Conoce a los ganadores de las Becas Espíritu Tadeísta 2021-1
En medio de la pandemia, Utadeo continúa apoyando y se solidariza con sus estudiantes, en esta oportunidad gracias a la entrega de dos medias becas Espíritu Tadeísta, otorgadas por Victoria Lucena, representante estudiantil en el Consejo Directivo. Tras la reunión sostenida por el Comité Evaluador de estas becas el pasado 3 de marzo, se definió como ganadores a los estudiantes Luis Felipe Saavedra, del programa de Relaciones Internacionales, y Jennifer Estefania Cediel, del programa de Diseño Industrial, debido a los aportes que le han hecho a la comunidad universitaria, a otras instituciones y a grupos sociales, mediante sus proyectos.
En total se presentaron 23 proyectos a la convocatoria, de los cuales nueve cumplieron con los requisitos establecidos, dado que, desde diferentes áreas y visiones, aportan al mejoramiento y fortalecimiento de procesos y comunidades. Dentro de estas iniciativas se destacan la de Angie Marcela Garay Hernández, estudiante del programa de Comunicación Social y Periodismo, por el trabajo desempeñado desde el Semillero de producción y creación periodística Crossmedia Lab, en torno a narrar algunas situaciones de coyuntura y de interés para los líderes sociales en el país; Paula Andrea Bohórquez, por los ejercicios propuestos en torno a la educación financiera dirigido a poblaciones vulnerables, madres cabeza de familia y jóvenes de escasos recursos; Franklin Amauri Gacharna Reyes, de la Maestría en Gestión y Produccción Cultural y Audiovisual, por el impacto de su trabajo en la comunidad en Sesquilé y el modelo desarrollado por él como herramienta diagnóstica para el desarrollo de proyectos de turismo cultural sostenible, así como por el nivel de desarrollo de su proyecto “Métodos y Herramientas en Gestión Cultural”.
Trabajando en pro de la identidad regional de los productores paneleros del Guavio
En el caso de Jennifer, su propuesta, que nació hace un par de años, se centra en beneficiar a un grupo de campesinos en la región de Gachalá, en Guavio (Cundinamarca). A través de su iniciativa, denominada Arca, un grupo de personas desarrollan su voluntariado en esa región, ayudando a los campesinos a impulsar su economía. Desde la iniciativa, se aporta mano de obra y apoyo en infraestructura a esta población que, en su mayoría, son de la tercera edad y viven solos o con un circulo familiar muy pequeño: "el interés del proyecto en contribuir a superar las dificultades del momento, a través del reconocimiento del contexto ecoturístico para visibilizar la región ante potenciales visitantes, y por la labor de dar continuidad a un proceso de elaborar productos a base de la caña panelera", son las principales razones que argumenta el decano de la Facultad de Artes y Diseño, Felipe César Londoño, por las cuales este proyecto fue uno de los ganadores.
“Llevamos a las personas para que hagan estos trabajos, aprendan sobre cultura, siembra, cómo se hace el queso y la panela (…) La gente que va a Gachalá se enamora del lugar”, cuenta Jennifer, quien señala que, a pesar de que la idea nació de ella, es una iniciativa que ha sido nutrida por el trabajo de familiares y algunos compañeros de la Universidad: “ganarme la beca es un gran apoyo, dada la situación económica actual. Tengo muchos proyectos que quiero hacer en pro de la gente, por lo que este incentivo no solo me beneficia a mí, sino también a varias familias del Guavio”.
Pero esta iniciativa no es la única que llevó a Jennifer a recibir la media beca, también lo es su participación en el Semillero de Fibras, el cual también ha enfocado en trabajar en torno a fibras naturales, pensando en un diseño social y sostenible que ayude a las comunidades y al medio ambiente. Esa pasión por la conservación también la ha llevado a construir un proyecto personal en el que fabrica papel reciclado con los materiales que encuentra en las cercanías a su barrio y el que le proveen algunos familiares.
“Ser tadeísta significa abrir las puertas a nuevos sueños. Hay muchas cosas que uno aprende en la Universidad”, destaca Jennifer, quien es contundente en la invitación que hace a otros estudiantes tadeístas para que hagan parte de proyectos de alto impacto: “Elijan algo que los mueva a ellos para que luego puedan mover a la gente. Hay que sentirse inspirados para poder inspirar a más personas. El cambio que uno quiere ver lo tiene que hacer uno primero”.
En esto coinciden la representante de estudiantes de la Facultad de Ciencias Naturales e Ingeniería, Paula Rosselli, y la directora del Centro de Arte Cultura de la Universidad, Alicia Llorente, quienes vieron en estas propuestas de la estudiante unas formas muy bien organizadas y gestionadas a través de un semillero de investigación, en el que convergen personas de diferentes facultades y áreas académicas para apoyar la iniciativa, al tiempo que es muestra de una posibilidad de crecimiento personal en múltiples direcciones, como también de fortalecimiento del tejido comunitario, de emprendimiento y sostenibilidad ecológica y social.
Un mensaje de esperanza a través de la música
Luis Felipe Saavedra
Por su parte, Luis Felipe va más allá de su programa académico, pues, a partir del desarrollo de ensambles musicales virtuales en el marco de la pandemia, ha permitido llevar sus mensajes de esperanza no solo a los tadeístas sino también a otras comunidades universitarias.
En un trabajo conjunto con el Centro de Arte y Cultura, Luis Felipe demuestra todo su talento en un ensamble de rock, al que ingresó en el 2019. Desde ahí, ha representado a la universidad no solo en concursos de talento internos sino también de otras universidades.
"Luis Felipe encontró formas de comunicarse con la gente, más allá de su carrera y su vocación profesional", indica Rosselli, al tiempo que Llorente destacó que la propuesta se ha convertido en "un motor para que proyectos y cursos como los que se trabajan desde el Centro de Arte y Cultura sigan encontrando la manera de realizarse en medio de la pandemia y así trascender".
Aunque a Luis Felipe le apasiona la guitarra, en el último tiempo se ha desempeñado como vocalista. De hecho, ya ha tenido la posibilidad de producir algunos sencillos musicales y su sueño es poder sacar un álbum.
Nuestro tadeísta se considera un pragmático, pues su pasión no es solo la música, sino también defender los derechos humanos; también le gusta la pintura, la acción social, la lectura y el periodismo independiente: “Ser tadeísta es maravilloso, porque puedo aportar a la sociedad y a las personas”.
Por eso su invitación es a que los tadeístas se unan a iniciativas que realmente los llenen, sin importar qué tipo de expresión artística, cultural o científica sea: “en la Casa Republicana del Centro de Arte y Cultura encuentran una infinidad de talleres; solo hay que intentarlo y nunca rendirse, buscar la realización personal, pero aportándole a la sociedad y a las personas”.
Vale la pena destacar que el Comité Evaluador de las Becas Espíritu Tadeísta en tiempos de Covid estuvo integrado en esta oportunidad por Lina María Cepeda, secretaria general de la Universidad; Felipe César Londoño, decano de la Facultad de Artes y Diseño; Paula Roselli, representante de estudiantes de la Facultad de Ciencias Naturales e Ingeniería; Alicia Llorente, directora del Centro de Arte y Cultura, y la representante de estudiantes al Consejo Directivo, Victoria Lucena, en calidad de proponente de la convocatoria y quien recogió las visiones de los jurados.