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Estudiantes y comunidades construyen prototipos para mejorar la productividad de asociaciones cafeteras en Cundinamarca
Miércoles, Enero 23, 2019
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Lo hacen a través del co-diseño y la co-creación, gracias al Programa de Intercambio Colombia: Diseño de tecnologías para la producción de Café, liderado por C-Innova, el MIT y Utadeo. Conozca algunos de los prototipos y experiencias que se han gestado en este proceso.
Por: Emanuel Enciso - Fotografías: Alejandra Zapata - Oficina de Comunicación

Caroline Jaffe, candidata a doctora del Media Lab del MIT (Massachusetts Institute of Technology), desde que llegó a Tibacuy (Cundinamarca), el pasado 12 de enero, afirma que ha tenido una de las experiencias más increíbles de su vida. Ella, al igual que otros 16 estudiantes provenientes de Estados Unidos, Guatemala, Perú y Colombia, desarrollan, en conjunto con las comunidades, una serie de propuestas y prototipos a nivel tecnológico, de negocios y de impacto social que contribuyan a mejorar la productividad de los caficultores pertenecientes a las asociaciones Aprenat y De Finca, ubicados en la provincia de Sumapaz.

Esta experiencia se enmarca en el Programa de Intercambio Colombia: Diseño de tecnologías para la producción de Café, organizado en conjunto con el apoyo del MIT J-WEL, C-Innova, el MIT Media Lab, el MIT D-Lab y Utadeo. Sin embargo, no solo es una apuesta interinstitucional, sino también lo es de internacionalización, pero ante todo de convergencia de saberes, ideas y disciplinas, pues en el grupo convergen estudiantes de Ingeniería Electrónica, Comercio Internacional, Administración de Empresas, Diseño y Arquitectura, entre otras carreras, lo cual es una oportunidad única: “este es un ejercicio absolutamente apasionante, además de que todo el tiempo se hacen cosas y se basa en la práctica. Una ganancia muy grande es la multitud de disciplinas que entran a dialogar, aspecto que en el aula es muy difícil de lograr”, manifiesta la profesora Silvia Buitrago, de la Escuela de Diseño, Fotografía y Realización Audiovisual de Utadeo y miembro de C-innova y de la Red IDIN (International Development Innovation Network), organizadores del evento.

Los estudiantes desarrollaron los prototipos en Tadeo Lab

El programa cuenta con tres fases. En la primera de ellas, se llevó a cabo una aproximación e inmersión de los estudiantes con las comunidades y sus territorios. Allí tuvieron la oportunidad de conocer los procesos de producción, así como las necesidades y oportunidades de acción. Como lo manifiestan las profesoras tadeístas Alejandra Villamil y Silvia Buitrago, uno de los aspectos más importantes de esta etapa fue el diálogo con las comunidades y la generación de ideas para el prototipado de objetos en un trabajo de co-diseño: “Ha sido una gran experiencia. Los caficultiores nos abrieron las puertas de su casa y brindaron toda la disponibilidad para conocernos. El método que desarrollé aquí de co-diseño es diferente al que he trabajado, así que valoro el proceso que C-Innova ha desarrollado, pues se ve reflejado en el trabajo con comunidades”, manifiesta Caroline.

En un segundo momento, los estudiantes viajaron a Bogotá para concretar esas ideas en prototipos. La casa para la construcción de estas fue Tadeo Lab. El grupo de Caroline trabajó en una serie de soluciones para Aprenat (Asociación de Protectores de los Recursos Naturales y del Ambiente de Tibacuy). Sus proyectos giraron alrededor de las abejas, sus productos, la relación que estas tienen con el territorio y con la comunidad. “Miel de La Vuelta” fue como estos jóvenes titularon a este proyecto que retoma las intenciones de conservación ambiental en la zona.

La Vuelta es una de las propuestas planteadas por los estudiantes

La información obtenida les permitió, en el ámbito de los negocios, desarrollar una ruta alrededor de la miel, a partir de su posicionamiento desde el consumo y el turismo responsable. En el aspecto tecnológico, diseñaron dos tipos de colmena, uno para abejas nativas y otro para africanas. En sus estructuras incluyeron sensores para medir la temperatura y otro para la humedad, indicadores de vital importancia para garantizar la salud de las abejas y la calidad de los productos que se obtienen de estas. De igual manera, crearon un dispositivo para extraer la miel y separarla de la cera, y así, optimizar al máximo la producción, caracterizando a estos dispositivos como maquinarias de bajo costo.

