Encaminarme hacia la investigación de este tema produjo un reconocimiento hacia elementos plásticos, sonoros, artesanales y dancísticos dispuestos en uso específico connotativo en la comunidad que crecí, como pintar el cuerpo de negro, el sombrero hecho de manera artesanal y compuesto por flores que me permiten establecer una conexión con la naturaleza de mi entorno, la bandera, cual colorido es el símbolo de libertad y que al mismo tiempo desde el flujo de su movimiento evoca el agua de mi pueblo natal naciente y reconstruido desde su fuente hídrica y por supuesto, las sonoridades y acentos que produce esta danza, que son el alimento de las continuas vibraciones a las que no estoy exento a reaccionar. Todos estos componentes son la clave para poder llevar a cabo esta propuesta de creación.
Se evidencia así un recorrido que hace visible a través de estados y acciones la forma particular de adherirme a la tradición en un ir venir del movimiento con las imágenes interactivas arraigadas al territorio lleno de colores y ambientes ilustrados, muy mágicos pero también problemáticos al cuerpo presente que hoy soy en este, mi espacio íntimo.