El Padre
El 2 de noviembre de 2002 –día de los fieles difuntos-, David Rabelo Crespo se asomó a la puerta de su casa, en un famoso restaurante de Barrancabermeja lo esperaban unos asesinos; igual que le ocurrió a Aída Abella hacía 6 años en Bogotá, dos hombres armados con una bazuca intentarían quitarle la vida. A diferencia de lo ocurrido ese 7 de mayo de 1996 en el norte de la Capital, los dos asesinos de David se quedarían esperándolo. Él y sus escoltas optaron por no abandonar la residencia y así posponer la cita que tenían.
No es la primera vez que David Rabelo se encuentra de frente con la muerte. Tampoco será la última.
Este santandereano inició su vida laboral siendo un mensajero de la Universidad Cooperativa de Colombia (UCC) en Barrancabermeja, fue bibliotecario y luego, siendo estudiante de Economía, logró ser representante de la misma institución. Ingresó a la Juventud Comunista (JUCO) para la década de los 70, y de allí pasó a formar parte de la Unión Patriótica (UP).
En 1987, junto con Rafael Quiroga Lizarazo, y otros líderes sociales, fundó la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos (CREDHOS), la cual surgió como una opción civil para la protección de las comunidades que eran víctimas de la violencia causada por grupos armados: Guerrillas (FARC, EPL y ELN) y la creciente ola paramilitar (Bloque Central Bolívar y Autodefensas Unidas de Santander) que en Barrancabermeja perpetrarían las masacres del 16 de mayo del 98 y 28 de febrero del 99.
Después, fue parte de la UP y trabajó con líderes como Leonardo Posada Pedraza (1947-1986) o César Augusto Martínez. Leonardo fue la primera víctima del Plan Baile Rojo; una estrategia que según datos recogidos por Roberto Romero Ospina y publicados por el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, afectó a 1.598 militantes del partido. Aquellos que no cayeron en el Plan Baile Rojo, fueron objetivo de la operación Golpe de Gracia, uno de ellos fue David Rabelo Crespo.
Dicha operación buscaba judicializar a líderes sociales y militantes de la UP y del Partido Comunista Colombiano (PCC). Los juicios se desarrollaban con abogados y acusados hablándole a un espejo, pues la identidad de los testigos y jueces era reservada; se trataba de la llamada justicia sin rostro. Fue así como en junio de 1992 llegaron 2 camiones del ejército a la oficina de valorización municipal con orden de captura por rebelión en contra de David Rabelo.
En ese entonces, David tenía opciones de ser alcalde de Barranca: trabajaba con las personas, se encargaba de hacer obras públicas por la ciudad y era conocido por su trabajo en CREDHOS. El proceso judicial impidió que David se presentara a elecciones y fue el abogado Alirio Uribe quien se encargó de demostrar la inocencia de su representado. Tuvieron que pasar 2 años y 3 meses para que así fuera.
Reunión del movimiento Juventud Rebelde, la cual es un brazo juvenil de la Marcha Patriótica que fue creada en 2013. Foto: David Rabelo.
Durante ese tiempo, sin embargo, David no quedó en el olvido de la gente, pues la lista de visitas a la cárcel entre las que figuran nombres como el de Manuel Cepeda Vargas es extensa. Eso se hizo evidente en 1995, año en el cual David Rabelo fue electo, una vez más, como concejal de Barrancabermeja, y ratificado 3 años después al salir reelegido en el cargo y ser nombrado Director del Consejo Municipal de Paz (CMP), puesto que ocupó hasta el 2004.
Para el nuevo milenio, la creciente influencia paramilitar se hacía evidente en todos los escenarios de la vida pública del país. Iván Roberto Duque Gaviria, alias Ernesto Báez, quien fuera jefe del Bloque Central Bolívar, y uno de los altos mandos de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), señaló en una entrevista que la puerta de entrada a Santander era el puerto petrolero, y quienes les dieron ingreso fueron los concejales, pero recuerda especialmente a David Rabelo, porque fue el único reticente a cualquier acercamiento con ellos.
