Como parte de una iniciativa visionaria para apoyar las labores nacionales de conservación del bosque seco en Colombia, la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano y la Institución Educativa Departamental Rural de Medialuna-INEDERME, Pivijay-Magdalena, han aunado esfuerzos para establecer un vivero de conservación. Este proyecto se basa en la recolección local de semillas y plántulas, con un enfoque particular en especies arbóreas amenazadas.
El bosque seco en Colombia enfrenta la categorización de ser uno de los ecosistemas más fragmentados, habiendo perdido más de 8 millones de hectáreas, equivalente al 92% de su cobertura nacional (FAO Y PNUMA, 2020). Ante este reto, diferentes instituciones, incluyendo la Corporación Autónoma Regional del Magdalena, se han comprometido en la restauración de este ecosistema vital.
Desde el 2 de febrero de 2023, la Tadeo ha unido fuerzas investigativas con docentes y estudiantes de bachillerato, pregrado, maestría y doctorado, así como con miembros de la comunidad local en el corregimiento de Medialuna. Medialuna, un pequeño poblado cerca de Pivijay, en la región de Magdalena, comparte la proximidad con municipios que son referentes geográficos en la literatura de Gabriel García Márquez. Estos municipios, Fundación y Aracataca, añaden un toque literario a la iniciativa.
En colaboración con un proyecto financiado por el Sistema General de Regalías 2022-2023 y supervisado por Minciencias, los profesores de Utadeo, Magnolia Longo, Luis Alejandro Arias y Rodrigo Gil, junto con las estudiantes María Alejandra Rodríguez, Sandra Barrera y Catalina Martínez, han puesto en marcha un vivero de conservación en las instalaciones de la Institución Educativa INEDERME. Los objetivos principales de este vivero incluyen la co-creación de una estrategia de educación ambiental, la recolección colaborativa de semillas y plántulas con estudiantes, y el establecimiento y comercialización de estas especies en el vivero.
Durante la primera salida de campo, se recolectaron muestras de material vegetal arbóreo y alrededor de 2.000 semillas de 18 especies árboreas, incluyendo el Jobo, la Bonga, la Ceiba tronadora, el Guásimo, el Uvito, el cedro espinoso y el olla de mono, entre otros. Estas semillas se sometieron a tratamientos para promover su germinación en el semillero.
Uno de los resultados más notables ha sido el conocimiento local de los estudiantes de 8vo grado, con edades entre 12 y 14 años. Estos jóvenes reconocen los árboles, las semillas y los usos tradicionales asociados a cada especie, transmitidos a través de generaciones y arraigados en la experiencia de trabajar en el campo.
Este proyecto sigue en proceso de construcción, y aún queda un trabajo arduo por delante en la etapa de recolección de semillas y plántulas, así como en la expansión del vivero. Es un camino largo y desafiante, por lo que se están buscando socios que deseen unirse y brindar su apoyo, tanto logístico como financiero, que puedan contribuir al crecimiento y éxito continuo de este proyecto.
Nuestra Universidad se ha convertido así en un agente activo en la conservación del bosque seco y en la formación de una comunidad consciente de la importancia de preservar este ecosistema vital para la región.
