Redacción: Miguel Rodríguez.
Caricatura: Miguel Ángel González Batalla
Diciembre, el mes favorito de Iván Duque: un mes donde puede disfrutar de sus seres queridos, romper la dieta y, sobre todo, en el que podrá descansar de un año tan difícil como lo fue el 2020. Ser el presidente de la república no es tarea fácil e Iván lo sabe, porque todos los días ve trabajar duramente a su padre político.
El 2020 será un año que todo el mundo recordará. Un año complejo, en el que una pandemia repentina golpeó las vidas y proyectos de muchos. Iván no fue la excepción, tuvo momentos difíciles este año, sin embargo, cumplió uno de sus más grandes sueños: tener su propio programa de televisión. Un talento más que se tenía bien escondido Iván, ser presentador se le dio bien, de las mejores cosas que hizo este año por no decir que lo único. En sus programas nos deleitó con lo mejor del sensacionalismo respondiendo la carta de un niño que quería regresar a la escuela, o llevando invitados que nada tenían que ver con el trasfondo del programa como Sebastián Yatra, y en algún momento resultó siendo un programa de chismes donde Duque confesó que le gusta el perico.
Todo hombre soñador tiene detractores que quieren cortarle las alas de su felicidad. Cuando Duque quería apuntar a lo más alto con un programa de entrevistas, los colombianos hicieron presión para que el presidente hiciera sus labores, un sueño frustrado que Iván no podrá cumplir mientras sea el máximo mandatario del país. Espero que no perdamos a este genio incomprendido en algún programa futuro.
Iván es un man bacán, así lo denomino el reguetonero J Balvin, y tiene mucha razón en sus palabras, pues Iván, al ser el presidente de todos, quiso hacer un homenaje a los universitarios entregando un trabajo extra temporáneo por muchos años y con una gran portada. El túnel de la línea parece ser un trabajo hecho a medianoche, le duró poco la dicha. Sin embargo, la placa colgada fuera de él fue de sus mejores presentaciones, un tropiezo más llegó a la vida de Iván cuando le hicieron quitar la placa y el túnel salió un poco defectuoso.
Una de las fechas que a Iván más le gusta celebrar es el día de velitas, ahí ya estaba tomando su descanso así que se olvidó del país y prendió velas para que Uribe pueda salir bien librado de sus diferentes procesos; pero esta celebración se le salió de las manos y los casos de coronavirus aumentaron, aunque ya sabemos que a él no le gusta buscar culpables cuando se trata de errores suyos, cuando son los demás si les gusta señalarlos como a los manifestantes, pero estamos en diciembre y no hay que estresarnos.
La pasa de maravilla, puesto que romper el acuerdo de paz no es lo único que le gusta a Iván, sino que también le gusta romper la dieta. Se le ha visto muy contento comiendo buñuelos, lechona, tamal y todo lo que le ofrezcan. Esta es la vida que el buen muchacho de Iván merece, sin preocupaciones.
Se rumorea que una de las peticiones de Iván al niño Dios es poder ver el partido de la mechita en televisión abierta, con la excusa de evitar aglomeraciones, pero todos sabemos las verdaderas intenciones de Duque: subir su popularidad con los hinchas del fútbol, y que nadie paga Win +, las madres no estarán preocupadas este diciembre por tener que pagar este canal, en las prioridades de Iván está ver a su equipo del alma. Aunque también se vio en la lista la posibilidad de traer vacunas a Colombia, eso es menos importante.
Por ahora lo que le queda hacer a Iván es seguir descansando, vivir la vida al mejor estilo de Hakuna Matata sin preocupaciones y esperar los nuevos retos que traiga el 2021 para los colombianos y sus proyectos personales.