La negativa a colaborar con el posicionamiento político que buscaban las AUC, conllevaría costos propios. Tenía 5 escoltas, viajaba en camioneta blindada y tenía prohibido caminar por la calle. Pero incluso bajo su esquema de seguridad, en una ocasión mientras se desplazaba de la sede de CREDHOS a la sede del POLO -en un recorrido que no tomaría más de 5 minutos-, al girar la Toyota Prado, salió una llanta corriendo de su lugar. Abrazó a su hija, mientras los 3 hombres del DAS y 2 escoltas del concejo municipal salían del vehículo, armas en manos, previendo un ataque. Sus saboteadores sabían que acostumbraba viajar por carretera, porque en ocasiones le parecían más peligrosos los aviones.
Para el 2001, pensando en la seguridad familiar y en la propia, la familia Rabelo-Gutiérrez decide trasladar su residencia al frente de la sede del DAS en Barranca. Por consejo del entonces director de la entidad y previendo que, dada la cercanía a la misma, disminuyera el riesgo de atentados al hogar del Concejal de la UP. Pero las llamadas de acoso y el constante seguimiento de taxis y personas en motocicletas, acabaron sacando a toda la familia del puerto a la orilla del Magdalena. En todo caso, la mudanza fue inútil, el DAS fue trasladado en el 2002 a inmediaciones del Batallón Nueva Granada.
A partir de ese momento la familia entró en un éxodo que duraría algunos años, su hija mayor, tuvo que vivir una verdadera peregrinación por Colombia: Barranquilla, Pasto y Bogotá fueron algunos de los lugares a los cuales tuvo que ir a vivir por lapsos de no más de meses. Finalmente ella comenzó a estudiar en Cuba, fue la forma de finalizar su ciclo nómada por su país. De otra parte, su hijo, David, estuvo en la costa Caribe y Bogotá, antes de decidirse por la migración al igual que su hermana.
Al finalizar su período como director del Concejo Municipal de Paz, Rabelo comenzó a trabajar una vez más en CREDHOS, fue editor de algunos medios de comunicación y participaba de los foros sociales que tenían lugar en la región del Magdalena Medio. En ese momento el periodista Gerardo Reyes contactó a David para que identificara a las personas que aparecían en un video que databa del año 2001 del candidato a la presidencia de Colombia, Álvaro Uribe Vélez.
En el video grabado en un salón comunal de Puerto Berrio, Antioquía, aparecían Ómar Pacheco, alias Sergio, capturado en 2004 por concierto para delinquir; Libardo García, asesinado luego de la desmovilización del BCB de las autodefensas; Cisneris Sánchez, miliciana de las AUC y desmovilizada en el 2006 con las autodefensas del Sur de Bolívar; Ernesto García y Fremio Sánchez Carreño, alias el comandante Esteban. Dichos videos fueron publicados por Noticias Uno a mediados de 2007.
Según el informe ¨Contra las Cuerdas¨ de Somos Defensores, para el 2016 la mayoría de amenazas fueron de tipo panfletario, seguidas por el hostigamiento directo y la llamada telefónica.
En 2008 David Rabelo es acusado de ser autor intelectual de la muerte del candidato a la alcaldía de Barranca por el Frente de Izquierda Liberal Autentico (FILA) David Núñez Cala en 1991, el testimonio principal fue entregado en audiencia libre a un tribunal de Justicia y Paz por Mario Jaimes Mejía, alias el panadero. El mismo jefe paramilitar que es acusado por el secuestro, tortura y violación de Jineth Bedoya. En ese mismo año, David tuvo que salir de Barrancabermeja por amenaza de bomba en su casa. Estuvo en Bogotá. En la Capital las llamadas amenazantes se trasladaron a los suyos; sus hijos y familiares cercanos recibían constantemente invitaciones al sepelio de David.
