Por: Giovanny F. Benavides, profesor asociado al área de Economía, Finanzas y Comercio
El comercio internacional ha sido una de las víctimas potenciales de la pandemia. Es demasiado pronto para evaluar el impacto real de los diversos procesos que llevan a cabo diariamente las empresas, algunos sectores se han visto favorecidos por la alta demanda pero otros han entrado en recesión efecto de problemas importantes en el transporte. Identificar y analizar las probabilidades de los diferentes escenarios comerciales se hace tarea inmediata, teorías y supuestos emergen sobre el terreno y empiezan a marcar el rumbo a seguir.
El comercio internacional como el comercio exterior (en un enfoque de política comercial) definen la estrategia comercial que un país busca, el posicionamiento de sus productos y de sus empresas a través de avances tecnológicos y de información así como el desarrollo de estrategias eficientes de abastecimiento y distribución física internacional (DFI), facilitando una secuencia efectiva de materias primas que impacten los procesos productivos y permitan entregar al consumidor global un producto de talla mundial.
El economista Krugman mencionaba que la mayoría del comercio internacional mundial se da entre países industriales relativamente similares en sus de factores productivos. Krugman también entendió que el comercio internacional en la realidad no solamente es lo que denomina “interindustrial” es decir entre industrias, sino que los países también suelen realizar intercambios de bienes y servicios para estas mismas industrias, y esto lo denomino “intraindustrial”
La internacionalización, a su vez, surge como una de las etapas más importantes del proceso y consiste en el incremento en la transferencia de bienes, servicios y capitales entre las naciones por parte de las corporaciones, lo que se traduce en un crecimiento del comercio internacional y de la inversión extranjera; para la empresa se constituye en dos aspectos muy específicos: el primero se refiere a los flujos comerciales, es decir exportaciones e importaciones de bienes y servicios (Canals, 1994) y el segundo a los flujos productivos, es decir incorporación de materias primas, tecnología e innovación.
La internacionalización como consecuencia del fenómeno de la globalización produce una interrelación entre las economías e implica nuevas relaciones políticas internacionales y el surgimiento de la empresa transnacional; las lógicas de la internacionalización se relacionan con la mejora de la calidad de las actividades administrativas, de innovación y de producción. El concepto de internacionalización puede referirse tanto a un objetivo corporativo que busca alcanzar estándares internacionales, como a un proceso metodológico que lleva la empresa en cuanto a políticas y estrategias hacia una dimensión internacional.
Es así como la toma de decisiones en estructuras empresariales objeto de comercio internacional son altamente dependientes de variables logísticas; estas involucran a la vez el transporte, almacenamiento de productos, proveedores, distribución, aduanas y en general estrategias empresariales de internacionalización que permiten aumentar la competitividad y la diversificación de mercados para empresas que buscan métodos de posicionamiento en escenarios globales.
El comercio internacional, por supuesto, es una pieza de la economia que hace parte de la cadena de valor del producto; es una herramienta poderosa de competitividad que tiene como objetivo coordinar el flujo de producción y servicios de la empresa y trasladarlos teniendo como objetivo, la satisfacción del cliente. Así, el comercio internacional para la empresa representa la toma de decisiones a corto plazo, la optimización de flujos y materiales cotidianos, pero también a largo plazo, a través de estrategias para optimizar los parámetros de producción y distribución.
Esto supone, entender el contexto económico mundial antes de iniciar el proceso de internacionalización que permita identificar la importancia del comercio internacional y exterior en la economía de una nación y de las empresas constituyéndose como la principal estrategia de desarrollo, inserción y participación de las empresas en los mercados globales; parte de ello radica en el conocimiento de los elementos derivados del institucionalismo, políticas globales, estrategias de internacionalización y procesos de transporte y almacenamiento así como objetivos claros de desarrollo de marca.
Sin embargo, las crisis geopolíticas actuales han demostrado que los claros beneficios del sistema comercial actual tienen costos importantes, Aquellos proveedores de fuente única, muy dados en procesos productivos agroindustriales o países del mundo que se especializan en un solo producto en particular, pueden estar en una fragilidad comercial inesperada en tiempos de crisis como por ejemplo la guerra en Ucrania o la crisis en Taiwán que enfrenta bloques comerciales provocando el colapso de las cadenas de suministro. Tales interrupciones pueden tener implicaciones significativas, tanto para las empresas individuales como para los sistemas de distribución global.
Desde la perspectiva de las empresas privadas, acortar y diversificar las cadenas de suministro puede ser una estrategia racional que les permita operar con mayor fluidez y eliminar el riesgo de escasez de suministro de materias primas lo cual podría determinar para los gobiernos una forma de limitar la dependencia de un país por insumos de un mismo lugar: en ese orden de ideas estaríamos hablando de un cambio en las lógicas comerciales globales a lógicas comerciales regionales, limitando así el número de proveedores en la cadena de suministro, afianzando lazos comerciales con socios estratégicos y reduciendo significativamente los mercados; esto definido como fenómeno de la “desglobalizacion”.
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