Por: Antonia Gómez Almarales
Los thrillers son, usualmente, películas que se ven una sola vez, o que por lo menos yo veo una sola vez, porque cuando ya sé qué va a pasar, en este género en particular, no me emociona de igual manera si la veo por segunda vez, no me sorprendo, de hecho, casi que estoy esperando a que las cosas ocurran y no la disfruto de igual manera.
Dirigida por Joe Wright y protagonizada por Amy Adams, Gary Oldman, Julian Moore, Ethan Russel y con apariciones de dos Capitanes América sin que ninguno sea el original; La mujer en la ventana es una de esas cintas que sufrió la compra de Fox por parte de Disney, que luego no se pudo estrenar porque las salas de cine estuvieron cerradas el año pasado y que yo llevo esperando ver desde que leí el libro en 2018. La película nos trae la historia de Anna, una mujer que sufre de agorafobia (le tiene pánico a los espacios abiertos), que le encanta mirar por la ventana en niveles que rayan en el acoso y un día ve un acontecimiento violento al que no puede dejar de darle vueltas en su cabeza. Sí, suena bastante similar a La chica del tren y aunque va por la misma línea, yo, en lo personal, diría que tanto los libros como las películas son diferentes.
Me gustaría destacar la composición de la película en general, los planos son muy agradables, Joe Wright recurre frecuentemente al cuadro dentro de cuadro (enmarcar ya sea con una ventana, la arquitectura de la casa o cualquier elemento a los personajes) y no lo hace sólo con propósitos estéticos sino que también le ayuda a recalcar en ocasiones la distancia física que hay entre Anna y sus vecinos. Otro de mis aspectos favoritos son estos planos con el televisor de fondo, da un efecto surrealista que me gusta mucho, o en general cuando se divide la pantalla con otra pantalla, cuando pone el celular mientras ella se está grabando o cuando está cargando lentamente la foto en el computador y la vemos a ella de cuerpo completo. Realmente cada plano parece una postal.
Amy Adams es quien sostiene la película con su interpretación. La primera vez que vemos a Anna intentar abrir la puerta de su casa es una secuencia fantástica, la expresión de su rostro, cómo cambia su respiración y en general todo su lenguaje corporal, te transmite el sufrimiento y el gran esfuerzo que para ella conlleva el mundo exterior. Siempre me ha parecido genial cuando tenemos a un personaje en pantalla y no podemos ver a través de él al actor o a la actriz, no sé si me explico, esto me pasa muy seguido con con Gary Oldman, yo no lo veo a él, veo a su personaje, mi admiración para ese señor.
He escuchado a algunas personas decir que la película ‘‘se cocina a fuego lento’’ (personas angloparlantes, esto en español suena un poco raro), que la película tiene un inicio lento; pues a mí me pareció todo lo contrario, me parece que es precisamente en los primeros minutos de cinta cuando es más frenética, los cortes más rápidos y mayor es el dinamismo; puede que esto lo perciba así por la cantidad de información que nos dan en los primeros minutos o porque el libro está cocinado a fuego mucho más lento, casi que al calor de una vela.
La mujer en la ventana es la adaptación del libro homónimo escrito por A. J. Finn, y cuando de estos casos se trata, siempre es muy difícil dejar a todos satisfechos. Un profesor me dijo alguna vez que él no entendía este tipo de películas como el libro hecho película si no como una película que se inspiró en el libro… pero que no es el libro, y la verdad me parece un pensamiento bastante inteligente. Entender las adaptaciones de esta manera, ahorra la decepción de “ay eso no pasa así en el libro”, y una vez quitas esa barrera, todo es más divertido.
Es una adaptación fiel a la obra en la que está basada, de hecho, la casa está construida tal cual se describe en el libro, lo cual me pareció impresionante. Mantiene la estructura de la historia como tal, pero desde un enfoque distinto; aquí no se ahonda tanto en la familia de Anna ni en su trabajo, se centra más en el conflicto que pasa fuera de la ventana. Lo que yo hubiera hecho distinto sería haber reforzado más cómo la medicación que toma Anna junto con el vino, le deja una versión distorsionada de la realidad, siento que esto es muy importante sobre todo cuando después quieren desacreditarla, pero de nuevo, no vamos a encontrar el libro hecho película.
Es un thriller que, si bien no está entre mis favoritos, logra entretener durante toda la película, ideal para un fin de semana.