Utadeo piensa en energía sostenible para el Chocó
“A oscuras”. Esta es la situación que enfrentan cerca de 470.000 hogares colombianos y 2 millones de habitantes de nuestro país, quienes no cuentan con acceso a energía eléctrica, según datos de la UPME. Lo cierto es que, actividades tan cotidianas como prender un televisor, encender una bombilla e incluso hervir el agua con la que nos bañamos, no es posible para cerca de 1.100 millones de habitantes en el mundo. Lo más preocupante, incluso, en departamentos como el Chocó, es que muchos de los sistemas energéticos que allí funcionan no lo hacen en condiciones efectivas, pues solo garantizan el suministro de este servicio a sus pobladores durante seis horas o menos (Lea más en Revista Expeditio: Colombia consumiría energías renovables en un 100% para el 2030).
¿Cómo lograr que la población acceda a un sistema energético sostenible? Desde hace ya más de cuatro años, y por intermedio del Fondo Newton Caldas, desarrollado entre Reino Unido y Colombia, varias universidades del país, entre ellas Utadeo, así como instituciones británicas, como el Imperial College London, y el British Council como financiador, han trabajado en torno a la producción energética para el desarrollo, especialmente desde la promoción de energías renovables y sostenibles para el Chocó.
La socialización de resultados reunió a investigadores y representantes del sector energético del país.
Dado que el desarrollo energético está íntimamente ligado al desarrollo económico, social y educativo de los pueblos, el proyecto de investigación tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida de los chocoanos, a partir del acceso al sistema eléctrico: “Chocó es uno de los departamentos más abandonados y vulnerables de Colombia, donde todavía hay un nivel muy alto de personas que no tienen acceso a la electricidad y la pobreza es muy alta. Este es un problema que no ha sido reconocido, como si ha pasado con África”, resaltó la profesora Judith Cherni, investigadora del Imperial College London, en entrevista con Utadeo.
Precisamente, el pasado 12 de marzo, investigadores del University College London (UCL), la Universidad Tecnológica del Chocó (UTCH), la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín, la Universidad ICESI de Cali y la Universidad EAFIT, presentaron sus resultados de investigación preliminares a representantes de entidades del sector energético, como parte del evento organizado por la Facultad de Ciencias Naturales e Ingenierías de Utadeo, quien actúa como institución líder por Colombia de esta iniciativa.
Como lo destacó el decano de la Facultad, Isaac Dyner, la inquietud de trabajar en energías renovables para el Chocó ha sido una constante de investigadores colombianos y el British Council desde inicios de este milenio. Así, pues, planteamientos desde el modelado y la simulación han brindado pistas sobre los posibles efectos sociales y económicos que podría tener su implementación en esos territorios, al tiempo que ha abierto posibilidades de negocio.
Precisamente, el primer proyecto adelantado por el Imperial College London buscó, a través de la implementación del modelo SURE, la evaluación de los impactos que la instalación de sistemas de energía renovable tienen en las comunidades rurales y pesqueras del Chocó. Dicho modelo permite que los decisores puedan tomar medidas para seleccionar soluciones energéticas que mejoren la calidad de vida de la población.
El estudio se centró en el caso de Playa Potes, en Bahía Solano, un corregimiento al noroccidente del país que, hasta el 2015, contaba con una mini red impulsada por energía hidroeléctrica, pero que ahora se sostiene a través del diesel, encareciendo la producción de energía, volviéndola inestable y poco funcional.
El estudio indicó que el 80% de sus pobladores tienen ingresos inferiores a un millón de pesos, al tiempo que no tienen acceso a servicios financieros, situación que se vuelve más preocupante en la medida que ninguno de los encuestados dice tener acceso a agua potable, generando con ello que, las principales demandas de energía se centren en el bombeo de agua, calefacción y agricultura.
“Sabemos que hay zonas del Chocó que no tienen viento, entonces no se podría pensar en una solución eólica. Como piloto, se ha instalado una pequeña turbina en Playa Potes que ya está dando electricidad a una escuela, y es ahí donde ya se puede medir el impacto en los niños, principalmente, y en la educación que se les está dando. También se habla de paneles solares y biomasa, pero los estudios tratan de buscar que el sistema energético de Chocó esté conectado a una red que sea fuerte, que esté alimentada por recursos no contaminantes, así que una mini-grid (red eléctrica inteligente) podría ser una solución. Pero en Chocó, los paneles solares es lo que más va a expandirse”, sostiene Cherni.
