Por: Juan Camilo Llanos
Muchas de las películas del mexicano Guillermo del Toro se alejan de los protagonistas tradicionales para enfocarse en la idea del “otro”. Los monstruos, los raros, los rechazados y los diferentes suelen ser sus verdaderos protagonistas, son seres que injustamente son considerados extraños o peligrosos, y su nueva película no es la excepción.
Basada en el libro Nightmare Alley, escrito por William Lindsay Gresham en el año 1946 con una primera adaptación al cine estrenada un año después y dirigida por Edmund Goulding, en un comienzo no fue bien recibida por el público ni por los críticos, pero con el tiempo fue considerada una de las más grandes piezas del film noir. Es por esto que Guillermo del Toro tenía una gran responsabilidad adaptando y sacando una nueva versión de este gran clásico, y lo cumplió con creces, ya que dejó de lado la magia y las criaturas fantásticas, para entregarnos una magistral obra noir basada en el realismo más crudo.
La cinta nos cuenta la historia de Stanton ‘Stan’ Carlisle (Bradley Cooper), un misterioso y atractivo hombre quien, buscando dejar su turbio pasado atrás, encuentra refugio en un carnaval ambulante donde lo recibe Clem Hoatley (Willem Defoe), un hombre amante del dinero que alcoholiza vagabundos para convertirlos en monstruos de feria, y el cual le brinda trabajo a nuestro protagonista. En la feria, conoce a una pareja de mentalistas (Toni Colette y David Strathairn), quienes le enseñan trucos ilusionistas. Más adelante, nuestro protagonista huye con la joven Molly (Rooney Mara) para empezar una exitosa carrera por su cuenta. Lamentablemente, las cosas se complican para Stanton cuando conoce a una psiquiatra, la Dra. Lilith Ritter (Cate Blanchett), quien le hace una propuesta que por su ambición no puede rechazar.
El libro realiza un análisis profundo sobre el mundo del espectáculo y sus protagonistas, utilizando las ferias como una metáfora para criticar el sistema capitalista y retratar lo más vil de la condición humana. En esta nueva versión, Guillermo del Toro se centra y le da más importancia a la temática sobre quiénes tienen la verdadera bestia en su interior, y cómo los seres humanos podemos llegar a ser viles, crueles, faltos de moral y ambiciosos, en lugar de mostrarnos la belleza que esconde la bestia. Además, le da una profundidad temática y visual a un nivel impresionante que solo cineastas de la talla del mexicano pueden lograr.
El apartado cinematográfico a cargo de Dan Laustsen es maravilloso e impresionante, juega con sombras y haces de luces y, sin exagerar, cada cuadro del filme puede ser considerado una pintura. De igual manera, el diseño de producción y arte merece un gran reconocimiento por su estética y los diversos escenarios que logran transportarnos a un mundo realista y deslumbrante. Mencionaré especialmente a los escenarios del carnaval: el laberinto de espejos, el pasillo de los fetos y la oficina de la doctora Ritter resultan particularmente llamativos por la cantidad de detalles y simbolismo que manejan. Definitivamente, más que merecidas sus nominaciones a los premios Óscar. Por otro lado, las actuaciones están al nivel de la calidad técnica, especialmente la de Bradley Cooper y Cate Blanchet como la femme fatale de la cinta.
Sin embargo, la cinta no es perfecta, y cuenta con elementos negativos que se deben resaltar. Uno de ellos es que en ocasiones se puede sentir predecible y con clichés del género. Además, en algunos momentos baja el ritmo y se puede perder el hilo de la trama, y aparecen personajes que se sienten más como acompañantes para nuestro protagonista, ya que no cuentan con un desarrollo para que el espectador pueda conocerlos más a profundidad.
No obstante, puedo decir que El Callejón de las Almas Perdidas es un perfecto reflejo de los oscuros momentos que en nuestro mundo están pasando, ya que muchos prefieren creer en las mentiras que les den confort y en las que muchos desalmados sacan provecho de eso para hacer dinero. Además de sacar a la luz una espeluznante verdad: la codicia, el egoísmo y nosotros los seres humanos somos los verdaderos monstruos y nada ni nadie nos puede salvar (sé que es un poco pesimista).
Finalmente, Guillermo del Toro no decepciona, ya que nos entrega un film noir puro y duro con una calidad magnífica, que a pesar de presentar algunos problemas, es un filme con una visión singular de un experimentado director que sabe examinar y sacar a la luz lo más profundo del alma humana y que, sin lugar a duda, no dejará indiferente al público y los amantes del buen cine.
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