Las polémicas acciones del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, durante el 2017, así como el agravamiento de la crisis económica y social en Venezuela, fueron dos temas centrales de la agenda política global. Precisamente sobre ellos, el profesor del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de Utadeo y director del Observatorio de Paz, Miguel Barreto, fue consultado por el programa “Visión Global” de la emisora pública de noticias de Portugal, Antena 1, al tiempo que publicó un artículo de su autoría en el portal web de RTP, el canal de televisión pública de ese país europeo.
Según el tadeísta, el 2017 posicionó a Donald Trump como el antihéroe en el mundo, al destruir gran parte del legado dejado por Barack Obama, al tiempo que su discurso y políticas incendiarias pusieron en peligro la estabilidad política internacional, al mantener una retórica bélica frente a países como Siria, Afganistán, Corea del Norte y Venezuela, sin contar el retroceso en materia diplomática con países como Cuba e Irán: “En realidad, las tensiones y enfrentamientos verbales con el régimen de Kim Jong-un hicieron lo impensable posible: décadas después del final de la Guerra Fría, volvió a asomar sobre el mundo el espectro de una guerra nuclear”, puntualizó el tadeísta a RTP.
Pero, sin duda, una de las acciones que el experto califica como más irresponsables, es el hecho de retirar a los Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático, el intento por desmantelar la política del Obamacare, y el más reciente, el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel: “Trump erigió no sólo muros físicos, sino también políticos e identitarios. Profundizó las fronteras entre razas, religiones y naciones; promovió visiones maniqueas y primarias del mundo; sembró y exploró el miedo, el odio, el prejuicio y el terror. El mundo se ha vuelto más peligroso. Y dejó al menos tres años más de esta pesadilla en la Casa Blanca”, puntualizó Barreto.
En cuanto a la crisis en Venezuela, el analista destaca que durante el 2017 se dio una crisis permanente y una suspensión de la democracia. Según Barreto, Nicolás Maduro carece de encanto, capacidad retórica e inteligencia política que si poseía su antecesor, Hugo Chávez, logrando que la base social, política y electoral del chavismo se deteriore.
Sumado a ello, señala que la caída abrupta del petróleo generó desequilibrio económico y político, al cortar la mayor fuente de ingresos del régimen bolivariano, y con ella, la contracción del PIB, desabastecimiento de bienes básicos de consumo e inflación a niveles nunca antes vistos.
“Lo que le faltaba a Maduro en carisma y capacidad de liderazgo comenzó a compensarlo en represión, exclusión y centralización del poder. El 2017 es el año en que Venezuela vivió un estado de crisis permanente y en el que la institucionalidad democrática fue desmontada”, puntualizó Barreto, quien cierra diciendo que en el país sudamericano se vive una especie de proceso autoritario en curso, donde se reprime severamente a la oposición y se destituyen arbitrariamente los jueces. Para el analista, ”el sueño de socialismo se convirtió en pesadilla”.