Antes que los amenazantes, David llegó la fiscalía, concretamente a la fiscalía 22 de la Unidad Antiterrorismo, en cabeza de William Gildardo Pacheco Granados. Capturado en septiembre de 2010 y tras 26 meses de reclusión, Rabelo fue condenado a 18 años y 3 meses de prisión por concierto para delinquir y homicidio agravado en la cárcel La Picota. Sentencia que fue confirmada el 17 de octubre de 2013 ante la nulidad de acción interpuesta por el abogado defensor Alirio Uribe, alegando violación al debido proceso.
Las fallas al debido proceso que señala el actual representante a la Cámara por el POLO y miembro del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, son respecto a las pruebas que se tuvieron en cuenta para elaborar el material probatorio: Algunas pruebas no se hicieron, y otras no se decretaron en la fase de investigación, además, el fiscal William Pacheco apeló una por una todas las pruebas que defendían la inocencia de Rabelo.
También hay dudas sobre la veracidad de los testimonios que fueron claves para determinar la sentencia: Los de Fremio Sánchez y Mario Jaimes Mejía; primero porque desde CREDHOS se hicieron las denuncias que a la postre servirían para que ambos pagaran condenas en la cárcel, y segundo, porque las acusaciones hechas por Mario Mejía le valieron el ingreso a la Ley de Justicia y Paz que ahora cobijaba a miembros de grupos armados para estatales, capturados antes de las negociaciones de paz entre el gobierno Uribe y los paras.
Un tercer elemento que señalan los defensores de Rabelo, para demostrar que hace parte de un montaje judicial, fue revelado en la columna ¨El Trasnformer¨ del periodista Daniel Coronell, publicada en el 2013, en la cual señala que William Gildardo Pacheco Granados estaba inhabilitado por la Procuraduría para ejercer cargos públicos. Esto, en razón de que pasó de ser comandante de policía sancionado por desaparición forzada de un joven en 1991, a asesor del congresista José Domingo Ávila Armenta –condenado por parapolítica- y posteriormente fiscal.
El Hijo
David Rabelo Gutiérrez tuvo que vivir las amenazas que sufre un Defensor de Derechos Humanos. Él no se acuerda, pero su madre le cuenta que una vez, recién llegados a su nueva casa en la parte nor-oriental de Barrancabermeja, dos sujetos en moto rompieron los vidrios y dejaron caer entre los muros aun grises de la vivienda una granada. Hubo silencio, solo se escuchó el abrazo de una mamá, que corriendo y alterada, pretendía con sus manos cubrir a sus dos hijos de la muerte. Hubo silencio, esta vez, la granada no explotó.
David Rabelo Gutiérrez se formó en el entorno de la UP, conoció a Manuel Cepeda de 12 años, y así a tantos otros dirigentes gracias al trabajo de su papá. A los 14 años fue parte del movimiento estudiantil en el Colegio Camilo Torres Restrepo de Barranca, trabajó de la mano de Pablo Arenales, y se vinculó a la JUCO, con la cual participó en el décimo congreso.
Fue el rector del colegio quien lo motivó a ser parte del movimiento estudiantil, pues mientras había estudiantes que llegaban a estudiar sin desayunar o sin almorzar, la preocupación del rector era que, eso sí, llevaran los zapatos blancos correspondientes al uniforme del Colegio. Luego, siguiendo el ejemplo de su papá, encontró en las ideas de corte marxista y en la defensa de derechos humanos, una forma de resistencia a las inequidades que a diario veía.
Barranca tenía una característica particular, y era que cuando se veía ejército en la ciudad, probablemente habría enfrentamientos con la guerrilla. Cuando David cursaba décimo grado en su colegio, salió una tarde a comprar un esfero, se encontró de frente con un miembro de las fuerzas especiales del ejército, caracterizados por su entrenamiento y por su uniforme: Usan una boina verde. El militar le gritó que se fuera de ahí, lo llamó guerrillero y acto seguido, soltó una ráfaga de fusil al cielo; los casquillos cayeron a los pies de David, esta vez hubo mucho ruido, el pitido que confirma que los oídos no perdieron su función, pero fueron excedidos en su capacidad, el olor a pólvora, el miedo.
