Vicerrector Andrés Franco fue consultado en RCN Radio sobre el derretimiento de los casquetes polares
En la actualidad, somos testigos de fenómenos naturales que han generado importantes catástrofes; huracanes, terremotos, vendavales y uno muy preocupante: el deshielo de los casquetes polares. Sobre ello, en RCN Radio, Andrés Franco, vicerrector Académico de Utadeo y uno de los oceanógrafos más importantes del país, indica que esta situación viene de años atrás y es un efecto del calentamiento global. En todo caso, enfatiza, este año, en el Ártico, la pérdida de hielo en el verano del hemisferio norte fue la más alta de los últimos 14 años.
La situación, señala el vicerrector, también se vive en la Antártica, durante los veranos australes; allí se han presentado desprendimientos de iceberg muy grandes; dichos derretimientos tienen fuertes implicaciones en el cambio climático, pero también en las estructuras físicas y biológicas de los organismos asociados a estos ecosistemas.
Por eso, Franco indica que, desde el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, se vienen adelantando modelos predictivos que aseguran que estamos entrando en una década determinante, no solo para el derretimiento de los casquetes polares, sino también en lo que tiene que ver con la acumulación de dióxido de carbono en atmósferas y los océanos. Por eso, en esta década que empieza, la ONU la ha denominado como la de los Océanos, con el fin de generar conciencia que permita revertir la tendencia negativa que se tiene.
“El derretimiento del Ártico no solo genera una elevación en el nivel del mar, lo cual va a afectar y va a generar fuertes inundaciones en las zonas costeras; este fenómeno ya se está viendo. Lo segundo, es que ese derretimiento genera aguas dulces que van a neutralizar una corriente cálida que nace en la costa este de Norteamérica y cruza el Atlántico, hasta llegar a Noruega; si eso se pierde, tendremos inviernos mucho más drásticos en esa zona”, argumenta el biólogo tadeísta.
En tercer lugar, Franco indica que en el mar de Noruega se da el principal hundimiento de aguas en el mundo, lo que ayuda a circular las aguas de todo el planeta y que posibilita que estas aguas lleguen a las llamadas zonas de surgencia, que presentan gran riqueza de biodiversidad marina, beneficiando el comercio pesquero. Si continúa el derretimiento, estas zonas podrían ponerse en riesgo.
