Investigadores tadeístas opinaron sobre el uso de abejas para la detección de narcóticos
Abejas antinarcóticos. Esa es, precisamente, una de las estrategias disruptivas que están desarrollando científicos colombianos, en alianza con la Fiscalía General de la Nación. De acuerdo con las pesquisas, estos insectos son animales inteligentes que pueden llegar a tener más de un millón de neuronas, y por ende, adaptarse fácilmente a las rutinas de entrenamiento para para la detección de estupefacientes como el clorhidrato de cocaína, o bien, ser usadas en labores de desminado.
El programa Testigo Directo consultó a varios investigadores tadeístas sobre el tema, entre ellos a Luz Stella Fuentes, directora del Centro de Bio-Sistemas; Carlos Bojacá, profesor del Área Académica de Ciencias Biológicas y Ambientales, y a Gino Cala, egresado del programa de Ingeniería de Alimentos y director de Apisgreen.
Para Cala, las abejas tienen dos tipos de olfato: uno en sus mandíbulas y otro en las antenas. En estos últimos, pueden revisar lo que hay a su alrededor. De esta forma, su adiestramiento, sumado a la instalación de transmisores en las abejas, llevará a que estos animales demarquen los bailes de detección de la droga.
Por su parte, Fuentes insiste en que la abeja debe verse como un organismo primordial para la producción agrícola y alimentaria: “En Colombia habría que analizar hasta dónde se puede llegar a hacer este tipo de entrenamiento, dado que para la detección de minas antipersonales o de drogas, tenemos una gran diversidad de empaques y manejos, que hace que las sustancias no sean las mismas”:
De igual forma, Bojacá indica que lo primordial de las abejas es la producción del alimento, pero que no se deben descuidar otras posibles aplicaciones. Sin embargo, reseñó que estas aún necesitan mayor investigación básica y aplicada para que se convierta en una alternativa para las autoridades colombianas.