No había ningún guerrillero cerca, solo estudiantes. Ese era el estigma que cargaban los bachilleres por estudiar en un colegio que llevaba el nombre de un cura que creía en la teología de la liberación. No solo ocurrió con él, ni tampoco de parte del ejército únicamente. Le sucedió a un estudiante de la jornada de la mañana del colegio que cayó en la masacre comandada por Mario Jaimes Mejía, el 16 de mayo de 1998.
David no lo conocía, solo supo que en esa noche lluviosa en la que se perdieron 32 vidas, cayó un compañero suyo también, acusado de guerrillero. La otra gran masacre perpetrada en el puerto petrolero fue la del 28 de febrero de 1999. En esa ocasión, el mismo Mario Mejía se desplazó a lo largo de la ciudad en camionetas, dejando de nuevo su rastro de muerte: 8 muertos, 2 desaparecidos y 2 sobrevivientes. David se encontraba a 3 cuadras de uno de los lugares en los cuales tuvieron lugar los asesinatos, había pasado en moto unos minutos antes.
Su papá también sintió el aumento de la actividad paramilitar en esas épocas, la familia entera tuvo que vivir los desplazamientos con escoltas, el traslado de su residencia y finalmente el éxodo. Con su papá amenazado constantemente y su hermana dando vueltas por todo el país, David vio necesario salir de Barranca, estuvo en Barranquilla y por algún tiempo en Cartagena. Finalmente, siguiendo los pasos de su hermana, se fue a estudiar fuera del país.
En el 2003, con su hermana ya radicada en Cuba, y su mejor amigo viviendo el exilio en Francia, optó por estudiar comunicación en Venezuela, al menos estaría en Latinoamérica y relativamente cerca de los suyos. Ellos fueron afortunados, pudieron salir del país cuando vivían amenazas, otros no tuvieron otra opción que quedarse. David, sin embargo, sintió el llamado de su tierra, y tan pronto terminó su carrera decidió regresar a Colombia y trabajar en diferentes actividades.
Se incorporó a la Corporación para la Defensa y Promoción de Derechos Humanos (REINICIAR) que trabaja con familiares y víctimas en busca de justicia por el exterminio de la UP. Trabaja también con prensa libre, y se unió a los procesos de Marcha Patriótica y Juventud Rebelde (JR), donde ha construido una imagen de respeto y vigor frente a sus compañeros.
Juan Camilo Barragán, quien conoce a David hace 3 años, debido a que ambos participan tanto de Marcha como JR, lo reconoce como un santandereano puro: de carácter y ganas de trabajar. Rabelo es un hombre de estatura promedio, moreno, ojos oscuros y mirada firme. Es también un líder, especialmente en lo que respecta a temas agrarios; y es en realidad alguien que defiende sus ideas con fiereza y pasión.
Ambos comparten su pasión por el fútbol, Barragán con sus 1,92 metros, y Rabelo con su rodilla inestable. Juan Camilo es un creativo, un 10 que disfruta haciendo pases a delanteros; David un atajador, aquel que le gusta la acción; un jugador de terreno que habla duro, pero con respeto, al que no le gustan los trámites sino los goles. En Marcha ya lo conocen, el de David es un carácter poco común, obstinado, pero bien fundado.
Luego de una etapa de relativa calma y un bajo nivel de riesgo, vuelven las amenazas. Su padre es capturado el 14 de septiembre de 2010, y acusado junto con el exsenador Aristides Andrade, de ser colaboradores con la guerrilla y participar intelectualmente en la muerte del exsecretario de obras públicas de Barrancabermeja y candidato a la alcaldía de la ciudad, David Núñez Cala. Se hacen constantes llamadas amenazando de muerte a David Rabelo, hijo o padre no importa, ambos son constantemente invitados a su funeral, acusados de guerrilleros y declarados objetivos militares de grupos paramilitares.
