Los acontecimientos del agro: un conflicto de dignidades

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Los acontecimientos del agro: un conflicto de dignidades
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Martes, Octubre 1, 2013
RAET

Por Laura Rugeles

Líder Grupo de Investigación RAET

 

Sin lugar a dudas no está en discusión la internacionalización de la economía colombiana que incluye por supuesto a la agricultura. El mercado mundial está abierto y las nuevas comunicaciones hacen, entre otras cosas, que la relación entre proveedor y cliente sea diferente a lo que estábamos acostumbrados. Felizmente, los consumidores del mundo se están influenciando mutuamente  para seguir patrones de calidad en su alimentación, sencillamente porque cada vez hay más responsabilidad y más conciencia de que entre alimentación y salud existe una fuerte relación. La otra influencia fundamental derivada de la globalización recae sobre la trayectoria ambiental de la agricultura teniendo en cuenta que ésta actividad depende al máximo pero también afecta al máximo los recursos naturales específicamente agua, suelo, biodiversidad, y el ambiente incluyendo paisaje y cultura. La trayectoria ambiental no solo es local sino que se desplaza mucho más allá del ámbito del cultivo dejando a su paso un reguero de huellas invisibles e imborrables. Lo que hace un agricultor de papa en Subachoque se siente en todas las familias y comunidades (organismos vivos) de dominio del rio Bogotá y más allá. El problema mayor se relaciona con el hecho de que alimentación de mala calidad y tratamientos indebidos al ambiente corroen lentamente y se expresan más tarde cuando hay poco que hacer o es muy costosa su remediación, y lo más grave, que las externalidades negativas de la agricultura recaen principalmente en los más pobres.  

La globalización tiene entonces mucho de positivo porque presiona para que la agricultura que es una actividad económica vital haga las cosas bien en cualquier lugar del mundo donde opere. Lo que se requiere es mayor regulación y aplicación efectiva, y ésta proviene del Estado porque es su responsabilidad velar por la vida de sus ciudadanos y del ambiente. Le costaría menos al Estado regular más para gastar menos en atención a la enfermedad y en remediar los efectos ambientales. La regulación es fuente de buenos efectos, por ejemplo impulsa a los productores y demás actores de la cadena alimentaria a formalizarse para disfrutar de incentivos; a innovar y recibir retribución por la inversión; ellos tendrán más clientes en el mundo porque serán más competitivos. Al tiempo se requiere el compromiso y la responsabilidad de los actores productores de la agricultura. Colombia podría ser reconocida como un país que produce la mejor comida y en simultáneo, distinguida por cuidar de sus recursos naturales y de su biodiversidad. El mundo alimentario es distinto ahora, la nueva geopolítica está planteando problemas diferentes que de ninguna manera convienen desdeñar por continuar pidiendo protección y subvenciones. Es un ejercicio que cuesta hacer porque involucra nuevas preguntas, nueva información, nuevos compromisos y, sin lugar a dudas, nuevos actores. ¿Podrían este par de temas ponerse en las mesas de la dignidad y de la ruana? 

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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