El segundo grupo de estudiantes trabajó con De finca. Su objetivo, como menciona Laura Vanessa Flores, estudiante de Administración de Empresas y de Administración de Finanzas Internacionales de la Universidad del Rosario, se centra en entregar herramientas para el empoderamiento de las comunidades, en su caso, en Guavio Alto, en su empeño por convertirlas en una asociación de caficultores.

Los esfuerzos del grupo se han concentrado en cuatro flancos. Desde el fortalecimiento comunitario, diseñaron una serie de talleres de habilidades duras y blandas, al tiempo que crearon un manual de reestructuración de la asociación. De igual manera, desarrollaron un estudio de mercado y de posicionamiento en redes sociales, así como una propuesta de sitio web para De Finca, espacio que a su vez les permitirá a los caficultores ampliar su mercado y ofrecer sus productos en el plano digital.

El grupo que trabajó con De Finca propuso mejoras a la máquina tostadora de la asociacion

Pero el impacto no se queda allí. Los estudiantes también trabajaron en un plan de acción para generar buenas prácticas de producción, valor agregado del producto y de elementos de protección para los productores. En lo tecnológico, propusieron un rediseño de la planta de producción que facilite y organice el flujo de trabajo, al tiempo que minimiza el riesgo de accidentes laborales. Finalmente, en lo tecnológico, añadieron nuevas características para la máquina tostadora de café de la asociación, las cuales facilitan el enfriado del grano, permitiendo que el producto final sea más homogéneo.

“Ha sido una sinergia increíble con todos los miembros del grupo. Desde que nos conocimos hemos tenido un espíritu cooperativo muy fuerte y todos sabemos muy bien para dónde vamos y nuestras metas con las comunidades, y eso hace que sea un proceso muy enriquecedor. Los chicos del MIT han perdido toda pena posible. Se han integrado muy bien con las comunidades. Hablan el mayor español que pueden y se hacen entender”, comenta Laura, quien ya ha trabajado en otros proyectos con comunidades y considera que el emprendimiento social y la co-creación son sus lugares en el mundo.

Para que estos dispositivos sean sostenibles y puedan incluso ser actualizados por las propias comunidades, los estudiantes desarrollarán, en la tercera fase que inició el pasado 22 de enero, una serie de talleres de apropiación y transferencia tecnológica de los objetos. En esa misma fase, se llevarán a cabo la instalación y pruebas de los prototipos en las comunidades, con el fin de codiseñar las actualizaciones y mejoras en campo y en tiempo real, como lo señala Villamil: “A veces creemos que el diseño está perfecto y solo hasta probarlo nos damos cuenta que puede haber una segunda, tercera o cuarta actualización, y con ello, se activa nuevamente el proceso de co-creación”, el cual finalizará el jueves 24 de enero, con el fin de presentar a las comunidades los prototipos finalizados y verificados al día siguiente.

Un grupo de estudiantes diseñó dos paneles dotados de sensores que miden la humedad y la temperatura

Con ello, indica Villamil, este tipo de apuestas comprueban, una vez más, que “el prototipado es un arma muy poderosa para hacer realidad las ideas, pues los estudiantes entienden que son capaces de hacer sus proyectos, que no necesitan muchos recursos y que es viable, con un gran impacto social”.

Tras finalizar este programa, se espera contar con un seguimiento a los resultados y un acompañamiento a la implementación hecha por las comunidades, por parte de la Universidad de Cundinamarca. Adicionalmente, se busca el fortalecimiento institucional de las alianzas entre Utadeo, C-Innova y el D-Lab del MIT, con el fin de tener nuevos espacios de trabajo para que otros estudiantes desarrollen proyectos que, en doble vía, fortalezcan a las comunidades. Finalmente, en nuestra Universidad se fomentarán estas iniciativas desde las asignaturas electivas institucionales de Creatividad e Innovación Social, y a través del taller VI del programa de Diseño Interactivo y el taller disciplinar de Arquitectura y Tecnología del programa de Arquitectura.

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