¿Eres de los que revisa constantemente el celular e incluso consultas redes sociales en horas de la madrugada? ¡Cuidado! Puedes ser parte de la preocupante cifra de adictos al celular que, en promedio, gastan cerca de 12,2 horas de su vida a la semana interactuando en estos dispositivos. Como parte de la celebración del Día Mundial de la Usabilidad en Utadeo, se llevó a cabo una jornada académica en la que se reflexionó en torno al papel del diseño a la hora de facilitar el acceso de las personas a los dispositivos y objetos, así como su responsabilidad social en torno al uso de los dispositivos electrónicos.
Sobre este último tema, Federico Villa, service & interaction designer de Google San Francisco, habló acerca de las estrategias implementadas por el gigante informático en torno al bienestar digital, ese que consiste, precisamente, en el placer de desconectarse.
Federico Villa, service & interaction designer de Google San Francisco
Como lo resalta este diseñador colombiano, citando un estudio de Google, algunos de los usuarios consultados expresaron sentirse atados o esclavos de sus aparatos electrónicos, razón por la cual la compañía implementó una serie de apps que llevan a que los usuarios dejen el miedo de perderse algo (Fomo) al placer de perderse de algo (Jomo): “Las funciones esenciales nos vinculan a nuestros celulares”, principalmente aplicaciones productivas relacionadas con la comunicación, la navegación y el transporte. Los dispositivos móviles han reemplazado otra serie de artefactos vitales en nuestra cotidianidad, entre ellos el reloj y la calculadora, generando con ello la sensación de que no podemos vivir sin ellos, indica.
Sin embargo, es en las actividades involuntarias en las que más gastamos tiempo. Por aterrador que suene, podemos abrir nuestra aplicación de Facebook hasta 250 veces en un día o pasar cerca de cinco horas leyendo nuestras conversaciones en Whatsapp, e incluso, gastar parte de nuestra jornada laboral viendo videos en YouTube. Aunque no nos damos cuenta, dejamos de ser productivos en la sumatoria de estas microactividades.
Es por ello que Villa hizo un llamado a autocontrolarse y a reducir el tiempo de exposición a los dispositivos móviles. Algunas de las estrategias apuntan a borrar apps que no sean vitales o que sean improductivas. También, obligarse a cargar el celular una vez durante el día o esconder aplicaciones. De igual forma, la más reciente actualización del sistema operativo de Google, Android One, incluye un paquete de bienestar digital (Digital Wellbeing), que entre otros, posibilita añadir un tiempo límite diario a las aplicaciones de nuestro dispositivo, con el fin de no utilizarlas más de lo debido, o por ejemplo, una opción de “wind Down” que cambia la pantalla del celular a escala de grises durante las horas de sueño, con el fin de hacer menos atractivo su uso. También incluye un panel de estadística de uso diario de apps, así como un cálculo del tiempo que se ha pasado en ellas.
Conocer al usuario para generar un verdadero diseño de producto
Los estudios de diseño (Design Research), y particularmente las investigaciones de experiencia de usuario (UX), hoy más que nunca están en boga, en un mundo cada vez más segmentado y con clientes cada vez más especializados, sofisticados y exigentes. Es por eso que pretender que conocemos todo sobre nuestros usuarios se convierte en el principal lastre que conduce al fracaso de los productos diseñados.
Precisamente, sobre ello habló Ivanna Castaño, studio director de IBM Colombia, quien recordó que el diseño no puede verse solo desde el contexto físico sino también desde lo humano, especialmente recordando que en términos de usabilidad, “no somos nuestros usuarios”.
Así, para Castaño, la investigación en diseño ayuda a alejarnos de los supuestos e incluso evitar perder clientes o hacer malas inversiones, también para evitar sesgos, pero lo más importante, volver al propósito por el que fue diseñado el producto: la satisfacción del usuario.