En segunda instancia, el trabajo adelantado por el profesor Gabrial Anandarajah, de la University College London, buscaba analizar los posibles escenarios de acceso y demanda de energías renovables frente a las tradicionales, a partir del monitoreo de seis zonas de este departamento colombiano, entre ellas el Atrato, San Juan, Darién y el Pacífico Sur.
La investigación concluyó que cerca del 35% de los habitantes del Darién no tienen acceso a fuentes energéticas, mientras que el gas licuado de petróleo (LGP) es la fuente de energía principal en los hogares de todas las regiones. Sin embargo, la leña sigue siendo la fuente que más se utiliza para cocinar en el Pacífico sur y norte del departamento. En todo caso, el estudio llama la atención en la problemática de seguir generando energía con diesel, razón por la que se propone un mix de energías renovables tradicionales y no tradicionales para que se pueda llegar a un sistema más económico y sostenible. El uso de biomasa, gracias a la explotación maderera, así como el uso de baterías se posicionan como posibles opciones.
En tercer lugar, la estudiante del doctorado en Ingeniería de Sistemas de la Universidad Nacional sede Medellín, Estefany Garcés, presentó una alternativa para la formulación de modelos de negocios. La investigadora, desde la dinámica de sistemas, estableció relaciones causales para determinar el impacto que las energías sostenibles tienen en el desarrollo humano, su índice de educación e ingreso, teniendo en cuenta variables como el déficit de potencia, las actividades productivas e inversión del Estado.
Así pues, la investigadora contempla que a mayor productividad, se darán más ingresos, y por lo tanto una mayor capacidad de pago, lo cual se traduce en mayor recaudo para la operación, mantenimiento e instalación de capacidad del sistema energético. De esta forma, Garcés propone utilizar excedentes de electricidad para los procesos de energía, al tiempo que se plantean tarifas diferenciales, según el uso que se le dé a esta.
Desde la Universidad ICESI, por su parte, se presentó un modelo de optimización para la planeación de soluciones energéticas en Zonas No Interconectadas, usando tecnologías basadas en renovables e implementando combinaciones energéticas para garantizar su sostenibilidad, que sean al mismo tiempo económicas. El modelo, aplicado en el corregimiento de Titumate, en Acandí (norte de Choco), sugiere la ampliación de un sistema energético que supla las necesidades energéticas las 24 horas continuas, a través del uso de energía fotovoltaica y baterías.
Así, el sistema durante el día aprovecharía la radiación solar para generar energía y almacenar carga para la batería, que luego sería usada en la noche, cuando no hay radiación. En ese sentido, los investigadores consideran que esta energía es más estable en la región, al ser menos volátil que la eólica.
Finalmente, Nancy Gonzáles, de la Universidad Tecnológica del Chocó, presentó los avances de la articulación con el proyecto energía para el desarrollo, en la que también participó Utadeo. El proyecto, financiado con recursos del Fondo Nacional de Regalías, permitió la construcción de un Laboratorio de producción energías renovables en Andagoya (Medio San Juan), donde de trabaja a partir de fuentes fotovoltaicas (solar), biomasa (materia orgánica), hidrógeno y eólica (vientos).
Gracias a los avances alcanzados, actualmente no solo ese centro de investigación se nutre de fuentes híbridas entre energía solar y eólica, sino que también un centro médico del municipio se beneficia de estas, logrando el desarrollo en materia de salud de sus habitantes.
Adicionalmente, la entrega de kits solares de 2kw a las comunidades más apartadas del departamento, así como la llegada de la electricidad a la escuela de Playa Potes, han permitido un mayor desarrollo humano y educativo de sus habitantes. Como última fase del proyecto, los investigadores trabajan en talleres de apropiación y multiplicación del conocimiento, con el fin que estas tecnologías puedan ser replicadas, e incluso, puedan llegar a tener el mantenimiento de las propias comunidades, garantizando su estabilidad en el tiempo (Vea más en Revista Expeditio: Energía fotovoltaica para el Chocó, una solución sostenible).