Un vistazo al desarrollo urbano de Valledupar
De ser un “polvoriento pueblo con menos de 10.000 habitantes” a principios del siglo XX, a ser actualmente una ciudad intermedia, de casi medio millón de habitantes, es un hecho que habla del vertiginoso ascenso que ha vivido Valledupar en los últimos 100 años, tiempo en el cual también cambió su economía, inicialmente incomunicada de las ciudades principales del Caribe y centrada principalmente en lo pastoril y el agro. Sobre este tema versó la más reciente columna de opinión en El Espectador del profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz.
“La ultracentralización conservadora de 1886 había dejado a municipios y departamentos sin poder elegir a sus mandatarios, expropiados de sus impuestos y sin poder decidir sus gastos, algo que se suavizó a favor de los primeros a partir de las reformas a la Constitución de 1910”, destaca el columnista.
De este modo, recuenta, el ascenso de los liberales al poder fortaleció al Estado con importantes obras públicas que terminaron con el aislamiento del Valledupar. Ya bajo la administración de López Pumarejo, este logró que la ciudad se conectara con el resto del país.
Posteriormente, cuenta Kalmanovitz, la violencia de los cincuenta desplazó población del interior del país hacia la costa, logrando que Valledupar tuviera una expansión agrícola y ganadera. Posteriormente, con la ayuda del arquitecto cubano Manuel Carrerá, se bosquejó un plan que incluyó vías, parques, glorietas y abundante arborización para refrescar la ciudad.