Objetivo de la Línea 

Con esta línea se abordan los problemas relacionados con la forma en que la innovación se genera y se gestiona en los sistemas agroindustriales (agrícola, agroindustrial, servicios, etc.), teniendo en cuenta, fundamentalmente, el origen biológico del cual parte este sector y su posición estructural en la cadena. Las presiones crecientes de cambio sobre el mercado incrementan también la necesidad de innovación en la empresa y en el territorio, dado que la innovación es un proceso dinámico generador de ventajas competitivas mediante la oferta de productos o servicios con alto valor agregado y complejidad tecnológica. La capacidad de acumulación de conocimiento en las empresas agro así como los modelos de organización y transacción en los mercados, la medición y valoración de este conocimiento, la configuración y funcionamiento del sistema de innovación territorial o nacional, la cooperación como forma de gestión del conocimiento, y las políticas correspondientes son, entre otros, aspectos centrales que esta línea atiende.

Logros de la Línea      

 El logro más importante de esta línea consiste en haber contribuido a la comprensión de como se conforma el actual modelo tecnológico del agro colombiano. Para ello se avanzó sobre los problemas de medir los procesos innovadores en este tipo de actividades, haciendo por lo tanto un doble aporte: uno genérico, planteando los primeros pasos a seguir para hacer este tipo de mediciones; uno más específico, sobre cuál es el estado de la actividad agropecuaria hoy en Colombia.

Efectos de la Línea     

Se ha logrado establecer y probar en la agricultura colombiana: Que en este sector se registra un crecimiento lento y fluctuante. Que implica innovar, pero no se está innovando. Que el sistema de innovación parece no encontrar un modelo conveniente. Que es imperativo sofisticar la discusión sobre el sistema de innovación en la perspectiva de una agricultura moderna y de un escenario de posconflicto. Reconsiderando, entre otras cosas, el modelo de gobernanza, la continuidad y el sesgo hacia el enfoque lineal y hacia lo tecnológico productivo. Y recordando que I+D es una fuente de innovación pero no es la innovación en si misma.