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Colombia y la Antártida, unidos por el plancton
Martes, Agosto 1, 2017
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Durante 42 días, el director del Departamento de Ciencias Biológicas y Ambientales de Utadeo, Andrés Franco, hizo parte del equipo científico que exploró las gélidas aguas del continente más allá del fin del mundo. El tadeísta recolectó más de cien muestras de plancton.
Por: Emanuel Enciso Camacho - Vídeo: Cesar Rodríguez - Oficina de Comunicación

 

La Antártida, el 'termómetro' de nuestro planeta 

Llegar a la Antártida ha sido una de las mayores apuestas académicas de Franco desde 1998,  año en el que regresa a Colombia tras realizar sus estudios de doctorado en Oceanografía en la Universidad de Concepción (Chile), donde tuvo la oportunidad de compartir experiencias con profesores que trabajaron comunidades polares, especialmente el kril, una especie de vital importancia en la cadena alimenticia de ballenas, pingüinos, calamares y otros animales marinos.

El sueño se hizo realidad 14 años después, cuando la Comisión Colombiana del Océano (CCO) reactivó la agenda científica de nuestro país en el “Continente Blanco”. Para la época, ya se comprendía que algunos efectos ambientales que se dan en el extremo sur de la tierra tienen implicaciones en las costas Pacífica y Caribe colombiana.  Para el año 2015, la Armada Colombiana realizó la primera expedición a la Antártida, donde Utadeo fue protagonista gracias a tres de sus egresados, quienes representaron a Invemar, Conservación Internacional y la CCO.

Para ese mismo año, Franco participó en la convocatoria para la tercera expedición científica de Colombia en la Antártida que se realizaría en el verano austral del 2016-2017. Su proyecto consistía en ampliar el conocimiento de la biodiversidad de las comunidades planctónicas. Pero quizá uno de los elementos más importantes de su pesquisa era conocer si estas comunidades son conectores biológicos naturales entre el trópico y el polo sur, de análoga manera como lo son las ballenas jorobadas, quienes una vez al año realizan la segunda migración más larga a nivel mundial, al salir de las frías aguas más allá del fin del mundo hasta las tórridas corrientes marinas del Pacífico colombiano.

Su hipótesis se centra en que el plancton en aguas profundas puede no tener muchas diferencias en los ambientes tropicales, templados y polares, razón por la cual estos organismos darían respuesta sobre los cambios climáticos, y así tomar medidas al respecto: “Nuestros ecosistemas no responden a fronteras geopolíticas ni a límites geográficos, y la interconectividad es muy grande entre sistemas tropicales, templados y polares”.

Y es que no es para menos. Como el tadeísta lo refiere, “llegar a la Antártida es llegar a la biblioteca mundial de los océanos”, pues allí confluyen todas las aguas del “planeta azul”, al tiempo que las muestras del líquido proveniente del hielo tienen una historia de cientos de miles de años.

Luego de año y medio de preparación, el 16 de diciembre del año pasado, el ARC 20 de julio zarpó de Cartagena con destino a la Antártida. Franco fue uno de los integrantes del equipo científico de esta tercera expedición, en la que logró colectar junto a sus colegas científicos cerca de cien muestras de plancton a través de redes de malla de diferentes tamaños, al tiempo que apoyó la toma de muestras de agua con botellas oceanográficas, entre los 0 a 200 metros de profundidad, en 12 estaciones de muestreo en el Estrecho de Gerlache, y seis más durante su travesía por el Océano Pacífico sudamericano, a 600 kilómetros de las costas de Malpelo, Ecuador, Perú y Chile.

Las muestras, que se encuentran en el Centro Tadeista de Investigación y Consultoría Marina (CETAMAR) en Santa Marta, servirán para el desarrollo de diferentes tesis de grado de maestría y doctorado de la Universidad, así como trabajos de grado para el fomento de la investigación en pregrado. Adicionalmente, en conjunto con la profesora Alis Pataquiva y el Departamento de Ingeniería, abordarán el análisis del plancton desde la nanotecnología, con el ánimo de resolver problemas de contaminación por plomo y bario en los océanos. En cuarto lugar, con Aquabiosfera, Invemar y la Universidad de Antioquía se revisarán muestras para determinar el grado de contaminación en la Antártida, o ampliar el conocimiento de la  biodiversidad, especialmente del grupo de los poliquetos o gusanos que viven en el plancton.

En su paso por la Antártida, Franco halló dos fenómenos que le preocupan como biólogo. El primero de ellos tiene que ver con el aumento en la temperatura de las aguas intermedias antárticas, que se hunden a 400 metros de profundidad y viajan por los océanos Pacífico y Atlántico. Esto podría afectar la migración de las especies y los movimientos en las corrientes de aguas, cambiando en buena medida la temperatura continental.

De igual manera, evidenció la alta abundancia de salpas, un organismo gelatinoso de carácter invasivo, que parece estar reemplazando a organismos como el kril, lo cual generaría desplazamiento masivo de especies, aumento en el nivel de depredación y desequilibrio en el ecosistema, tal cual como lo ha vivido nuestro país con la presencia del pez león.