ilustración: Jean Carlo Montoya Montoya
Le pregunté a mi abuela si ella sabía que existía el día de Superman —porque yo me enteré a principios de mes en el consejo de redacción— y me dijo que no. Luego me preguntó qué se hacía en ese día, que si los niños se botaban por las ventanas para celebrar. Yo quedé un poco asustada con la idea de que las bendiciones se tiraran por las ventanas y ella me dijo que no me preocupara, que eso era antes, ahora los niños son más inteligentes porque vienen con un chip. Le creo.
Llevo un buen rato pensando en cómo conmemorar a este superhéroe, porque no me considero una experta, yo no crecí leyendo o viendo a Superman, creo que la primera vez que vi algo de él en pantalla fue cuando se estrenó El hombre de acero (Zack Snyder) por allá en 2013. Sin embargo, esto no significa que yo me hubiera enterado de la existencia de Superman a los once, pues Superman es a los superhéroes lo que es Kleenex a los pañuelos desechables: el máximo referente.
Al ser el número uno, “el papá de los pollitos”, establece el punto de partida de los estereotipos de superhéroes en un ser que todo lo puede, porque incluso pudo volver de la muerte. Desde un análisis del personaje, Superman tiene complejo de Superman; por complejo de Superman me refiero a un personaje que es perfecto, todopoderoso e invencible, alguien capaz de superar cualquier reto. En la Universidad tenía una clase que se llama “guión”, ahí siempre nos dicen que el conflicto puede ser sintetizado en: “alguien quiere algo y tiene problemas para conseguirlo”. Al Superman tener prácticamente todos los poderes, rara vez tiene problemas para conseguir lo que quiere, al punto de que un día murió Louis y él solamente tuvo que retroceder el tiempo. Esto podría llevarnos a concluir que la idea de Superman como personaje crearía historias sin drama (conflicto) y que en teoría no debería funcionar. Pero fíjate que hoy el señor cumple 84 años de carrera, yo me quito el sombrero.
Sé que su punto débil es la kriptonita, pero creo que no se enfrenta a ella en su día a día, lo que me lleva a preguntarme: ¿cuál podría ser un reto para Superman? Empecé a imaginar a Superman en condiciones extremas como viviendo en Bogotá, pero llegué a la conclusión de que este lugar no le haría muchas cosquillas.
Creo que lo peor que le podría pasar es que le dé gripa con este clima tan estable y poco cambiante, puede que un día salga de su casa volando y esté haciendo sol y que a mitad de camino le granice —¿le dolería?—. Por el mismo hecho de que puede volar, no necesitaría usar Transmilenio e incluso, si tuviera que usarlo, tiene súper fuerza para abrir las ventanas, súper velocidad para agarrar puesto rápido, tiene visión de calor para saber qué tan lleno viene, capaz y que puede escuchar cuánto se demora en pasar el siguiente bus para saber si le sale mejor hacer trasbordo, tiene los reflejos necesarios para poder sacar el celular cerca a la ventana y estar tranquilo de que no se lo van a rapar cuando el bus pare. Dice Wikipedia que tiene súper resistencia, entonces no creo que cuando el bus pase rápido por los huecos o las losas levantadas, sus riñones sufran por la falta de suspensión del rojo. Lo único que no veo en su índice de poderes es algo que diga que él tiene buena orientación, se podría perder buscando una dirección que diga transversal.
Todos estos problemas se podrían dar suponiendo que Superman está de civil, pero él, como la mayoría de los superhéroes, es en realidad paraco de profesión, entonces creo que estaría en otros menesteres —entendemos paraco o paramilitar como aquella persona que toma justicia por cuenta propia sin hacer parte de una organización del estado, búsquenlo en Google—. En ese caso, si le gusta luchar contra el crimen callejero, no se aburriría en la capital. Ya lo vi en diciembre recibiendo ancheta, natilla y buñuelos de todas las familias a las que ayudó.
Es increíble cómo el solo imaginario colectivo que tenemos de Superman siga dando para más historias después de tanto tiempo. Puede sonar cursi, pero siento que esto es precisamente la prueba de que Superman, más que un personaje ficticio, es un símbolo —de merchandising, patriotismo yanqui, un hombre musculoso, poder, fuerza, esperanza, de lo que quieran, pero un símbolo al fin— el cual, per se es una hazaña. Warner liberó hace poco en YouTube un documental con toda su historia, por si quieren darle un vistazo a cómo sus creadores (Jerry Siegel y Joe Shuster) lograron darle vida a un personaje que se arraigó tanto en la memoria colectiva, que el día en que murió lo pasaron por las noticias; a alguien tan referencial, que incluso personas que nunca lo hayan leído, escuchado su radionovela, ni visto sus series o películas, puedan tener la certeza de que no se trata de un pájaro o un avión.