Según datos recogidos por el informe anual del 2016 ¨Contra las Cuerdas¨, del programa Somos Defensores, las llamadas telefónicas son solo una de las formas de amenaza que usan para intimidar a los Defensores de Derechos Humanos; panfletos, mensajes de texto, mensajes de correo electrónico, homicidio de familiares y hostigamientos directos son otras formas de amenaza. Rabelo Gutiérrez tuvo que vivir también los correos amenazantes y el hostigamiento directo.
En varias ocasiones sintió que lo estaban siguiendo después de visitar a su papá en la cárcel La Picota, pero siempre encontraba la forma de eludirlos y llegar solo a su destino. Normalmente lo seguían taxis, pero un día lo esperaron dos hombres en la estación Molinos de Transmilenio. Intentó evadirlos con la excusa de no tener cargada la tarjeta del sistema, pero los dos hicieron la fila justo detrás de David, al pasar el torniquete, Rabelo se percató de la llegada del servicio de ruta fácil y corrió hasta el segundo vagón para alcanzarlo, pese a su rodilla inestable logró llegar justo antes que el articulado cerrara las puertas. Estando allí, pudo verlos correr para intentar subirse con él al bus.
Después de la confirmación de sentencia dictada en favor del proceso de David Rabelo Crespo, él fue trasladado a la cárcel de Barrancabermeja. Estando de nuevo en tierras santandereanas el nivel de amenaza se redujo para los Rabelo, gozaron de tranquilidad y aunque insistían en las irregularidades del proceso de detención de Rabelo Crespo, al menos en la cárcel de Barranca tenía un ambiente más tranquilo. Por su parte, la última llamada que recibió Rabelo Gutiérrez tuvo lugar en el Portal 20 de julio; -lo vamos a matar-fue lo único que le dijeron a finales del 2015.
El Espíritu Santo
Cuando a alguno de los David Rabelo les preguntan qué los protege, aparecen respuestas diversas: Los escoltas, las personas, la tía o la abuelita que fallecieron, el universo en una suerte de conspiración que mantiene a las buenas personas vivas y finalmente Dios. Pero lo que funciona para los Rabelo no aplica para todos, porque según el informe de Somos Defensores en 2016, fueron asesinados 80 defensores de Derechos Humanos.
Una de las razones por las cuales los Rabelo siguen vivos son los escoltas; grupos de personas anteriormente asignados por el DAS y ahora por la Unidad de Protección Nacional (UPN), que se encargan de mantener a los líderes amenazados vivos. En ocasiones el esquema de seguridad es insuficiente, y la UPN opta por trasladar a sus protegidos, moverlos por el país como hizo con Leonard Rentería.
Leonard se hizo famoso el 3 de septiembre del 2016, cuando se enfrentó al Senador Álvaro Uribe Vélez en un foro realizado en Buenaventura con los promotores del ‘No’ al plebiscito. Leonard le recordó a Uribe que es la gente de su tierra la que sufre la guerra, no ellos que solo llegan allí a hacer campaña y se van. Después de su intervención y aparición en medios masivos de comunicación, amenazaron a Leonard, llegaron mensajes reclamando su silencio, pero era algo a lo que estaba acostumbrado.
Este integrante de Rostros Humanos, cantante de RAP y estudiante de psicología tenía protección de la UPN desde el 2014. Leonard sabe de primera mano lo que significa perder a 1 entre 63 líderes que asesinaron en el 2015. Solo uno, pero era su compañero de trabajo, su amigo, su cuñado. Leonard tuvo que abandonar la ciudad, la situación estaba tan complicada que ni siquiera con escoltas podían garantizarle la vida. Eso lo vivió sintiéndose perseguido, como un nómada en su propia tierra.
