Perspectivas críticas del papel del ser humano en el mundo, obligan, desde el diseño, el arte y la ciencia, a buscar alternativas que permitan el flujo de las fuerzas vitales para las interconexiones diversas, hoy fundamentales para la supervivencia de la habitabilidad planetaria.
Para pensar más allá del antropocentrismo, se propone la idea de interespecie, no sólo como comunicación o experimentación científica, sino principalmente como relaciones vitales múltiples y emergentes, desde nuevas maneras de interacción con los otros.
La capacidad generativa en el continuum naturaleza-cultura, como gesto de afirmación de las relaciones de proximidad espacio-temporal, plantea otras maneras de expresiones y acciones propias de estas interacciones con los otros, donde el poder de la memoria y la continuidad en el tiempo, en términos de sostenibilidad, posibilite un mundo vivible de manera digna para las generaciones futuras.





