Colombia requiere una reforma tributaria progresiva y equitativa
La Reforma Tributaria es, sin lugar a duda, uno de los temas políticos que ha despertado mayor agitación social desde que empezó la pandemia. Para el Gobierno Nacional, tramitarla es de suma urgencia para continuar con los programas de auxilio a las familias colombianas más vulnerables, al tiempo que se supera el déficit fiscal en las finanzas públicas. Sin embargo, desde los diferentes sectores sociales y agremiaciones se ha dicho que la reforma es regresiva y afecta sustancialmente a la clase media, ya golpeada por la crisis económica.
En ese orden de ideas, ¿Qué tipo de reforma tributaria necesita el país? Precisamente, esa fue la discusión que se desarrolló el pasado 6 de mayo, en el marco del primer encuentro virtual de Debatiendo, que contó con importantes figuras del mundo político y académico colombiano, entre ellos los exministros Cecilia López y Jorge Humberto Botero, César Ferrari, Jorge Iván González y Anwar Rodríguez, bajo la moderación del profesor tadeísta Daniel Castellanos.
A manera de apertura del debate, el rector de Utadeo, Carlos Sánchez, señaló que la prioridad del país debe ser la recuperación económica y ayudar a los más vulnerables: “Que el aumento de la pobreza no pase a ser parte del paisaje estadístico de Colombia”, sentenció, al recordar que se debe dar respuesta a la crisis humanitaria por la que atraviesa el país.
Precisamente, este fue un punto de encuentro para los diferentes panelistas, quienes, desde diferentes posturas de la economía, señalaron que, de haber reforma, esta debe ser progresiva y, ante todo, debe ajustarse el Estatuto Tributario, dado que es complejo y regresivo; al mismo tiempo coincidieron en la necesidad de generar programas para incentivar el empleo, pues los subsidios no son suficientes ante unos niveles de pobreza históricos que, según el DANE, oscilan en el 42,5% y que tienen al 30% de colombianos en estado de vulnerabilidad ante la pérdida de empleo.
Así, en su intervención, la también excongresista Cecilia López señaló que, en la coyuntura actual, el centro del debate no debe ser la reforma fiscal, pues es un tema que la población ganó en la protesta social, al obligar al Gobierno a retirar la propuesta. Señala que el debate ahora está en el trámite político que se le dará, en la medida que el Estado si requiere de recursos para subsanar el hueco fiscal; por eso, afirma, la cuestión debe verse desde la economía política, en la que debe evaluarse con prontitud cuánto dinero se requiere y para qué se necesita, cuestiones sobre las cuales el Estado aún no tiene claridad.
Sumada a esta situación, precisa López, el Estado deberá identificar muy bien las fuentes para financiar su gasto, en un momento donde la crisis económica está a flor de piel en los colombianos a causa de la pandemia, haciendo especial énfasis en las problemáticas que se han presentado en torno a las políticas de equidad de género que se han destruido durante el tiempo de crisis sanitaria.
Desde otra orilla, Jorge Botero señala que es necesaria una reforma tributaria distinta a la presentada por el Ejecutivo, pues es imperiosa la necesidad del Estado no solo de generar flujo de caja sino también para tener espacio fiscal. Por eso, precisa, de no llegar a unos acuerdos sobre el tipo de reforma que se necesita, la crisis social y económica podría agravarse aún más, al perder el control de las finanzas públicas. La solución para el exministro es llegar a un acuerdo político que, hasta ahora, el Gobierno no ha intentado liderar.
En todo caso, Botero se mostró en desacuerdo ante la posibilidad de que el Ejecutivo pida un crédito directo al emisor, al tiempo que enfatizó que la reforma se cayó porque se convirtió en símbolo del malestar social.
De igual manera, el expresidente de Fasecolda argumentó que, en las circunstancias actuales, es difícil pensar en la enajenación de bienes del Estado como mecanismo de financiación, pues el Gobierno tiene una reputación económica baja que imposibilita que extranjeros compren acciones en estatales como Ecopetrol.
En tercer término, para Carlos Ferrari, la reforma tributaria se necesita para lograr el nivel de suficiencia por ingresos en la tributación, pues se está por debajo de los países de la OCDE; sin embargo, dicha reforma debe ser equitativa y eliminar impuestos que solo fortalecen la corrupción y la evasión, como por ejemplo el 4X1000, pues genera que los dineros de los colombianos no tengan trazabilidad al evitar pasar por la banca.
Ferrari también es partidario de plantear un nuevo estatuto tributario y de que la reforma se dé en términos de los principios de la oportunidad y la prudencia, teniendo en cuenta las tensiones sociales que se viven.
Contrario a Botero, el profesor e investigador de la Universidad Javeriana considera que la solicitud de crédito al banco central puede llegar a ser viable, pues es el emisor, quien, en su independencia del Ejecutivo, decide si lo autoriza o no. Tampoco considera que este acto lleve a que el país entre en una calificación negativa, en la medida que a las calificadoras de riesgo lo que les interesa es el nivel de recuperación que pueda llegar a tener la economía.
Desde una mirada integradora, Jorge Iván González mencionó que las finanzas públicas no solo deben verse desde los impuestos sino también desde otras formas de ingresos que posibiliten un balance neto, que contemple políticas sólidas en términos de reactivación económica, situación de la que, dice, aún Colombia ha sido tímida.
Para el exdecano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional es hora de discutir el margen de maniobra que puede tener el Banco de la República, olvidando posturas retrógadas de hace treinta años, al tiempo que se vuelve a poner sobre la mesa la posibilidad de establecer una carga impositiva al suelo, especialmente a los proyectos de gran valorización, por lo que se requiere de la consolidación del Catastro, así como impuesto a las grandes corporaciones.
Finalmente, Anwar Rodríguez, quien es el actual jefe de Investigaciones de la ANIF (Asociación Nacional de Instituciones Financieras), sostiene que la reforma fiscal debe permitir la mitigación del impacto que ha traído la pandemia, así como disminuir la pobreza y la brecha de género que se ha endurecido en el úlimo tiempo.
En todo caso, advierte que la reforma tiene que estar acompañada de una revisión al gasto que permita recuperar el aparato productivo y la generación de empleo.