- ¿Por qué no hace otra cosa? ¿Por qué no busca otro camino?
-Por mi conciencia, por vivir dignamente. Porque no quiero ver que las personas no tienen oportunidades, que no pueden decidir sobre su propio destino. Además, si nosotros no nos defendemos entonces ¿quién?Uno no debería estar en riesgo por defender su derecho a existir, pero toca.
Leonard lo hace por sus principios, por el recorrido de su vida. Doña T, por su parte lo hace por su memoria. Sobreviviente de un atentado con arma mientras se desplazaba en el carro con su esposo, encuentra en la memoria, el trabajo con otros sobrevivientes y el constante movimiento entre marchas, conmemoraciones y jornadas en juzgados, la forma de vivir noblemente.
En ese atentado a balas del cual ella logró sobrevivir perdió a su esposo, son 16 años de eso. Ya no se trata de las más de 1.000 víctimas del exterminio de la UP, se trata de la vida de su compañero, de perderse la posibilidad de envejecer juntos, de congraciarse para consentir a sus nietos. Tuvo que salir del país por un tiempo, pero soportó un solo mes antes de regresar y afrontar con todo el vigor que su semblanza refleja la realidad que le tocó.
Entre las recomendaciones hechas en el Informe anual del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, cuya intención es evitar que casos como el de los Rabelo, Leonard, Doña T y los 28 líderes sociales que ya han sido asesinados desde que comenzó la implementación del acuerdo se repitan, señala que: ¨A nivel político, se debe poner fin a la cultura de estigmatización contra los defensores de derechos humanos que persiste en algunos sectores¨.
Todos ellos, los que defienden la vida, la tierra, sus comunidades; los que hacen memoria, los que resisten pacíficamente y dando la cara a los violentos; los que se oponen por igual a grupos guerrilleros y paramilitares, los que hacen control a la gestión de los recursos en sus territorios; los que cantan, los que bailan, los que no olvidan, los que sobreviven a los días de nostalgia con poesía y los que no se quedan callados: todos ellos merecen estar vivos.
Nota del editor:
Producto de este tipo de situaciones, una egresada del Departamento de Comunicación y Cinematografía desea poner en conocimiento de la opinión pública una serie de amenazas de las que son objeto ella y su familia. Aquí las reproducimos por considerar de extrema importancia para el tipo de periodismo que buscamos en el CroosmediaLab.
Denuncia pública: Hostigamiento y amenazas contra la Familia Acosta
La Familia Acosta denuncia ante la opinión pública nacional e internacional, nuevos hechos de amenaza en su contra. Los líderes sociales Vladimir Leonardo, Jorge Armando y Julieth Vanessa, en compañía de su padre José Antonio Acosta, víctimas reconocidas del conflicto armado colombiano; denuncian amenazas de muerte en su contra a raíz de su activismo social, su defensa de los Derechos Humanos y su participación voluntaria, ayudando a población afro descendiente que ha sido desplazada por el conflicto interno que ha padecido Colombia por más de 50 años.
A pesar de solicitar a las autoridades competentes, medidas de protección y poner en evidencia los hechos intimidantes en su contra por parte de grupos paramilitares, no recibieron respuesta de ninguna entidad oficial, por lo que tuvieron que salir del país de manera inmediata, para resguardar su vida y la de los miembros de su familia, de la que hacen parte 5 niños menores de 13 años.
La Familia Acosta rechaza estos hechos de violencia que pretenden coartar la libertad de expresión y accionar de los líderes sociales colombianos, que impulsan y apoyan la construcción de paz en todo el territorio. Así mismo, exigen a las autoridades pertinentes que tomen acciones con el fin de esclarecer estos hechos y que permitan frenar cualquier maniobra en contra de los defensores de derechos humanos, para que así se proporcionen las garantías para el ejercicio social en el país.
La Familia Acosta ratifica su compromiso en la construcción de una paz con justicia social y el trabajo incansable por las comunidades populares que históricamente han sido excluidas.