El pasado jueves 24 de septiembre del año en curso, el Observatorio asistió al foro “Retos del Posconflicto”, el cual fue convocado por la Fundación de Paz y Reconciliación junto con la Fundación Friedrich-Ebert-Stiftung en Colombia- FESCOL, que también contó con el apoyo de la Comisión de Paz del Senado de la República. Entre los invitados especiales a este foro estuvieron, el Consejero Presidencial para los Derechos Humanos, Guillermo Rivera, y el Director de la Fundación de Paz y Reconciliación, León Valencia.
El conversatorio contó con panelistas expertos en los temas de investigación para la paz y posconflicto, dentro de los que se encontraban, el Director de la Alta Consejería para la Reintegración, Joshua Mitroti, quien expuso algunas cifras sobre el número de desmovilizados y reintegrados que cuenta el país desde el año 2003; un total de 58.000 desmovilizados pertenecientes a los diferentes grupos armados al margen de la ley que han hecho parte del conflicto armado colombiano, de los cuales 40.000 se encuentran en condición de reintegrados.
Mitroti también resaltó la importancia de los trabajos de resocialización que se han elaborado con todos los reintegrados y dejó en claro los grandes retos que debe afrontar Colombia en un posible escenario de desmovilización y reintegración con los combatientes de la guerrilla de las FARC. Igualmente señaló que es muy prematuro para hablar acerca de una nueva institucionalidad que afronte estos nuevos retos, y dejó en claro que por ahora debe existir una estrategia de cooperación y coordinación entre diversas instituciones gubernamentales que enfrenten los desafíos del posconflicto, y que en el caso de la Agencia para la reintegración no se le debe dejar sola y a la deriva ante los compromisos con los potenciales reintegrados del proceso de paz.
A continuación se presentó el Subdirector Académico de la Fundación de Paz y Reconciliación, Ariel Ávila, quien destacó la problemática de las economías ilegales, así como el de las dinámicas políticas y sociales que han surgido en diversos municipios colombianos a raíz del Conflicto Armado. Para Ávila, el Posconflicto supone ocupar una serie de vacíos de poder que quedarán en los territorios después de que las FARC firmen el acuerdo de paz, ya que la administración de las economías ilegales, así como de la organización social, dependen en muchos casos de las operaciones de la guerrilla.
Es imprescindible entonces comprender las complejidades rurales de Colombia y las dinámicas de los 281 Municipios, que según cifras de la Fundación de Paz y Reconciliación, han son vulnerables a la detonación de un conflicto social con el fin del conflicto armado. Se deben instaurar una serie de alternativas económicas en estos territorios que puedan reemplazar las actividades ilícitas anteriores y como elemento más importante, la vigilancia política y social del Estado una vez se haya desmovilizado el grupo insurgente.
La directora de la Fundación ideas para la paz, mencionó que la firma de un acuerdo no conduce necesariamente al fin del conflicto y que la construcción de la paz requiere de tiempo y de instituciones fuertes en el ámbito local. También expuso que la paz es una cuestión que va más allá de la normatividad, y que debe ser una construcción integral entre el Estado, instituciones, desmovilizados y sociedad civil. Posteriormente abordó los retos de la integración y la reconciliación a partir de los impactos sociales que podrían afectar a las poblaciones receptoras de desmovilizados de organizaciones guerrilleras, y por otro lado, las condiciones necesarias para garantizar la no repetición de hechos violentos al interior de las comunidades afectadas.
A manera de conclusión, algunas de las posturas desarrolladas a lo largo del foro indican que deben existir expectativas realistas frente a la eventual firma de un acuerdo de paz, se deben prever los efectos colaterales de la desmovilización así como establecer mecanismos para la reincorporación de los combatientes y se debe dar un tratamiento adecuado a las víctimas del conflicto. Además, se hizo especial énfasis en la importancia de articular los esfuerzos de las regiones y de implementar en los escenarios locales los principales componentes de política, y que la clave de este posconflicto será el de pensarnos una paz territorial.
Elaborado por: Juan Camilo Jaramillo Matallana