Por: Antonia Gómez Almarales
La ‘I’ en LGBTIQ+ está por intersexual, palabra que se utiliza para referirse a quienes tienen genitales femeninos y masculinos al mismo tiempo.
XXY es un largometraje argentino escrito y dirigido por Lucía Puenzo en 2007, basado en el cuento Cinismo escrito por Sergio Bizzio y protagonizado por Inés Efron, Ricardo Darín, Valeria Bertuccelli y Martín Piroyansky. Nos presenta la historia de Alex, una chica intersexual de 15 años que vive en un pueblo costero en Uruguay; un día su mamá invita a la casa a unos amigos para que se queden un tiempo en lo que primero parece una visita casual, pero que resulta ser una excusa para traer a flote la ‘necesidad’ de operar a Alex.
Esta cinta está clasificada como drama, pero también pertenece a un género llamado coming-of-age, el cual abarca historias donde el o los protagonistas pasan por un proceso de crecimiento personal, desde lo interno y psicológico. Usualmente son historias de jóvenes que pasan a la adultez, adolescentes que acaban de terminar el colegio, entran a la universidad, terminan la universidad y algo pasa en sus vidas que los lleva a un cambio. Algunos ejemplos de películas que pertenecen a este género son Las ventajas de ser invisible (Stephen Chbosky, 2012), Super cool (Greg Mottola, 2007), Frances Ha (Noah Baumbach, 2013), Los 400 golpes (François Truffaut, 1959), etc.
XXY es una película de adolescentes que, gracias a la naturaleza de su trama, realmente se encarga de enfatizar esta etapa de cambio. Alex y Álvaro (el hijo de los amigos de su mamá) experimentarán cosas juntos como un primer amor o el alcohol, mientras lidian con la insaciable necesidad de los adultos de querer encasillarnos en una sola categoría, porque no entienden el hecho de que tal vez tú quieras no elegir. Por otra parte, también se nos muestra cómo los papás de Alex enfrentan la situación e intentan protegerla de los prejuicios de las personas, mientras son conscientes de que en realidad no saben qué es lo que están haciendo ni tampoco qué deberían hacer.
Me gusta mucho que el guion de esta película está cargado de subtexto y metáforas que siempre están haciendo eco de la trama principal, tiene diálogos que a medida que avanza la película cobran un significado distinto, mi favorito está al principio cuando Álvaro le dice a Alex algo como “a mi papá le gustan las anomalías, si alguien tiene 11 dedos, él quita el sobrante” que de hecho pasé por alto la primera vez que vi la cinta —pues la vi sin saber de qué trataba— hasta el momento donde se revela lo que quieren hacerle a Alex y esto solo hizo que me gustara aún más.
Otro aspecto que también me gustaría destacar es la actuación que nos ofrece Inés Efron, esta película le permite pasar por una extensa gama de emociones y ella nos la transmite toda de una manera que se siente muy natural, es de esos actores y actrices que no necesitan más que una mirada para decirte todo lo que están sintiendo y logra hacer un retrato de la adolescencia con todas las rarezas y complejidades que esto implica.
Creo que es la primera película que veo con una protagonista intersexual —si conocen otras, recomiéndenmelas— y eso me pareció genial, es el comig-of-age de toda la vida, pero con una historia que tiene tan poca representación que, primero, te atrapa al instante, y segundo, te deja cuestionándote porqué son tan difíciles de encontrar si tienen tantas aristas y tantos matices.
Les recomiendo mucho esta película si les gustan los dramas adolescentes y si quieren ver una historia distinta, tal vez a algunas personas les pueda parecer lenta, aunque yo no la clasificaría como tal, pero, en cualquier caso, siento que es una buena opción para el fin de semana.
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Lástima que en la película siempre se vayan a los golpes, pero ustedes díganle no a la violencia.